Entrevista: Kommode
Los artistas han venido a salvar el mundo. Y los músicos, todavía más; están aquí para reformarlo. Tocados todos por la mano de Dios, como que los que no pretendan revolucionar la cultura, la estética o las dos cosas a la vez al grito de ya, y solo con el poder que les confieren un micro y una guitarra, mejor que se vuelvan a su pueblo. ¿Qué es un cantante y compositor de banda célebre que no habla como si hubiera vivido más vidas que los demás, como si no flotara, como si estuviera sacrificando a su abuela en público para que tú puedas pegarte unos bailoteos este sábado noche? Pues es Kommode, sin ir más lejos, a quien la pretensión de divinidad terrestre que parece inseparable a la profesión artística se le aparece tan extraña como al resto de los mortales su refrescante y escandinavo purismo expresivo.
No le apetece filosofar sobre su arte, ni siquiera poder buscar en Google el nombre de su último proyecto musical al margen de los Kings of Convenience que le dieron la fama. Aun así, por supuesto, la mística de la rockstar sigue ahí, y el carácter elegantemente subversivo de su Analog Dance Music no tiene menos potencial para cambiar el curso de la historia del que tuvo Sid Vicious.
La primera vez que busqué la palabra ‘Kommode’ en Google, me encontré con un montón de enlaces a Ikea y eBay vendiendo diferentes modelos de cajoneras y trastos por el estilo. Fue un poco raro, la verdad. ¿Cómo te hace sentir a ti esto? No es que te conozca mucho, pero por alguna razón te imagino estando hasta orgulloso de ello.
Hmm… Bueno, es divertido tener un nombre imposible de googlear, pero tampoco quiero ayudar a IKEA a conseguir más clientes. Puede que, fuera de Escandinavia, Ikea sea considerado un símbolo del diseño escandinavo, pero aquí es precisamente lo que mató a la industria del mueble. Noruega, por ejemplo, solía tener un montón de pequeñas fábricas que se centraban en la artesanía, los materiales naturales y el diseño modernista. Me entristece ver cómo la mayor parte de todo aquello ya no existe… Pero el nombre “Kommode” tiene otro significado, de hecho; si lo escribes en francés y luego traduces esa palabra al inglés, verás que tiene sentido de una manera muy distinta…
[«Kommode» en francés se escribe «commode«, que posteriormente y muy apropiadamente se traduce al inglés como «convenient«.]
“No creo que la música rebelde tenga ningún poder para cambiar nada. Mira al punk. ¿Logró acaso derrocar el capitalismo? No exactamente”
¡Nunca había escuchado una manera más guay e innecesariamente complicada de explicar un nombre! Pero te pregunto porque parece que la palabra con la que has bautizado este último proyecto tuyo es la máxima expresión metafórica de la hipnótica falta de pretenciosidad que envuelve a Analog Dance Music (eso ha sido un cumplido muy pretencioso, por si no lo habías pillado). ¿En realidad, te consideras un músico pretencioso o tengo razón al suponer que no lo eres?
Gracias por el cumplido pretencioso. Y sí, tienes razón sobre la falta de pretensión. Ninguna banda es santa. El talento significa, sobretodo y en la mayor parte de los casos, buenos hábitos de trabajo. Escogimos un nombre muy pequeño e insignificante, pero a medida que nos adentramos en el proceso, empezamos a sentirnos más ambiciosos. Nos dimos cuenta de que queríamos hacer un álbum realmente bien facturado.
Entonces, ¿cuál era el propósito de Kommode (si es que tenía alguno), a nivel artístico o personal? Cuando te lees alguna reseña del álbum o recibes feedback de algún buen oyente, ¿qué esperas oír o leer acerca de las impresiones que Analog Dance Music causa en la gente, idealmente?
¿El propósito? Para mí era un patio de recreo musical donde podía hacer otras cosas diferentes de las que había estado haciendo con Kings of Convenience. Tocar el bajo, por ejemplo. Y era también una excusa para pasar más tiempo con mis dos buenos amigos, Anders Waage Nilsen y Øystein Bruvik, que más tarde se convirtió en una ambición artística: grabar un álbum que fuera a la vez pegadizo y complejo, para que funcionara en muchas situaciones diferentes: en una discoteca, en un café, una cena… O solo por la noche, escuchando música a con los auriculares. Siempre tengo en cuenta la versatilidad de la música.
¿Qué es exactamente lo que mantuviste de Kings of Convenience y qué fue lo que dejaste atrás mientras construías Kommode y Analog Dance Music?
Las canciones que he escrito para Kings of Convenience han empezado en casa con una guitarra, y las canciones de Kommode comenzaron en las jam sessions con Anders y Øystein, donde tocaba el bajo y cantaba.
En términos de producción, sin embargo, Kings of Convenience y Kommode son un poco opuestos: Kings es minimalista, mientras que Kommode llamaría a otro trompetista si las 20 pistas que ya tuviéramos registradas no fueran suficientes.
La mayoría de referencias genéricas en Analog Dance Music son más o menos fáciles de identificar, de alguna manera predecibles y hasta notablemente calculadas: una base de Italo disco con brisas constantes de cool jazz y chispas de Britpop aquí y allá. Pero lo que proporciona el elemento cálido son las sutiles huellas de bossa nova, que se hacen particularmente evidentes tanto en el single «Fight or Flight o Dance All Night» como en «I Feel Free». ¿De dónde viene la inesperada influencia brasileña?
