Rufus T. Firefly – El Largo Mañana (Lago Naranja Records)

Al empezar su concierto en el Oh, See! Málaga de este pasado verano, Víctor Cabezuelo, líder de Rufus T. Firefly junto a su batería, Julia Martín-Maestro (responsable también de la parte artística de la banda), aclaraba que tendrían que cambiar el repertorio que venían haciendo, basado en su nuevo disco al completo, por la ausencia de su teclista titular, Marta Brandariz. Escuchándolo meses después, aquel ajuste cobra todo el sentido, así como la apuesta por mostrarlo antes de su publicación, en vivo y en formato físico previo al lanzamiento en plataformas digitales. Original y acertada propuesta como han demostrado las ventas cosechadas.

Los de Aranjuez han bajado las revoluciones sin perder intensidad, han aprendido “a tocar más flojito”, en palabras de su vocalista, y han abrazado el soul de pata negra, el de Marvin Gaye, Isaac Hayes o Curtis Mayfield, llevándolo a su terreno con naturalidad y logrando, de paso, su obra más conseguida, explorando nuevos territorios en los que se desenvuelven como si siempre hubieran estado esperando su momento. A lo largo de sus ocho canciones, la riqueza instrumental que impregna cada melodía deviene en una mirada a los setenta generada con talento y clase, desplegando un sonido de innegable aroma retro plagado de sintetizadores y congas omnipresentes (a destacar en este sentido el papel de Marta Brandariz y Juan Feo), que ejemplifican como han dejado atrás la cansina comparación con Tame Impala de los tiempos de Magnolia (Lago Naranja Records, 2017) y Loto (Lago Naranja Records, 2018), para articular un discurso que respira groove por todos sus poros, que se toma su tiempo para llegar, sin prisa, sintiendo cada golpe, retando al oyente a una escucha reposada que huya de las prisas y lo efímero y se detenga a saborear sus múltiples y cuidados detalles, resultando atrevido en intenciones e incendiario en acabado, a lo que contribuye un meticuloso ejercicio de producción, grabación y masterización a cargo de Manuel Cabezalí, Dany Richter y del aclamado Kennie Takahashi (productor de Michael Kiwanuka o The Black Keys entre otros) respectivamente.

No es una ruptura total con su pasado, pero sí un oportuno paso adelante, un salto al vacío con red, evitando estancarse y abriendo excitantes puertas para el futuro. Siguen presentes esas inconfundibles piruetas épicas que se deslizan como montañas rusas emocionales en canciones que piden ser disfrutadas con calma, como “Torre De Marfil”, no tan lejos de Radiohead en los pasajes instrumentales, pero el verdadero valor añadido de este valiente episodio radica en sus emocionantes y desatadas odas al terciopelo soul que bordan en su particular trébol de cuatro hojas dibujado por “Lafayette”, “Me Has Conocido En Un Momento Extraño De Mi Vida”, la definitiva “Polvo De Diamantes” y “Tempelhof”, con su explícita referencia al genio del sonido Motown, en las que se rebelan capaces de sorprender abriendo las ventanas a nuevos referentes. No faltan tampoco los reconocibles pellizcos de rock psicodélico que tan bien manejan (“Sé Dónde Van Los Patos Cuando Se Congela El Lago”), los envolventes y lisérgicos desarrollos con mención a la llama de Coltrane (“El Largo Mañana”) o los instantes de calma: la delicada caricia de “Selene” supone un perfecto epílogo que invita a perderse entre sus sinuosas curvas, con la mente bañada por los claroscuros de las deliciosas láminas que Julia Martín-Maestro ha creado para plasmar en imágenes la atmósfera generada por la música.

Cada verso multiplica el impacto en la memoria, jugando con el lenguaje en perfecta simbiosis con el universo recreado en un viaje donde letras y sonido se abrazan en armonía, dejando huella mientras recurren a hermosas metáforas donde los sentimientos más profundos adquieren una voz que los transmite más nítidos que nunca, haciendo que esta piel sea la que mejor permite percibir sus virtudes.

Mirando atrás, poco o nada han de tener que ver los Rufus T. Firefly de 2021 con los que seguramente un día imaginó Víctor Cabezuelo cuando dio forma a su sueño, pero su capacidad para asimilar los cambios y enriquecer su discurso aprehendiendo cada oportunidad que el destino les ha brindado, les ha llevado a dar forma a esta obra de enorme calado que se proyecta como un punto de inflexión en su consolidada trayectoria. Dicho con sus propias palabras: “el momento, es ahora”…

Escucha Rufus T. Firefly – El Largo Mañana

 

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