Entrevistamos a Fernando Alfaro por ‘Mundo Turbio’
Fernando Alfaro retoma su faceta de escritor con su primera novela larga, Mundo Turbio (Editorial Contra), un libro en el que el líder de Surfin’ Bichos y Chucho, amplía la vida del nutrido grupo de personajes atormentados de sus canciones, y nos presenta a Ángel Turbio, trasunto quizá del propio autor. Una obra que llegaba después de algunos relatos o de su su aventura con Pere y María (Muzikalia), libro en el que se expandían las aventuras de una pareja rota, cuya historia asomaba en ‘Corazón roto y brillante’ (Intromúsica, 2020), álbum conceptual firmado por Chucho.
Un relato lleno de referencias y guiños a todas las canciones de su larga carrera, que nos lleva hacia diferentes direcciones gracias a una trama tan peculiar, como reconocible. Aprovechando su publicación y la presentación por diversos puntos de la geografía, aprovechamos para charlar con él y descubrir su proceso de gestación.
“Escribir canciones es muy diferente a escribir prosa. Son tonos tan distintos, que es como si fueran actividades diferentes”
¿Cómo surge la idea de Mundo Turbio?
La idea original me la dio Didac Aparicio (editor de Contra) en su día. Hace unos años sacaron un libro que se llamaba Memorias Sónicas (2013, Contra), donde distintos músicos (Nacho Vegas, María Rodés, The New Raemon, Francisco Nixon, Maira Makovski…) hablábamos de nuestros discos favoritos. Algunos escribimos relatos y otros otras cosas, y a él el que más le gustó fue el mío.
En el que hablas de ‘Kicking Against the Pricks’ (1986) de Nick Cave & The Bad Seeds.
Exacto. Después de aquello quedamos un día y me propuso: ¿Por qué no escribes algo más largo, una novela? Y me sugirió que los personajes podrían ser los de mis canciones. Y ahí se quedó revoloteando la cosa. Yo ya tenía ganas de escribir algo más largo donde soltar todo lo que llevo dentro y me pareció una buena idea. Sabía que era arriesgado, porque tenía que ceñirme a un mundo ya prefigurado, lo que me quitaría cierta capacidad de maniobra. Pero este tipo de retos me resultan estimulantes. Aún así como te digo, desde que me lo comentó quedó simplemente ahí. No era una propuesta formal que terminó tomando forma en mitad de la pandemia.
En la pandemia cambió todo. Poco antes hicimos nuestro libro de conversaciones ‘La luz en sus entrañas’ (2020, Muzikalia) y ‘Pere y María’ (2020, Muzikalia) pero ya nos comentaste algo por entonces.
A mí ‘Pere y María’ me cambió un poco el paso respecto a este. Por entonces no había empezado a escribir prácticamente nada, solo tenía apuntes y una vez terminados y editados los dos vuestros decidí ponerme. Aparte de que estábamos en pandemia con todos sus debacles y todos los cambios vitales que en mi caso me funcionaron bien. Para componer el disco de Surfin’ Bichos, por ejemplo. Incluso para terminar ‘Pere y María’, esa introspección ayudó.
Volviendo a tu debut literario como novelista, ‘Pere y María’, no sé si te pregunté en su día si vinieron antes las canciones o la historia de ficción que contabas.
Primero vinieron las canciones, el disco ‘Corazón Roto y Brillante’ de Chucho (2020, Intromúsica). Pero al ver cómo iban yendo las canciones y que estaba contando una historia que era muy personal, pero a la vez era fácilmente compartible con otras personas que hubieran vivido situaciones similares, tuve un poco el impulso de externalizar la historia y crear unos personajes. Quería que tuvieran entidad literaria y mi primera idea era incluir el relato en el arte del disco. Habría sido más corto, sin capítulos, donde simplemente se contara la historia de esos personajes que vivían en las canciones. Fue proponérselo a nuestro querido Ernesto González de Intromúsica, y él tras hablarlo contigo, supongo, visteis que lo mejor era convertirlo en libro.
Sí, así es. Aprovechando que teníamos ya en marcha el de conversaciones.
Empezamos a hacer capítulos por entregas que tenían relación con las canciones del disco y se fueron publicando en Muzikalia. Al final conformaron un libro. El disco estaba grabado y al final el argumento del relato tenía que tener coherencia y estar pegado a la historia de las canciones. Al final quedó bien resuelto teniendo en cuenta esta circunstancia.
Desde luego.
Ahí había una ventaja y es que cada capítulo correspondía con una canción. Lo difícil era darle correlación, hacer una narración lineal como sí ha sido en ‘Mundo Turbio’. En este caso eran una serie de recuerdos en base a las cosas que les pasan a los personajes. Ahí el narrador era un fantasma de otra época que no comprende mucho nuestro tiempo y que habla con Pere de una manera paranormal. Al final queda más o menos claro que Pere en algún momento de la narración murió también. Este otro argumento está limitado a las canciones y ese fue el reto al que me enfrenté.
Tu forma de escribir canciones suele venir de lo personal, ¿cómo se te da el soltarte en la pura ficción?
