Derby Motoreta’s Burrito Kachimba + Los Estanques (Tomavistas Extra) 27/5/2021
El anfiteatro del parque madrileño de El viejo profesor seguía dando alegrías esta semana al público que seguía respondiendo incondicionalmente a la llamada de un nuevo episodio del Tomavistas Extra. No obstante, la ocasión de asistir a un nuevo doblete con dos de las bandas españolas más en forma como son Los Estanques y Derby Motoreta’s Burrito Kachimba era algo más que una excusa, casi una obligación.
Los cántabros, primeros en orden, rompieron el hielo a base de los teclados y bajo -que sería preeminente durante toda su actuación- de “Siento complacido” para adentrase inmediatamente en esos rescoldos jazzísticos de “Partiré hacia el sol”. Tras ahondar en los aporreos de Andrea Conti en “Percal”, y una llamada a tiempo a levantar esos ánimos a un público quizá todavía frío, el ritmo que cogió su actuación fue casi imparable. La interpretación de Íñigo Bregel iría mejorando con el tiempo, acompañando a esa instrumentación rock psicodélico cañero y algo urbano marca de la casa de “Arquetipo” o acaparando momentos más rápidos (“¡Joder!”) o más pop (“Juan el Largo”).
Alguien desde la grada se desgallitaba pidiendo “la del anuncio” mientras seguía cierta exhibición guitarrera con “Clamando al error” antes de volver a ceder el protagonismo al teclado y a ese combo de cierto jazz de “No hay vuelta atrás”. Y es que, dentro de su estilo, Los Estanques pueden presumir de cierto eclecticismo del que son testigos “La aguja” o “Efeméride” que iban anunciando el final de su actuación.
Pero, tras agradecer al público y antes de abandonar el escenario, “La loa que añoré” y “Mr. Clack” se hicieron un hueco a modo de introducción de ese final que muchos esperaban. “Soy español, pero tengo un kebab” se convirtió en el cierre anunciado, sitar incluido, y en el mejor enlace posible, musicalmente hablando, de lo que vendría después, con Derby Motoreta’s Burrito Kachimba en el escenario coreando el pegadizo estribillo.
Sobran presentaciones a estas alturas de los andaluces, por mucho que esa voz grabada anunciase su presencia sobre el escenario. “The New Gizz” sonó y puso las cosas claras: su propuesta no iba a dejar títere con cabeza, y menos a ninguno de los allí presentes cuando la instrumentación decayó y aquello fue una comunión al grito de “tómalo, siéntelo, vuelve a nacer, déjalo crecer”. “Porselana Teeth” precedió a los guitarreos de “Caño cojo” y, después y durante unos segundos, el giro de micrófono de Dandy Piranha, a paquete encorsetado y rizos al vent, pareció resucitar al Roger Daltrey que seguro lleva dentro.
Se tocó “El valle” y se agradeció al público su entrega, limitada pero sentida, antes de que “RGTQ” abriese un periodo (si es que no estaba ya abierto) de esa pureza progresiva andaluza que tanto nos gusta de ellos para terminar postrándose en el escenario azotados por la más pura herencia andalusí y volcarse con “Gitana”, un tema excelso que en directo se torna en una experiencia de primer orden.
La noche, entre unas cosas y otras, iba como un tiro. Su propuesta encajó, cómo no, y se permitió la agradable exhibición de destrezas en las cuerdas que esconde “Somnium Igni”, que sí, que bajará el ritmo, pero no veas cómo sienta cuando después se vuelve a subir de tono, con ese bajo abriendo el que ya se sabe último tramo del concierto.
Y es ahí cuando ya da todo igual, bien sea por esa sinergia “relajada” con el público en “Nana del caballo grande” o bien por esa energía que necesitaba salir por algún lado y que impacta una y otra vez en tu cara en forma de dragones, monos y todo lo que Derby Motoreta’s Burrito Kachimba pueda tener a bien en la nomenclatura de su repertorio al final de una noche en la que, curiosamente y en condiciones normales, habrías buscado un sitio en el que tirarte a descansar después de semejante fuerza.
Fotos Derby Motoreta’s Burrito Kachimba + Los Estanques: Adrián YR Photography
Viva la kinkidelia