WOMAD Cáceres 2024 (31 edición)
El jueves pasado comenzaba la última edición del World Of Music, Art and Dance con el discurso de Rafael Mateos, alcalde de Cáceres, donde hablaba de recuperar el festival de finales de los años noventa y de los primeros años del segundo milenio. Esperemos que ese deseo no se haga realidad, porque a veces la memoria nos juega malas pasadas y olvidamos que esas fueron las ediciones donde WOMAD estaba en riesgo en cada edición. Fueron los años que el festival se mandó fuera de la parte antigua de la ciudad a lugares tan alejados como el Recinto Hípico o poco adecuados a este tipo de actos como la Plaza de Toros. Además, en aquella época había un fenómeno social que esta edición ha desaparecido: El Botellón. Esos años la Plaza Mayor de Cáceres se llenaba de gente para beber cada fin de semana, lo que era una seña de identidad y orgullo para la ciudad. En 2003 se prohibió el botellón en toda Extremadura y a partir de entonces este acto solo se permitía durante el fin de semana que se celebraba el WOMAD. Durante años el festival cacereño y el botellón se hicieron inseparables, parecía que no podían vivir el uno sin el otro y que el fin de uno sería el fracaso del otro. Por suerte, este año se tomó la decisión de prohibir el botellón y la medida ha sido un éxito. Además es algo que han apoyado la mayoría de los asistentes.
Y es que un festival, como cualquier cosa que está viva, va evolucionando y esta edición del WOMAD ha traído muchos cambios en comparación con las anteriores. Para empezar, cambiaba de empresa encargada de organizarlo, tras muchos años al frente, Dania Devora cedía el testigo a la empresa madrileña Sonde3. Una de las peticiones de los guomeros a la que, por fin, la organización hizo caso era la mejora de la calidad del sonido de los conciertos, parece que la nueva organización ha dado con la tecla y lo que en las últimas ediciones fue uno de los grandes problemas a solucionar, este año ha sido una gran mejora que los asistentes han podido disfrutar. Otros aspectos del festival siguen sin solucionarse por muchos años que pasen: Ir en transporte público desde fuera de Extremadura sigue siendo una tarea digna de Hércules y esto es una tarea para todas las administraciones implicadas. La parte antigua de Cáceres no se concibió pensando en las personas con discapacidad y movilidad reducida pero los organizadores del WOMAD deberían de hacer mejoras en ese aspecto para siguientes ediciones si quieren presumir de un festival para todos los públicos. Si esas mejoras son demasiado complejas con que no empeoren lo que hay y faciliten en todo lo que puedan, las personas con discapacidad y movilidad reducida agradeceremos de corazón ese esfuerzo para que podamos disfrutar plenamente. Otro de los problemas a valorar para el futuro será el calor, más de 30ºC el segundo fin de semana de mayo es algo a tener en cuenta para la seguridad y la salud de público, trabajadores y artistas cuando el sol pega, la piedra cacereña guarda el calor y no hay sombra en la Plaza Mayor.
Viajar en tren a Extremadura es una pesadilla siempre pero esta edición del WOMAD ha coincidido con obras en las vías lo que ha hecho más difícil ir y volver a Cáceres. El jueves salí por la mañana para llegar justo a tiempo para la presentación de esta edición en el Gran Teatro, recojo la acreditación y vuelvo a la casa donde me quedo a esperar a que baje la temperatura para poder salir y disfrutar de los conciertos de la primera jornada. Ya me gustaría tener la fuerza de los noventa y los dos mil para tirarme a la calle, como en aquellos tiempos, y no perderme ninguna actuación pero mi circunstancias actuales me hacen ser selectivo en lo que voy a disfrutar y cuando voy a disfrutarlo.
Comencé el festival con el concierto de la cantante Lura que trae los ritmos tradicionales de su Cabo Verde natal como la morna, el funaná y el batuque y los combina con otros ritmos africanos, portugueses y occidentales. También hubo tiempo para recordar a Cesária Évora, la gran reina de la música caboverdiana.
Tras la elegancia de la artista llegó el momento de los mejicanos Son Rompe Pera y su potente cumbia que puso a bailar a todos los que estaban en la Plaza Mayor. Es sorprendente como en España hemos rechazado por mucho tiempo los ritmos que venían de Latinoamérica y solo cuando desde el mundo anglosajón les han dado el visto bueno, los hemos adaptados también como nuestros. Acabado el concierto, era tiempo para ver amigos y tomar algo por la calle Pizarro.
