Entrevista: Egon Soda
Egon Soda están a punto de lanzar su cuarto álbum, que llevará por título; El Rojo y el Negro, un nombre que hace referencia a dos conceptos, que se irían desvelando a lo largo de esta entrevista. El pasado once de enero ya lanzaron su primer adelanto, en forma de sencillo, titulado: “Glasnost”, que en ruso significa; “transparencia”, una manera de llamarlo nada casual y que casa perfectamente con todo el disco. Para este trabajo, la “super banda”, aunque ellos no admiten ese apelativo, bien podría haber optado por la continuación del anterior, Dadnos precipicios (Naïve 2015), pero han optado por el camino difícil, dotando a la lirica de un tinte sociopolítico y generando su álbum más conceptual, desde el arte hasta el orden de los temas. Me reúno con: Ricky Falkner y Ferran Pontón en las madrileñas oficinas de Heart of Gold para que me cuenten todo esto.
“Están los festivales y luego está la realidad, que es que, la gente no va a los conciertos. Para un grupo, salir de gira, es prácticamente un acto heroico”
La primera pregunta es prácticamente obligada, contadme un poco acerca del título del disco y por qué esos colores. ¿Hace referencia a la novela de Stendhal?
Ferran Pontón: Aunque me gustó mucho cuando la leí, no hace referencia a la novela de Stendhal, es una feliz coincidencia. Hace referencia a dos conceptos que son vehiculares en todo el disco, por un lado, está el color rojo, que tiene que ver con las letras, que obviamente son políticas y que se adscriben a una manera muy determinada de entender el mundo y la vida. Por otro lado, está el negro, que tiene que ver con la música, porque hemos querido acercarnos a ritmos y a musicalidades más afroamericanas, dejando a un lado la parte más americana que habíamos cultivado hasta ahora, o, al menos; en el disco anterior.
Es una manera también de buscar nuevos caminos, una mezcla un tanto arriesgada, porque son temas que no suelen ir muy parejos, pero nos apetecía probar eso. Estamos muy contentos, por un lado, porque nos lo hemos pasado muy bien haciéndolo y por otro, porque creo que, al final hay un extraño pegamento entre los dos conceptos que hace que estén unidos.
Lo que me estás contando entronca muy bien con lo que os iba a preguntar ahora, que se refería precisamente a eso. Se notan más ritmos que tienen que ver con el Soul o el Funk en el disco.
Ricky Falkner: Si lo notas, bien, porque teníamos dudas de si lo habíamos conseguido o no, así que perfecto.
Sí, es lo primero que pensé a la primera escucha. ¿Cómo es lo de llegar a un sonido concreto en una banda como la vuestra, con tantas personalidades dentro de ella?
Ricky Falkner: Había una idea inicial de cambio y de ir en busca de ese sonido, aunque es inevitable que, a lo largo de una grabación, el carácter del grupo pueda ir mandando sobre otras cosas. Era como una especie de alerta que teníamos ahí todo el rato de: “tenemos que ir hacia allí”, “tenemos que ir hacia allí”, siempre y cuando fuera confortable para nosotros. Entonces, lo que ha quedado del intento de ir y lo inevitable de nosotros mismos, es el resultado de este disco.
Ferran Pontón: Yo creo que hemos intentado a toda costa evitar ejercicios de estilo, no queríamos hacer una canción de tal o cual manera, hemos tratado de mezclar, aunque las canciones ya estuvieran ahí. No se trataba tampoco de escapar de ser Egon Soda, porque lo somos, pero no queríamos convertirnos en un chiste, hemos metido más mezclas en la manera de ser de Egon Soda y creo que hemos salido indemnes.
Ricky Falkner: También ha sido más divertido, sin duda, trabajar así.
Ferrán, has dicho antes algo muy interesante, que la política y cierta música no suelen ser compatibles. Sin embargo, yo creo que es algo propio de España, no hay que mirar solo a los anglosajones a la hora de mezclar letras sociopolíticas con todo tipo de música, también en Francia es normal hablar de temas políticos en las letras y nadie se extraña. ¿Qué opináis?
Ricky Falkner: Quizás por un tema de tradición de más años. La comunidad afroamericana ha tenido una gran tradición de letras sociopolíticas, eso desde luego.
Ferran Pontón: Lo que sí que es cierto es que es otro tipo de discurso político. Algunos artistas hay que también lo tienen, incluso en España hay algunos grupos que van también por ahí, pero, de entrada; siempre, o casi siempre, está el elemento reivindicativo en la música negra. Así que ese es el pegamento del que te hablaba, que hace que el discurso “rojo” de las letras acabe por casar con la música. A ver, te voy a poner dos ejemplos muy claros, que “Matanza”, que es una letra que habla de un atentado, tenga un ritmo latino, o que “Corre, hijo de puta, corre”, tenga unos coros de góspel, puede chocar o resultar extraño, pero al final yo creo que hemos sabido encontrar el sitio y el momento. Y la verdad es que estoy contento, iba bastante acojonado con el tema de las letras, porque era algo arriesgado y podía no salir bien.