La bossa nova ha sido la banda sonora de mi vida desde que era un niño. Mi madre tenía unos cuantos discos brasileños en nuestra casa. Es algo que siempre he amado. En Brasil, incluso, llaman a los Kings of Convenience «bossa noruega», por lo que no eres la primera en detectar esa influencia.
¡Debe de ser un gran honor, viniendo de la gente que inventó la bossa nova! Y hablando de música brasileña y de sus buenas vibraciones; no hay duda de que la positividad puede ser una respuesta razonable y saludable a la oscuridad o a la desesperación, y todo lo que se desprende de Analog Dance Music constituye un muy buen ejemplo de ello. Pero ¿de verdad no te parece un tanto complaciente (e incluso condescendiente) el hacer un álbum que se puede describir como «la banda sonora ideal para una fiesta de verano» en el contexto de una coyuntura social que ha dado lugar a la música más rebelde, violenta y experimental que se ha hecho en décadas? ¿Calificarías a Analog Dance Music como un disco conservador, o hay una audacia sutil y subyacente en él? ¿Todavía sigue vigente aquello de “Quiet is the New Loud”?
¿Un disco conservador? No, en absoluto. Pero sí confieso que estoy atrapado en este dilema entre lo buena que es mi propia vida personal y lo mal que está el mundo. Trato de averiguar dónde terminan las cosas buenas y dónde empiezan las malas. No creo que la música rebelde tenga ningún poder para cambiar nada. Mira al punk. ¿Logró acaso derrocar el capitalismo? No exactamente. Pero la música inspiradora y vigorizante sí puede ser un buen combustible para el trabajo que necesita hacerse para alcanzar ese fin. Ahora mismo hay mucho por hacer.
Si alguna vez hubo un álbum que no debió de ser concebido para tocarse en vivo, probablemente ese sea Analog Dance Music. ¿Cómo crees que tal obra de artesanía, rigor y horas de estudio encaja en el contexto de una actuación en vivo, que a menudo se considera como la oportunidad para que una canción ponga a prueba su capacidad para la espontaneidad y la improvisación?
Ya veremos… Cuando toquemos las canciones en vivo, habrá que omitir algunos elementos del disco. Pero espero que la combinación de una sección batería/bajo bien encajada con unas melodías pegadizas sea suficiente para entusiasmar a la gente.
¿Y qué hay de tu propio entusiasmo? ¿El proceso de grabar un álbum tan bien tejido y sónicamente sólido es más tedioso que agradable? ¿Eres muy exigente para con lo técnico o exiges un tipo muy específico de atmósfera para poder definir fielmente tus composiciones? ¿O es todo un poco más «rock & roll» de lo que parece?
Gracias. Creo que he percibido otro cumplido por ahí. El proceso fue muy exigente, pero no nos pusimos fechas límite, así que todo se hizo en el momento que sentimos como más adecuado. Creo que grabar música es un poco como dibujar un círculo perfecto: muy difícil de hacer y extremadamente fácil a la hora de ver los fallos. Si puede uno permitirse hacer unas centenas de tomas, como hicimos nosotros, cierto componente de presión se diluye. Así que, por lo general, fue agradable.
“Ninguna banda es santa. El talento significa, sobretodo y en la mayor parte de los casos, buenos hábitos de trabajo”
¿Qué hace irrepetible a la música analógica, aparte del hecho evidente de que es objetiva y literalmente imposible de repetir dos veces de la misma manera? ¿Qué hay en esta “música de baile analógica” que no se puede encontrar en la música de baile electrónica convencional, o en cualquier otra música de baile, ya puestos? Y al revés, también: ¿qué hay en la música electrónica que no se puede encontrar en la analógica?
La diferencia entre la EDM y la ADM yace en el elemento interpretativo. Las personas nunca pueden hacer exactamente lo mismo dos veces, pero los ordenadores sí hacen las mismas cosas una y otra vez. La música pop tiene que ver con la repetición, pero la repetición suena repetitiva, valga la redundancia, si no se le añaden cambios sutiles. Los buenos productores de música electrónica saben esto y los añaden, pero los que hacemos música analógica tenemos esas variaciones de forma gratuita.
Y, por último, aunque no menos importante, y como Nardwuar the Human Serviette (el más brillante periodista musical canadiense de todos los tiempos) siempre pregunta al final de sus entrevistas, ¿por qué a la gente debería importarle Kommode?
¿Por qué a la gente debería importarle…? Esa es una pregunta muy filosófica, y las preguntas filosóficas me molestan porque buscan respuestas universales cuando, realmente, existen muy pocas. ¿Cuál es el significado de la vida?, esa es otra cuestión filosófica que es totalmente engañosa. Hay tantas respuestas como personas, a esa pregunta. La música es otra cosa personal, y la mayoría de la gente nunca escuchará o se preocupará por Kommode. No hay nada de malo en ello. Y a la gente a la que le encante, le encantará por un montón de razones diferentes.
Y eso es a lo que yo llamo una respuesta conveniente al nivel de la de un rey.
Interesante entrevista y gran descubrimiento. Les había perdido la pista