Ainara LeGardon – Sala Costello (Madrid)
Dentro de la semana Aloud que estamos viviendo en Madrid con artistas del sello tocando en la sala Costello, el pasado martes la protagonista fue Ainara LeGardon. Para la ocasión la tendríamos a ella sola, acompañada de su fiel guitarra y su permeable voz.
La ocasión tenía visos de especial: el repertorio de la artista había sido confeccionado vía Facebook por los propios seguidores. Esta propuesta, a la vez que implicativa, supone un reto. Muchas veces sumergirse en el recuerdo de vivencias y sensaciones difuminadas en la bruma del tiempo es todo un desafío al sentirlas e interpretarlas cuando la persona, como bien decía Ainara, no es la misma tras los surcos que la experiencia va labrando.
Entre las pocas licencias, la bilbaína eligió “In the mirror” por cuenta propia para abrir la velada. Desde entonces ya sorprendió, no por nuevo, sino por convertirse en algo definitivo, el hecho de que, con ella, la reducción a la mínima expresión hace que su halo se expanda de forma asombrosa.
Candorosa, emocionada al recordar y con una voz muy cálida, repasó su cancionero ante una respetuosa audiencia sin que el vértigo ni la distancia temporal hicieran flaquear su defensa: “The death most desired”, con esa guitarra tan Afghan Whigs, la belleza en flor de aquel folk naciente en “This feeling true”, la espiral que es “The third” o el dramatismo infligido a “Each day a lie” fueron los instantes más hipodérmicos para el que les escribe.
Para el bis reservó la presentación de un nuevo tema más radiográfico aún -donde el único acompañamiento a su voz fueron percusiones hechas con el pie y sobre la parte trasera de su guitarra- y la convulsa “Forget just anything”.
Esperaremos al próximo mes para apreciarla bien arropada con banda y electrificando su propuesta para presentar de nuevo We once wished (11) del que, por esta noche, no asomó nada.
Raúl del Olmo