Floating Points, Pharoah Sanders & The London Symphony Orchestra – Promises (Luaka Bop)
Reunión en la cumbre. Uno de los mejores discos de la cosecha 2021 es una virguería sensorial en toda regla. Los artífices de esta obra son Sam Sheperd AKA Floating Points, un reputado productor de música electrónica, y una de las leyendas vivas más importantes del jazz, Pharoah Sanders. A esta combinación hay que añadirle los arpegios instrumentales de la London Symphony Orchestra.
Pongámonos en situación: Pharoah Sanders es un saxofonista nacido en Arkansas y que a principios de los 60 se mudaría a Nueva York en donde comenzaría a trabajar como músico en diversos bares del East Village. Allí comienza a foguearse con gente como Don Cherry, o el pianista Paul Bley. Fue en 1965 cuando John Coltrane lo recluta para su banda, y es donde arranca su leyenda. Por aquella época Sanders le dijo a un periodista lo siguiente: “When I Play I try to adjust myself to the group, and I don’t think much about whether the music is conventional or not. If the others go “outside”, play “free”, I go out there too”. Unas declaraciones que ponen sobre la mesa la fascinante adaptabilidad que siempre ha tenido Sanders para contribuir con su instrumento a la dinámica del grupo. Se puede comprobar si nos detenemos en las múltiples colaboraciones a lo largo de su extensa carrera con gente de lo más variopinta: de Coltrane a Randy Weston; de Alice Coltrane a Sonny Sharrock; de Kenny Garrett a Bill Laswell. Las tonalidades de su trompeta pueden alcanzar cotas de gran aspereza, pero también reposar en delicados tañidos de poesía volatilizada en el espacio.
Por su parte Sheperd lleva editando música electrónica desde el 2008 tanto como productor y dj. Sus sonidos están marcados también por una carga emocional inspirada en la fire music jazzística, los ecos psicodélicos, la modern music, y hasta la IDM de los 90.
Se juntaron estos dos culos de mal asiento para este Promises (Luaka Bop, 2021) y trip es inabarcable. Un disco dividido en diferentes movimientos (hasta un total de 9 aunque a uno le cuesta entender esta decisión a no ser que sea motivado por la arbitrariedad misma) que arranca con el sonido de un clavicémbalo y un piano eléctrico. Sanders sopla sus notas como acariciándonos los sentidos, con notas que se balancean entre la rabia contenida y una suave duérmela. Un mapa sonoro que me trasporta en estos dos primeros movimientos a la Alice Coltrane más espiritual. En el tercer movimiento la psicodelia empapa un itinerario supraterrenal, digno de una jam session entre unos Pink Floyd aliados con Sun Ra. Maravilla.
El cuarto movimiento sigue con las coordenadas establecidas en un armonioso fluir, y esta vez Pharoah Sanders murmura y hace extraños sonidos con su voz, y en la sexta pieza la orquesta -cuyas aportaciones fueron grabadas a distancia por la pandemia- alza el vuelo con primorosos arreglos de cuerda que acolchan un irrepetible viaje al fondo de la noche.
Al final del octavo movimiento hace acto de presencia el silencio. Un minuto. Acto seguido las cuerdas recrean fuegos artificiales para redondear un disco apasionado y apasionante. Una obra maestra.
Escucha Floating Points, Pharoah Sanders & The London Symphony Orchestra – Promises
MUY MUY buen disco