Bueno, en las canciones también hay algo de ficción. Hay material biográfico, pero no todo. No es tan diferente en el sentido de imaginar procesos y transformaciones. Ver lo que puede sentir alguien que no eres tú. Siempre partimos de nuestra propia existencia, por razones obvias, porque es lo que mejor conoces, en lo más cercano. Esta fue una de las razones por las que decidí no hablar de música en el libro. Al final escribir canciones es muy diferente a escribir prosa. Son tonos tan distintos, que es como si fueran actividades diferentes.
Pero tú los llegas a fundir en el libro.
Sí, ha sido curioso porque a la vez yo estaba escribiendo ficción, pero alimentándome todo el rato de mis propias canciones. Las situaciones, los personajes, frases determinadas… lo comparo con recuerdos que tienes como escritor. Al final es la memoria la que crea la imaginación. Las canciones eran como cosas que yo había vivido, aunque joder, yo no he visto a Jesús corretear sin rumbo sobre las aguas y tal (risas). Pero al final las canciones son recuerdos míos y funcionan de manera bastante natural. Los fogonazos de canciones que van a apareciendo terminan encajando porque están escritos de forma natural. Iluminaciones como recuerdos.
Se nota más en la primera parte del libro, hay más referencias a canciones. La segunda parte entra en una espiral alimentada por la propia historia…
Puede ser, sí. Al principio es como el que pone gasolina en el coche y poco a poco se va dosificando. También responde a la etapa vital del protagonista, más agitada por la pura juventud y se corresponde más a canciones de esa época. Más o menos cada capítulo de narración va articulado por cada capítulo de letras, en mayor medida que en otros. En la vida, con el paso del tiempo me serené más a la hora de componer, según avanza la historia del libro va pasando algo similar. Aún así tuve que seguirme plegando a lo que eran las canciones, pero no va en orden cronológico tampoco, porque no hubiera quedado natural.
Sí, hubiera quedado muy forzado. De hecho el libro empieza con hechos que serán muy familiares para quienes conozcan tu vida, ya sea de haber leído nuestro ‘La luz en sus entrañas’ o por ‘Pequeño Circo’ (2015, Contra). Esas peleas de niños en el pueblo de niño, hasta que de repente cambia…
Esto es totalmente intencionado. Quien me conozca y haya leído esos libros que citas, sabrá que esas historias eran así. De hecho, en su día cuando Nando Cruz me preguntaba en su libro sobre los primeros discos de Surfin’ Bichos y las primeras canciones, a mí me salía hablarle de esas historias de niño cuando acabábamos a pedradas en el pueblo, de toda esa movida. Me pareció muy apropiado hacerlo así en el libro también. Era darle un punto confesional para ganarme al lector y ganar credibilidad a partir de ahí, pues ya lo de la cárcel y demás (risas).
Al final lo que quería era hacer una novela en la que contara interioridades y recopilara todas las canciones. Esto ya lo sabíais Chema y tú, quería juntar todas las canciones de todas mis épocas en un solo cuerpo. Tengo la sensación de que está todo desperdigado en distintos grupos, sellos, etc. Con algunas puedes acceder y reeditar, pero con otras no. Quería con llamadas de unas canciones a otras, demostrar que había conexiones entre todos los proyectos. Que si no eran más obvios era por simple respeto a mis compañeros de cada uno. En el libro aparecen todas esas referencias cruzadas. Al principio la idea era hacerlo parecido a ‘Pere y María’, alternando narración con letras, pero al final y a sugerencia del editor decidimos separarlo porque rompía mucho el ritmo.
Las canciones aparecen al final, pero de una manera curiosa.
Sí, aparecen como prosa, en texto corrido. Decidimos no incluir los títulos, a veces entre paréntesis, otras en la propia letra de la canción. Por una cuestión estética quería que aparecieran así, como una narración loca y fragmentada. El caso es que al ponerlo todo seguido y volver a leerlas noté una sensación similar a la que dice la gente al experimentar que está al borde de la muerte y ve pasar toda su vida por delante… Ahí decidí que quería que el personaje contara toda su vida, desde su infancia hasta su posible muerte. Y no quería que fuese largo, 250 páginas, no quería ser un plasta, que no fuera una putada para la gente (risas). El ritmo tenía que ser como es, que te arrastrara, algo trepidante. Aunque nosotros ya vamos trepidando.
Luego el propio libro tiene narraciones dentro de la narración. El famoso cuaderno de ideas para dibujar de Ángel Turbio. ¿Por qué así?
Hay casos muy diferentes entre sí. En el libro no aparece la palabra cómic, aparece tebeo alguna vez. Pero no se habla de novela gráfica. En su caso se habla de sus historias y sus dibujos, va en la misma línea de la que las ciudades no tengan un nombre real, ni los países. Solo hay una referencia temporal, por quien estuviera interesado en datar algo. La exposición de 1987 de Joel-Peter Witkin.
