Poliça – When We Stay Alive (Memphis Industries)
A simple vista, podría decirse que se trata de un debut. Y es que el quinto disco de Poliça desprende frescura, pese a su oscuridad. Esa frescura que sólo desprenden los productos recién nacidos. Porque, aunque la banda capitaneada por la cantante y compositora Channy Leaneagh lleva funcionando realmente desde 2010, este álbum tiene mucho de renacimiento.
No en vano su gestación parte de un grave accidente que sufrió Leaneagh en su casa de Minneapolis. Se cayó del tejado de su vivienda unifamiliar cuando realizaba unas reparaciones. Se rompió una vértebra, su espina dorsal se dañó y se acabó el poder andar. El verse imposibilitada para hacer su vida fue un infierno, pero la obligó a enfrentarse a unos fantasmas que siempre habían estado ahí, agazapados, pero ahora de repente cobraban vida en aquella habitación en la que se veía confinada. La maternidad que no podía ejercer, su frustrada cruzada por la ecología en su ciudad, tener que lidiar con la incertidumbre vital de una convalecencia demasiado larga, todo se iba transformando en canciones.
Con la recuperación, llegó el momento de encontrarse con sus compañeros de viaje, entre ellos el productor Ryan Olson, que es la otra mitad de la banda y el que da el acabado a un sonido que a medida que ha ido gestándose con los años, ha ido adquiriendo una robusta reputación, merced a discos como el magnífico Give You The Ghost (2012), en que han desplegado una intransferible mezcla de potencia rock y sofisticación electrónica, sobrevolando la cual la voz de Channy, a medio camino entre Chan Marshall (Cat Power) y Beth Gibbons (Portishead), es toda una arma secreta.
El resultado de poner las cosas en común es When We Stay Alive, que si bien amansa y ciertamente no supera aventuras pasadas, es lo suficientemente atractivo como para hablar de un álbum notable. La banda consigue recrear la atmósfera opresiva a la que se vio sometida su cantante durante la recuperación de su lesión. Hay, por tanto, dosis generosas de oscuridad, pero también una extraña y bella luz que ilumina todo parcialmente.
Así ocurre con la canción inicial, un “Driving” de inmediato atractivo que sirvió como single de presentación del álbum y que da una tónica general de lo que va a ser un disco que juega en aguas tranquilas, pero inquietantemente siempre a punto de tornarse turbulentas. No hay más que contrastar las atmósferas de “Fold Up”, espesas y llenas de misterio, con la sencilla belleza de “Steady”, canción que además deja entrever la ambientación acústica que debió ser su embrión cuando Keaneagh la compuso sola en su habitación, antes de todas las capas a que se ha sometido un material, que quizá se hubiera visto beneficiado de un poco menos de sobreproducción.
No obstante, la ampulosidad del complejo tratamiento de estudio no resta belleza a desgarros tan íntimos como “Forget me now” -un auténtico baladón- o las piezas con las que la cantante ha recompuesto el puzzle en que se vio convertida su persona: “Feel life” o, más acertada aún, “Be again”, que por momentos, incluso duele.
Quizá en este su quinto disco Poliça no hayan firmado su obra maestra. Quizá han desaprovechado una oportunidad de cambio, de dejar respirar la intimidad de las canciones, de dejarse llevar a otros derroteros, pero si uno deja de preocuparse por glorias pasadas de la banda y se abandona al disco, dándole tiempo, quizá no le cambie la vida, pero funciona como un buen compañero para pasar tiempo en casa. Y eso, en los días que corren, no tiene precio.
Escucha Poliça – When We Stay Alive