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The Nude Party – Rides On (New West Records)

Si los oyentes reverencian a The Rolling Stones, en su periodo entre 1963 y 1970 y, por otra parte,  a los propios audiófilos también les complacen las canciones, del tipo más sencillo, de The Velvet Underground (sobre todo la tonalidad vocal de un joven Lou Reed cuando militó en esta influyente formación), pues asoman muy altas probabilidades de que muchos de dichos melómanos puedan concederles una o varias oportunidades al sexteto de Carolina del Norte, The Nude Party y en particular, a su nuevo y tercer LP; titulado éste Rides On y publicado el mismo en marzo de 2023.

Los que, hace tiempo, ya se tornaron seguidores de esta misma banda son consagrados músicos de la talla de Jack White, Alex Turner u Orville Peck; entre otros.

Son 13 canciones las que nos proponen, en esta ocasión, los componentes de “La Fiesta Nudista” (un controvertido término relacionado con ciertas Universidades norteamericanas), es decir, Patton Magee (voz principal, guitarra y armónica), Alec Castillo (bajo y voz), Shaun Couture (guitarra y voz), Don Merrill (piano y voz), Connor Mikita (batería) y Austin Brose (percusión y voz).

Rock de garaje, rhythm and blues, folk levemente psicodélico y algunas pizcas de country y de blues; todo ello barnizado con una fina capa de “indie” contemporáneo: se imponen éstas mismas como las coordenadas estilísticas por donde, aproximadamente, se mueven estos músicos originarios del Sur estadounidense. Ejemplos concretos de todo ello los tenemos con los temas “World gets around”, “Hard times (all around)”, “Polly Anne” o “Ride on”; entre otras tonadas, casi siempre a caballo entre lo “stoniano” y lo “reediano”, como se sugirió con anterioridad. De todos modos, también hay espacio para algún corte como “Tree of love” que podría evocarnos, perfectamente, a los psych-folkies Country Joe and The Fish.

Por lo tanto, sobre todo la primera parte del disco se sustenta, principalmente, en la insinuada conexión entre Londres y Nueva York; aunque pasando también por California. Es como si The Nude Party fueran avispados niños exploradores jugueteando, al unísono, con lo clásico y con lo vanguardista surgido en los años 60  y como mucho planea, de fondo, justo el principio de los años 70 (nunca más allá), en cuanto al periodo musical que sorbe y criba The Nude Party por medio de su Rides On.

Demuestra el hábil hexágono formado por Magee, Castillo, Couture, Merrill, Mikita y Brose que son muy capaces de aumentar la intensidad de manera progresiva como con, por ejemplo, la hercúlea versión de “Somebody trying to hodoo me”; rareza original de Dr. John. Parece este mismo corte un instante giratorio dentro del álbum, ya que en la parte final del mismo viene y se desarrolla lo más sobresaliente. Efectivamente, la agrupación de procedencia meridional va adquiriendo una mayor profundidad, en lo concerniente a su apuesta sónica, por medio de temas como la luminosa “Tell Em” (reaparece aquí, de nuevo, pero ahora de modo más hondo, el espejo referido a Mick Jagger, Keith Richards y cia.),  la estremecedora y reflexiva “Stately Prison Cell”, la emotiva “Sold out of love” y la cálida, melancólica y dulzona “Red rocket ride”; la cual cierra el LP.

Una última zona del cancionero realmente rutilante y con una pegada de importante calibre.

Favorece la naturalidad y el frescor campestre con que suena la mayor parte del disco el hecho de que unos auto-producidos The Nude Party decidieran no acudir a un estudio de grabación normal y prefirieran instalar ellos uno propio en un granero del estado de Nueva York (región, además, donde residen) y, de este modo, saltarse un horario estricto; lo cual favoreciese tocar con total albedrío y desparpajo.

Además, los seis muchachos se introdujeron en el taller de trabajo Sound at Manor Studios sin haber efectuado ni un solo ensayo previo, para así cambiar su metodología anterior que consistía en probar canciones nuevas tocándolas juntos, en directo; antes de entrar a grabar. De tal modo, este tercer repertorio creció en el propio estudio y no fuera de él, además de que cada individuo de la pandilla aportó sus ideas compositivas y su producción personal de manera equitativa entre todos, o sea, sin un liderazgo evidente de uno o dos componentes; siempre dentro de este terreno de creación y auto-supervisión. Con esta misma mentalidad artística de ecuanimidad y correlación grupal trabajaban los canadienses The Band, en los años 60.

A The Nude Party se encargó de auxiliarles en lo de cuidar esta atmósfera laboral tan distendida y colaborativa su ingeniero de confianza, Matthew Horner; contribuyendo también éste a que el LP Rides On desprenda la mayor diversidad musical en la historia de este conjunto, fundado en el año 2012. Según declaraciones del propio sexteto, es éste el mejor trabajo que han plasmado hasta ahora; superando así a su debut homónimo, de 2018 y Midnight Manor, de 2020; ademas de su EP Hot Tub, de 2016.

De todas maneras, tal vez debió el combo norcarolino descartar de su novedoso minutaje una o dos canciones con esencia “rolling”, de las situadas al inicio de la obra (además de que lo de “Sus Satánicas Majestades” es un influjo rockero al que, constantemente, han recurrido tantas y tantas bandas durante varios lustros anteriores al que nos hallamos). Hubiera supuesto este leve aligeramiento del número de melodías una ayuda para alcanzar un computo global todavía más redondo, preciso, concentrado y compensado.

Sin embargo, también es muy cierto que The Nude Party han sacado una nota muy alta a través de Rides on y apuntan ellos hacia próximas mixturas revivalistas aún más descollantes.

Escucha The Nude Party – Rides On (New West Records)

 

 

 

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