Se puede decir, por lo que me contáis, que el disco es un todo muy concreto, casi conceptual diría yo. A pesar de que, igual, no os guste ese concepto.
Ferran Pontón: Bueno, es una palabra que a mí no me da mucho miedo, es un viaje, mezclado y grabado en el mismo orden que se escucha, y eso ayuda a perfilar la sensación de viaje. La primera canción, que es la que quizás tiene algo que ver con el disco anterior de Egon Soda, es la que te ayuda a entrar, luego vas introduciendo un tema más funk, luego metes un tema “garajero”, luego otro más blues, y te vas adentrando, te vas metiendo y acabas en un lugar distinto de lo que es habitual en los discos de Egon Soda.
El primer sencillo es “Glasnost”, que es el nombre que recibió la apertura de medios de comunicación en la Unión Soviética, a la par que la Perestroika. También era algo que repetía como un mantra, Gorbachov en aquel congreso del PCUS. ¿Qué significa para vosotros?
Ferran Pontón: Es un poco el principio del fin de la Unión Soviética, la voluntad de abrirse al mundo occidental, en cuestión de medios y de prensa. La canción habla un poco de eso, de la transparencia. También habla de la transparencia del recuerdo, de lo que ha sido, de cómo se mezcla de una manera peculiar tu manera de ver el mundo, tu estilo político, con tu historia personal o tu historia emotiva. Por eso tiene ese punto oscuro, ese punto nocturno, como si fuese una canción para la noche. Habla mucho del peso que tiene tu historia política, de cómo tu crecimiento como persona en la sociedad, ha ido variando, y entonces te encuentras con cosas que antes te parecían bien y ahora te parecen mal. Quería hablar un poco de eso.
Decididamente es un álbum con letras muy politizadas y ricas en referencias muy concretas. ¿Cómo creéis que va a ser recibido en ese sentido? Quiero decir ¿No teníais miedo de que haya gente que pudiera alejarse del disco por esto mismo?
Ferran Pontón: No me lo he planteado eso demasiado, creo que ya había algo de esto en Egon Soda, por lo tanto, no concibo imaginar que haya nadie que vaya a dejar de escucharnos por estas letras. Las letras son muy importantes en Egon y es algo que intentamos conservar. Además, no estamos vendiendo motos políticas en este disco, ese no es el tema…
Igual no me he explicado, no hablaba de que estuvierais vendiendo, o dando un discurso político en las canciones, solamente quería decir que son letras muy trabajadas y que hablan de algo muy concreto que no a todo el mundo le va a llegar.
Ferran Pontón: Cada cual habla desde su sitio, desde el que sea, yo hablo desde el mío, que tiene que ver con el mundo marxista, en el que me he criado. Pero uno puede pertenecer a un mundo totalmente neoliberal, que puede que le haya pasado lo mismo que a mí, habrá aprendido cosas con las que esté de acuerdo, y más tarde, por lo que sea, pues no esté de acuerdo con ellas. Creo que eso es algo universal, que, al fin y al cabo; es lo que hace que tenga sentido una canción, no tanto por lo que le pasa al tío que ha escrito la canción, si no por lo que cuenta para el receptor. Entonces por ahí no creo que las letras de las canciones sean un escollo. Además, hemos trabajo para que sonara así, para que la voz estuviera más alta y se entendiera mejor, es parte fundamental del disco. Por otra parte, creo que todo el mundo tiene derecho a disfrutar de la música, aunque igual no comparta ciertas ideas.
Cambiando de tema, aunque no os gusta que se os llame así, pero obedecéis a ese término tan anglosajón de “super banda”. ¿Cómo conseguís quedar para grabar, componer etc.?
Ricky Falkner: Pues nosotros éramos una banda que ensayaba muchísimo, como éramos un grupo que teníamos desde la adolescencia y en esa época teníamos muchas ganas y energía, pues hemos ensayado mogollón. Caímos en la marmita del ensayo (risas) entonces ya no ensayamos, lo cual facilita mucho las cosas, porque tres viven en Barcelona y otros tres en Madrid, así que: grabamos discos y damos conciertos. Para eso tenemos que tener un buen gestor de agendas, que es la persona que nos busca las actuaciones, le damos mucho la vara, pero para nosotros es bastante cómodo. Nunca hemos dicho que no a un concierto, nunca hemos tenido que cancelar por tocar con alguna de las otras bandas. Así que no lo veo como algo problemático. Al final las cosas se consiguen.
Ferran Pontón: Tampoco tocamos tanto. (risas)
«La gente va a los festivales como divertimento puro y duro, una autentica juerga. Al final esto derivará en que ofrecerán todo tipo de ocio, no solo música»
Pero hombre ya no lo digo por Egon Soda, está claro que pertenecéis a bandas con renombre que están ahí, tocando en el circuito de festivales, por eso decía lo de compaginar.
Ricky Falkner: Pero hay veces que coincidimos en algún festival con las otras bandas, y también hay veces que lo haces coincidir. Yo hay veces que he hecho doblete en un festival.
Ferràn Pontón: Yo diría incluso que he hecho tripletes (risas).