Me parecía interesante hacer esas llamadas. Una especie de punto de fuga, una historia que dieran coherencia al resto. Es como cuando habla de los Diarios de Petróleo, que es la propia recopilación de historias, la propia trama. Cuando él está tomando Natrelxona y ya no puede meterse heroína, ya puede entrevistar a esa gente que de otro modo no lo hubiera podido hacer, porque se hubiera acabado enganchando de nuevo. Todo eso acaba formando parte de la narración, son subtramas que profundizan en algunos personajes y algunas ideas sin necesidad de extenderse mucho. Todo dentro de la idea de que forme parte de lo mismo, ver las ganas del personaje de seguir adelante, de buscar calle y delincuencia para sus propias historias. La dinámica del escritor de siempre, y del músico también.
¿Cómo tenías la idea del libro planteada? ¿Estaba todo planificado o ibas avanzando según lo que te pedía el relato?
Por cómo me lo había planteado, que tenía que haber cierto paralelismo con las canciones, me obligaba a tener un plan muy pensado y bien armado. Tengo ganas de escribir algo sin tener esas obligaciones autoimpuestas. Este tipo de obras, que podrían llamarse puzzle, no podrían hacerse improvisando. Es imposible.
Tenías un esquema claro.
Exacto, aunque era un esquema que iba moldeando según iba escribiendo y cambié muchas de las situaciones. Tenía que ceñirme a él. Si recuerdas cuando hicimos el de ‘Pere y María’, hicimos una cronología para que todo cuadrara, para que no hubiera fallos de racord. Si alguien en otro universo se ponía a investigar si eso tenía coherencia temporal, que viera que la tiene.
De hecho, hay una referencia muy clara en el libro que no sé si te habrás fijado. En el capítulo correspondiente se habla de Pere y María y resulta que Ángel Turbio era en ‘Pere y María’ el camello amigo de ellos que les lleva a robar a una casa. Era él.
Qué bueno. Los personajes están conectados.
Sí, pero hay muchas más conexiones. Hay un personaje llamado Mateo, con el que Ángel tiene una relación homosexual, que es el protagonista del relato de ‘Memorias Sónicas’. El del depósito del agua donde se juntan los colegas… Y luego Juan Bautista, es el protagonista de ‘Buzos Haciendo Surf’, que es un relato que yo había escrito antes de que se hiciera el documental. Les sugerí este título por el relato. Ese había que editarlo a saco, era larguísimo y lo metimos solo en digital. Espero que no lo leyera nadie, necesita una edición con machete. Convenientemente editado funcionaría mucho mejor.
En el libro también aparece Ricardo, tu gran amigo y protagonista o inspiración directa de algunas de tus canciones (“Magic”, “Ricardo Ardiendo”, “Sangre en los surcos”). Que aunque conocemos su triste final en el libro parece alguien condenado, pero luego se recupera, aunque finalmente no…
Eso es exactamente lo que le pasó a mi amigo Ricardo. Tuvo muchas conductas de riesgo y en un momento en el que lo había dejado se fue a trabajar fuera con su pareja y su hija pequeña. Estaba mucho mejor, un aspecto mucho más saludable, pero se le desarrolló el VIH y terminó muriendo poco después. En el libro además me tomo la licencia de colocarle como el enemigo acérrimo de las guerras del pueblo.
¿Has pensado en darle la vuelta a todo y al igual que las canciones te han inspirado a escribir esta historia, que muchos de los relatos de ficción que aquí aparecen terminen convertidos en canciones?
Muy buena pregunta. Ese es un movimiento lógico y de hecho hay un par de canciones nuevas que parten de algunas historias de la novela. No lo he hecho muy conscientemente, quería a lo mejor explicar cosas de otra manera, con otras normas y llegando de otra forma al oyente. Igual de una manera más potente.
Próximas presentaciones de ‘Mundo Turbio’ de Fernando Alfaro
8/05/24 | CARTAGENA | LIBRERÍA LA MONTAÑA MÁGICA – ENTRADA GRATUITA
8/05/24 | CARTAGENA | MR. WITT CAFÉ – ENTRADAS EN PUERTA
9/05/24 | MURCIA | LIBRERÍA LIBROS TRAPEROS –ENTRADA GRATUITA
9/05/24 | MURCIA | LA YESERIA BAR – ENTRADA
5/06/24 | ÚBEDA | IGLESIA DE SAN LORENZO – ENTRADA
6/06/24 | GRANADA | LIBRERÍA TREMENDA – ENTRADA GRATUITA
6/06/24 | GRANADA | ROCKNROLLA UNDERGROUND CLUB – ENTRADA
7/06/24 | MÁLAGA | LIBRERÍA RAYUELA – ENTRADAS EN PUERTA
8/06/24 | CABRA (CÓRDOBA) | LIBRERÍA POR AMOR AL ARTE – ENTRADAS EN PUERTA
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Compra La Luz en sus entrañas (conversaciones con Fernando Alfaro), vivencias y carrera musical del líder de Surfin’ Bichos y Chucho. Unas charlas cercanas, crudas y sin filtros, que durante más de 300 páginas nos hacen acompañar al músico por una carrera llena de pasión, excesos y certeras composiciones.
Foto Fernando Alfaro: Toni Villar