Cohete – Hurra (Micro Macro)
En su famoso libro Awopbopaloobop Alopbamboom el crítico de los 60 Nik Cohn daba diferentes definiciones de lo que, a su entender, debía ser el pop. Todas ellas quedan resumidas en una frase que aparece en el último capítulo: «(el pop) tiene que ser sencillo e inteligente a la vez, debe encerrar hábilmente sus implicaciones y tiene que ser rápido, divertido, sexy, obsesivo y un poco épico«. Si nos atenemos a esta definición, incluso aceptando que es totalmente subjetiva, uno de los grupos que mejor entienden el pop en nuestro país es Cohete.
En su segundo disco en formato largo, Hurra (Micromacro, 2013), no hay ataduras ni pretensiones. Si buscas proclamas sociales, letras profundas, melancolía adulta o angustia adolescente, hazlo en otro sitio: aquí sólo hallarás canciones. En concreto trece temas en los que se encapsula la esencia misma del pop, esa donde la reina es la melodía y el rey es el ritmo, donde el repiqueteo de los tambores de The Clash no anuncian que Londres se quema, sino que entra en un jubiloso estado de ebullición.
El álbum arranca a tope con «A gogó», cabalgando sobre una machacona percusión y unos radiantes metales. Sigue con la candidez de «Cumpleaños», que acaba por enganchar y recordar a los buenos momentos de grupos como La Costa Brava o Tachenko, mientras que en «100 ciclistas» se ensayan patrones rítmicos diferentes y el resultado podría ser una broma de The Kinks sobre el caldeado ambiente social que padecemos. Los temas se repiten a partir de ahí, y sólo rompen la unidad algunos ritmos tropicales en «Un sabor diferente», el aroma country de «Que querrás decir», el instrumental «Capitán, nos hundimos», a medio camino entre el lounge y los sonidos fronterizos, y la montaña rusa que es «Vampiro». Detalles que dan a entender que, aunque ellos mismos manifiesten una cierta falta de ambición artística, Cohete es un grupo a seguir. Como mínimo nos aseguran una sonrisa.