Rufus T. Firefly + Ballena (Sala La Trinchera) Málaga 13/01/23
Tras cuatro intentos que no fructificaron por diversas razones, al fin Rufus T. Firefly pudieron desplegar en Málaga las bondades de El Largo Mañana (Lago Naranja Records, 2021), un disco que supuso un viraje hacia caminos más sinuosos y que amplió la paleta sonora de una banda inquieta y en continua búsqueda. La noche arrancó de la mejor manera posible con Ballena, formación local que ya va por su tercer largo, el brillante Fuerteamor (Subterfuge, 2022), y cuyas canciones han ido ganando en intensidad y voltaje emocional hasta mostrarse repletas de pulso y melodía, ya sea movidas por el cabalgar vigoroso de unos Band Of Horses en los desarrollos o por la pericia en los exquisitos estribillos de los Teenage Fanclub más soleados.
Es hora ya de que se hable más de ellos, sobre todo tras redondear una obra tan rotunda fruto de una evolución natural materializada en gemas tan perdurables como “Semana Ballena”, “Máquina Del Tiempo”, “Juntos” o “Dolores” que funcionaron en perfecta armonía con hitos pretéritos como “La Fiesta De Iniesta” o “Demosgracia”. Acercarse a su delicioso catálogo de pequeños clásicos atemporales asienta la sensación de que merecen mayor atención y reconocimiento, sobre todo al ver cómo crecen en directo gracias a una base rítmica rotunda y poderosa y a unas guitarras de cadencia cristalina que abrigan cálidas el palpitar de sus voces.
Con el ambiente más que caldeado y un sold out de justicia, Rufus T. Firefly asaltaron las tablas de La Trinchera con su “Torre De Marfil”, magna epopeya de épico transitar con la que entrar en su particular y rutilante recreación del sonido soul que en su momento abrió caminos del todo excitantes de la mano de Marvin Gaye, Curtis Mayfield o Isaac Hayes. Con una puesta en escena magnética, su antiguo repertorio aporta la concreción pop-rock mientras el más reciente lo pule a base de pátina negroide que destila groove hecho para bailar, aunque sea sutilmente.
Arropados por un sonido espectacular y unos juegos de luces vibrantes, el viaje propuesto por “Lafayette”, “Tempelhof” y “Polvo de diamantes” se antoja lisérgico y escapista, en perfecto contrapunto con la torrencial visceralidad de “El Largo Mañana”, “Sé Donde Van Los Patos Cuando Se Congela El Lago” o “Me Has Conocido En Un Momento Extraño De Mi Vida”. El tiempo se detuvo en la magna recreación de “Selene”, presentada como uno de sus temas favoritos, capaz de provocar el silencio en la sala mientras acariciaba las almas. Hubo espacio entre medias para bucear entre sus clásicos, con “Magnolia”, “Un Breve E Insignificante Momento En La Breve E Insignificante Historia De La Humanidad” y “Nebulosa Jade” a la cabeza,” antes de desplegar esa bofetada de psicodelia desatada que es “Río Wolf”. Víctor Cabezuelo se mostró emocionado por haber llegado a la orilla tras nadar contracorriente en sus intentonas previas por hacernos partícipe de esta valiente y atrevida nueva aventura, antesala de lo que pronto ha de venir como él mismo anunció. Nuevos retos para una banda cuyos horizontes se expanden impredecibles y estimulantes.
Fotos Rufus T. Firefly + Ballena: José Megía