El viernes, desde que despiertas empiezas a notar el calor que conforme pasa el tiempo se hace más molesto. Salir a comer se hace casi imposible pero el bacalao a la dorada de En Ca Rosi, que nos sirvió Ester, es merecedor de tamaño esfuerzo. Después volvemos a casa a dormir un poco de siesta, reponer fuerzas, quedar con amigos en una casa fresca, tomar algo y esperar a que la temperatura nos permita salir y disfrutar de otra jornada de festival. Cometo el error de escoger el camino más corto y subo por Fuente Concejo por la Cuesta del Marques hasta llegar al escenario de San Jorge para llegar al concierto de Mitsune, una banda de música tradicional japonesa, con base en Berlín y con componentes de diferentes lugares del mundo.
Es la típica banda que ves en WOMAD y siempre la tienes en el recuerdo por ser algo que sorprende; trajes coloridos, maquillaje sorprendente, instrumentos musicales de tradición nipona y una puesta en escena que combinada con su actuación es uno de esos momentos mágicos que pasan en cada edición. De allí para la Plaza Mayor y disfrutar de Shirley Davis & The Silverback que demuestran que no es necesario ser estadounidense para hacer buen soul, buen funky y poner a bailar a los allí presentes. También recordaron con orgullo que tienen en su poder un Premio Pop Eye a la Mejor Banda Internacional. Aprovecho la hora que hay para descansar y ver a amigos y antiguos compañeros de facultad ya que no me es posible volver a San Jorge.
Asian Dub Foundation son los encargados de cerrar la segunda jornada. Saben que son los cabezas de cartel de esta edición y no lo disimulan. Una hora de concierto en la que volvieron los pogos al WOMAD y que demostraron que quieren al público de este festival y que los guomeros los eligen para darlo todo y pasárselo bien.
Entre el cansancio acumulado, el calor y la masificación que había el sábado solo pude asistir a los dos últimos conciertos de la Plaza Mayor. Vieux Farka Touré demostró que es hijo de un genio musical como Ali Farka Toure. Dio una lección de cómo combinar el blues con los ritmos tradicionales malienses y las cadencias del Sahara y el Sahel. Una música que te va enganchando, te atrapa y te hipnotiza mientras suena. Su música hace que incluso con movilidad reducida no puedas parar de moverte aunque tengas movilidad reducida. El cierre de esta edición fue para el grupo de hip hop palestino DAM, una banda que tocó en San Jorge en 2007 y demuestra uno de los cambios que se han ido produciendo en las últimas ediciones. En aquella época, los artistas y el público podían interactuar para que ocurrieran situaciones imprevistas.
Por ejemplo, alguien del público tenía una cámara y aunque no llevase mucho tiempo haciendo fotos, los miembros del grupo le dejan entrar con ellos por primera vez en un foso y un backstage para hacer un trabajo que después el grupo tendrá y podrá utilizar. Ese ejemplo que he puesto fue la primera vez de algo que después se convirtió en habitual y que si no hubiese tenido esa oportunidad con DAM no se me hubiese pasado por la cabeza que yo era capaz, incluso con mi discapacidad actual, de hacer fotos de conciertos y festivales. En esta edición, lo más cerca que he estado de ellos ha sido en el foso y no ha habido posibilidad de dialogar. Respecto al concierto de esta edición fue una demostración de que es posible ser palestino, hacer hip-hop y combinarlo con los ritmos tradicionales árabes y que eso haga disfrutar a los asistentes. La casualidad hizo que este concierto coincidiera con el final de otro festival que este año estuvo rodeado de polémica: Eurovision. Por suerte, en Cáceres hubo apoyo total para DAM y su lucha. Creo que si el sábado por la noche hubieran puesto un dispositivo para recoger el voto popular en el WOMAD, Da Arab MCs se hubieran llevado los 12 puntos.
Para acabar con esta crónica solo me queda una pregunta que hacer: ¿Consiguieron los perros policía atrapar al narco que estaban buscando entre el público durante los tres días de festival? Porque sería una pena que todo ese trabajo de los canes y sus compañeros policías por encontrar traficantes entre los asistentes al WOMAD hubiera sido en vano.
Fotos WOMAD: Toni Delong