Hablemos de cómo ha sido la grabación. Lo habéis grabado en diez días en la Casa Murada, que es una antigua masía, reconvertida a estudio de grabación. Es un sitio que ya conocéis bien. ¿Qué tiene que no tengan otros estudios o lugares?
Ricky Falkner: La Casa Murada sí, la guardamos mucho cariño, además de por el sitio en sí, por la gente que lo lleva. Es un sitio mágico, no lo quiero decir mucho, no sea que se ponga de moda (risas). Se está muy bien, se respira mucha paz, convives allí con tu grupo, duermes, pasas frío, calor, en verano te bañas; te lo pasas bomba, en invierno es hogareño y “chimineoso”, y luego las condiciones del estudio… suena de puta madre, tiene el equipo que necesitas. Me costaría cambiarlo, nosotros vamos a pelo ahí, necesitamos concentrarnos en el disco, y ahí te metes en el “agujero”, te pones a trabajar y ya lo tienes todo hecho. Si fuera de otra manera, con lo poco o nada que ensayamos, no podríamos sacar un disco en ocho o diez días.
Ferran Pontón: Además es un sitio donde coincides con gente siempre interesante, nosotros entrabamos y salían Izal, que seguro que nos dejaron algo de su magia por allí.
Y todo el tema de la postproducción se lo habéis dejado a Jordi Mora
Ricky Falkner: Se lo dejamos a Jordi Mora para mezclarlo, y ha sido prácticamente el productor del disco. Lo ha pillado todo a la primera. Ha sido un “trabajazo”, que normalmente lo harían Ricky o Charlie. Estábamos muy tranquilos dejándolo en sus manos. Lo importante no es ya tanto el detalle, si no el concepto de las canciones, por donde tiene que ir, y eso Jordi lo sabía.
Antes me habéis mencionado los festivales. Está claro que la música en directo, desde hace unos años, pasa por ahí forzosamente. A pesar de que siempre es positivo que haya gran variedad de festivales ¿no creéis que eso ha sido contraproducente para la musica en directo, en salas?
Ricky Falkner: Sin duda, las salas han bajado mucho. Están los festivales y luego está La realidad, que es que la gente no va a los conciertos. Para un grupo, salir de gira, es prácticamente un acto heroico. Con total seguridad vas a acabar perdiendo dinero o poniéndolo de tu parte, yo, con Standstill, acabamos por dejar de tocar en salas, y eso que se suponía que era un grupo que tenía el poder llenar salas.
Y que teníais un nombre y estabais avalados por una carrera y unos discos impresionantes
Ricky Falkner: Pues ya ves, el último disco no le giramos, solo tocamos en festivales, o cosas concretas que nos contrataron. Es que, por ejemplo, irte a tocar hasta Córdoba a una sala, ya no sale a cuenta. La gente no se mueve, porque se gasta el dinero en festivales, y porque hay tal cantidad de festivales que si eres un grupo que toca bastante, pues te pueden ver 27 veces. La gente ha perdido el respeto de ir a ver a un grupo a una sala. Pero bueno, igual es una fase. Los festivales mutarán a otra cosa.
Ferran Pontón: Los festivales son el signo de los tiempos que vivimos, ahora se tiende a que todo sea más corto, más rápido, que implique menos atención. Creo que es un poco todo eso, no quiero decir que tenga que ser menos intenso o que transmita menos, sencillamente que el formato es diferente.
Y siempre cuesta menos escuchar a un grupo media hora y a otro, otra media hora en un festival, que ir a un concierto de dos horas de un artista, que tienes que estar callado y atento a lo que está cantando y hay que trabajar más.
Ricky Falkner: También que la gente va a los festivales como divertimento puro y duro, una autentica juerga. Yo creo que al final esto derivará en que los festivales ofrecerán todo tipo de ocio, no solo música, también incluso atracciones como una feria o un parque de atracciones.
Ferran Pontón: Dependerá, y creo que eso sí puede ser interesante, si el festival tiene sentido de estar donde esta, trabaja con la gente del sitio, crean algo interésate de allí, de la zona a la que pertenezca. Y que la gente que vaya sabe que hay un cariño y algo especial porque sabe que tiene algo que ver con ese lugar. Eso puede ser un tema chulo para trabajar con la gente y las bandas del lugar, ese puede ser el camino correcto.
Sonorama, por ejemplo, lo ha conseguido ¿no? Es un festival que se asocia al lugar. Y ha logrado integrarse perfectamente en la ciudad.
Ferran Pontón: Ese es un buen modelo que seguir, aunque seguro que hay algunos más.
Pues muchas gracias por todo. ¿Queréis añadir algo más?
Ricky Falkner: No, bueno sí: ¡Chimpún!
Fabulosa y buenísima entrevista a ese gran grupo que es Egon Soda, realmente interesante tanto en preguntas como en contestaciones. Su nuevo tema «Glasnost» suena potente e hila muy fino a la vez. Buena suerte a la banda barcelonesa con su cuarto álbum de colores «rojo y negro» 😉 .
Felicidades al autor Fernando del Río y a Muzikalia por su trabajo con la entrevista. Un saludo.