H de Casa – Negro/Blanco (Slow Coloured Records)
No hay caras / no hay luces / no importa/ H de casa vive en la sombra / H de casa observa a los saltarines / que han confundido arte y espectáculo / H de casa les da su pésame y les felicita: / su basura inundará el mundo. / La casa de H de casa, afortunadamente, no está en este mundo / H de casa ama con lascivia a la música / H de casa ama a esos seres poco prácticos que malgastan su tiempo en escuchar / H de casa sólo pretende dejar algo bonito / antes de desaparecer. / Todo lo que siempre quisiste saber sobre H de casa ahora ya lo sabes.
Estas enigmáticas, pero a la vez tremendamente clarificadoras líneas, es la única información oficial que aparece sobre un proyecto tan personal y atípico como H de casa en la web oficial del sello que acaba de editar simultaneamente sus dos primeros trabajos, a saber, Slow Coloured (hogar de gente como Pupille o Zul entre otros). Negro y Blanco son dos discos grabados en similares condiciones, pero con doce meses de diferencia entre uno y otro, que tratan de dibujar con su entramado musical la soledad, las penas, las alegrías y el hastío de los veranos de 2001 y 2002 respectivamente. En ambos casos los elementos electrónicos sirven de nexo entre las melodías que van dejando caer instrumentos clásicos como guitarras acústicas, pianos, melódicas o bajos, que acaban por dibujar paisajes asperos, oscuros y hasta claustrofóbicos -como toda la parte final del disco Blanco-, en el que te llegan a asaltar voces que repiten «me pudro al madurar» o el enigmático coro de niños que canta «un hombre muerto en el campo de futbol».
Puede sonar todo muy pretencioso, pero muy lejos de eso, canciones como «I lo-fi U girl», «Ivan está en Japón» o «La abuela, cuando era un bebe, en los brazos de su madre» lo único que trasmiten es calidez, emoción y cercanía, sobre todo cuando las radiantes melodías instrumentales se cuelan en el extraño mundo de efectos y distorsiones de H de casa.
En tiempos de urgencias y sequía emocional, no viene mal, como dicen en su manifiesto H de casa, «perder un poco de tiempo en escuchar», seguro que nos llevamos más de una grata sorpresa.