Discos

Apostle Of Hustle – Folkloric Feel (Houston Party Records)

La escena musical de Toronto es imprescindible para entender lo que es y lo que significa el post-rock. Ante todo este género se caracteriza por su apertura. Nuevas ideas, nuevos sonidos, nuevas texturas… Jamás debe cerrarse o encerrarse en sí mismo; nada planeado, no hay esquemas; con esto no quiero decir “improvisación”, si no creatividad, ruptura, imaginación. El rock visto desde nuevas perspectivas; de dentro a fuera y de fuera a dentro. Hacer, crear, decir, pensar.

Do Make Say Think, Godspeed You! Black Emperor, Broken Social Scene, son ejemplos de la grandeza de la escena canadiense, y ejemplo también de apertura, ya que más que grupos, son entidades o proyectos por donde se pasean músicos experimentados y experimentales de Montreal y de Toronto (en general cada uno por su ciudad), los cuales muchos tienen proyectos paralelos o anteriores de gran interés: A silver Mont Zion, Exhaust, Fly Pan Am, Stars, Valley Of Giants, KC Accidental… Como ejemplo de este comportamiento poligámico y muy fértil podéis ver el árbol familiar de Broken Social Scene en www.arts-crafts.ca/bss/tree.html. Alrededor de 25 grupos de 11 miembros que hay; y uno de los más promiscuos sin duda es Andrew Whiteman.

Él es el protagonista de nuestra historia. Acompañado del también miembro de BBS Dean Stone y de Julian Brown, Whiteman ha conseguido envasar lo gaseoso y meterlo en una lata de 48 minutos. En el proyecto paralelo Apostle Of Hustle, este trío ha dado con la nada y lo ha entregado todo; su disco “Folkloric feel” tiene muchos sabores, muchos aromas enlazados uno con otro con soltura. Aquí no hay canciones redondas, la música fluye según le dé, con lógica y a su vez (por contradictorio que parezca) de forma imprevisible, en general con buenos instantes musicales.

Porque eso es lo que rebosa por todas partes: Música. Se nota cuándo hay buenos músicos detrás de un proyecto y este es uno de ellos. Cuentan que cuando Andrew Whiteman estuvo ocho semanas en Cuba, aprendió a tocar varios tipos de guitarras, y salta a la vista (o al oído más bien) la influencia de los ritmos caribeños, cuya mezcla con el sonido post-rock y la imaginería folk suena en varias ocasiones deliciosa. Aunque no cabe enmarcar todo el disco dentro de esta categoría, si no que como ya hemos dicho antes, es algo más etéreo, algo que se escapa a la clasificación o diferenciación, no hay barreras.

Pero aun así, sigue siendo un disco de música concreta, nada que ver con música ambiental o como simple hilo musical de acompañamiento; un disco que entrega buenos momentos rock, buenos momentos folk, incluso buenos momentos pop. Desde la revisión de la psicodelia-rock setentera en “Dark is what I want / strutters ball” a una invención de ritmo dance mezclado con Folk al final de “Kings & queens”. Frases que suenan a bonitos estribillos en “Animal fat” y un oscuro acercamiento a la música hispana en “Song for lorca”.

En fin, un disco que a pesar de todo lo extraño e insólito que pueda sonar, resulta cercano y se hace agradable la escucha; consiguiendo por momentos llegar a sonar cool sin adoptar ninguna pose forzada, el principio de “Gleaning” es prueba de ello. Se ha conseguido ser complejo pero con una fácil asimilación, y eso, creo que se debe destacar. Notable alto.

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