The Smiths – The Queen Is Dead Deluxe Edition (Warner)
Si en un momento dado alguien te preguntara por los álbumes que marcaron tu vida es posible que te remontes a los 50, al rock primigenio de Buddy Holly, Gene Vincent, Jerry Lee Lewis, Elvis o Roy Orbision. Que a continuación hagas una parada obligada en los 60, para recordar a los obvios The Beatles o The Rolling Stones, sin dejar de lado por supuesto a The Velvet Underground, Jimi Hendrix, Bob Dylan o The Doors. Que continúes tu peregrinar por los 70 citando a David Bowie, Led Zeppelin, Pink Floyd, Marvin Gaye o Sex Pistols, y antes de llegar a épocas más contemporáneas, te detengas en la década de los 80 recordando a R.E.M., Prince, The Cure, Talking Heads, Pixies o The Smiths, por supuesto The Smiths.
Y es que la banda de Morrissey y Johnny Marr, junto a la infalible base rítmica que formaban Andy Rourke y Mike Joyce, pasará a la por ser uno de los gérmenes de la escena indie actual y una de las más influyentes formaciones de todos los tiempos. Su breve pero intensa carrera, que en apenas un lustro nos dejó cuatro álbumes de estudio para el recuerdo y cerca de veinte sencillos a cuál más memorable, sigue siendo objeto de admiración gracias a su portento melódico y a unas letras como pocas veces antes habíamos disfrutado. Esas historias cotidianas de perdedores, de amores no correspondidos y de agonía adolescente, marcaron y continúan marcando generaciones que aprecian en la sensibilidad de su intención, un espejo en el que mirarse.
Cuando una discografía es tan redonda es difícil elegir uno de sus trabajos, aunque en el caso de la banda de Manchester, la que fue su tercera referencia quizá sea la que aglutine todas las virtudes por lo que les seguimos recordando. ¿Qué más podemos decir de The Queen Is Dead? ¿Nos quedan palabras que nos permitan definir los sentimientos que nos provocaron aquellas canciones editadas por The Smiths hace ahora 31 años? Pues sí, porque ese conjunto de temas entre el pop preciosista, el rockabilly y las guitarras afiladas, sigue siendo la obra maestra que no nos cansaremos de reivindicar nunca y más ahora, que vuelve a editarse en una edición ampliada de tres discos más un DVD. En ella se incluye la edición remasterizada del álbum en 2017, un segundo disco de 13 canciones con maquetas, algunas de ellas inéditas, y caras B de la época y un concierto inédito grabado el 5 de agosto de 1986 en Boston. El DVD contiene la película The Queen Is Dead realizada por Derek Jarman y que contiene varios vídeos del disco.
Para hablar del disco en sí, os remitimos al especial que dedicamos en el programa Conexiones hace algunos meses y nos centraremos en el material extra más reseñable. Donde destaca la versión ampliada del tema titular, que ya conocíamos de varios bootlegs, así como una curiosa interpretación de “Never Had No One Ever” con lamentos, falsetes y vientos (también conocida por los viejos del lugar). Igualmente, podemos escuchar las tomas alternativas de “There Is A Light That Never Goes Out” y “The Boy With The Thorn In His Side” o las demos de “Frankly Mr. Shanky” (¿por qué no habrán recuperado la que incluye trompetas en su estribillo?), “I Know It’s Over”, “Cemetry Gates” o una “Bighmouth Strikes Again” sin la fuerza de la que finalmente se editó.
Y quizá lo más interesante se encuentre en el tercer disco, en ese concierto grabado en Boston donde las tomas de “How Soon Is Now?”, “Hand In Glove”, “I Want The One I Cant Have”, “Never Had No One Ever”, “There Is A Light That Never Goes Out” y “That Joke Isn’t Funny Anymore”, servirán de perfecto complemento a aquél recordado Rank (1988).
Una joya.
no hay un disco más bello en el mundo
Estoy de acuerdo contigo, para mi el mejor disco de la historia de la música, y de verdad que creo no exagerar. Canciones impresionantes, letras maravillosas, melodías inigualables. Una joya como Theres a light, una maravilla como Cemetry Gates.
Hace 31 años de ésto, pero parece que fue ayer.