Astro Fonda: canciones para la banda sonora de nuestros días
La música despierta recuerdos muchas veces ocultos en nuestro ser. A diferencia de las películas, nuestro día a día no está acompañado de una banda sonora; aunque eso no quita que nosotros mismos, ya sea de manera directa o indirecta, la creamos, la moldeamos y le damos la forma idónea. Además, hay canciones que son capaces de crear vivencias que directamente no hemos vivido; lo cual nos dice la importancia de la música como elemento medicinal.
Uno de esos cantantes “medicinales” es Astro Fonda. Capaz de convertir un lunes de enero en un viernes de mayo, de sacarte una sonrisa casi instantánea y despejarte las dudas que pueblan tu cabeza. Recuerdo el día que lo escuché por primera vez. Era una tarde cálida de septiembre y me encontraba en una terraza tomándome una cerveza. Las melodías de sus canciones supieron conquistarme inmediatamente. No sabía quién era, pero su música me resultaba familiar, como sí ya lo conociera. Hasta meses después, no conocí el nombre de este artista que supo cautivar me cuando de una forma casual me topé con sus canciones.
Anteriormente, este cantante y compositor madrileño, formaba parte del grupo Flora Dance, conjunto surgido gracias al azar del destino. Este nuevo proyecto comenzó a mediados del 2019. Una combinación perfecta de dream pop, indie y folk, y, por supuesto, muchísima sinceridad musical. Alegres sonidos que nos devuelven a la década de los sesenta. De momento, solo podemos encontrar un puñado de canciones, aunque todas ellas de muy buena calidad tanto musicalmente como en su representación audiovisual. Temas como “Libelula” nos hacen volar, escapar de la cotidianidad. Otras canciones como “If was a Bird”, mediante metáforas relacionadas con la naturaleza, sabe desprender una sensación de libertad casi única.
Astro Fonda forma parte de mi remedio personal contra la tristeza. Desde aquella tenue tarde de septiembre, esta artista ha moldeado parte de la banda sonora de mi vida.
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