Joana Serrat – Hardcore From The Heart (Great Canyon Records)
Se ha convertido en algo tan habitual que las novedades discográficas consistan en trabajos compuestos y grabados durante la pandemia, que se agradece enormemente encontrar uno que no. Hay cierto tufillo auto compasivo que lo inunda todo ahora que parece que salimos de esta, que el hecho de hallar encapsuladas ahora sensaciones que pertenecen a un momento anterior a este tsunami es poco menos que maná caído del cielo. Y no crean, el que hace cinco en la colección de brillantes álbumes de la catalana Joana Serrat no es un disco fácil, ni nacido de una situación placentera, o con intención escapista. Ni mucho menos. Es, por el contrario, fruto de una gestación en estado de catarsis que empezó con la composición de las canciones en 2017 tras la gira de su anterior disco -el fantástico Dripping Springs– y acabó con su grabación en 2019 en Denton (Texas), bajo la batuta del muy solicitado Ted Young.
Joana Serrat nunca ha sido fácilmente clasificable, ni encuadrable en una tendencia determinada. Es una cantautora genuina que construye por sí misma sus horizontes y aunque es localizable en un contexto, jamás se dejaría encasillar. Ese carácter indómito es lo primero que uno nota cuando se enfrenta a su música. Hay cierta exclusividad emocional, una desnudez sentimental no impostada que resulta profundamente atrayente. Con un enorme poder de comunicación. Es una relación artista-oyente real, cercana, que debería darse siempre, pero no es tan frecuente. Ni mucho menos.
De hecho, el descarnado título del disco parte del de un libro que la cantante conoció en este período y que tiene la pornografía y sus aristas como tema. Su autora, la sexóloga Annie Sprinkle, usa en su ensayo el porno como un espejo en el que poder mirarnos para bien y para mal y de este modo, encontrarnos. Joana lo extrapola a la intensa tormenta emocional que padecía precisamente en el momento de componer este disco. Hizo justo eso: intentar reflejar el atolladero en que se hallaba y la salida que ella creyó encontrar a través de una mirada profundamente reflexiva. Todo un viaje.
El resultado es, ante todo, hermoso. Las canciones son sinceras y cristalinas, en lo lírico y lo musical. La producción de Ted Young quizá les otorgue un revestimiento más actual del que inicialmente uno pensaría que podría requerir la música de Joana Serrat, pero no hay duda que la hace brillar. Se generan atmósferas oníricas, paisajes de ensoñación que invitan a un mundo interior. En ellos se desnuda del todo: “How to make you love me”, “You’re with me everywhere I go”, “Hotel room 609”, son puro hardcore emocional, pero no despierta pudor. Es de hecho, bello contemplarlo. Y a la vez, chocante. Una dicotomía similar a la del porno.
Todo esto hace que sea un disco que sí, es lo suficientemente amable en términos de escucha como para entrar bien. Pero si uno quiere la experiencia completa, acompañar a Joana en su viaje, que es lo realmente bonito e importante, debe dedicarle tiempo.
Hay momentos en que uno reconoce tonalidades cercanas a las de War On Drugs, Chromatics, hasta Fleetwood Mac, lugares un tanto comunes a todo el panorama pop de ahora (y sí, este es un álbum pop), pero lejos de caer en el hype, la autora y sus colaboradores logran tal profundidad a través de ello, que fuerza a quien escucha a querer penetrar en la narración de la historia que nos están contando.
Es un disco de esos que agarran al oyente bien fuerte a base de texturas que encierran matices espectacularmente bien urdidos. Música cósmica, pero a la vez, cercana y carnal. Imposible no sobrecogerse ante los amplios espacios que propone “Take me back where I belong”, la candidez pop tan californiana de “These roads” o por supuesto, la desarmante desnudez de “Wild beast”, que cierra un disco a todas luces relevante, magnético y de largo recorrido. Una obra de extraordinaria madurez que supone el punto más alto de una carrera tan impresionante como la de su autora, que logra superar sus altos estándares previos a través de un destape sentimental y una excelencia musical extraordinarios.
Maravilla de disco.