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Entrevistamos a Dorian por ‘Futuros Imposibles’

Dorian publicaban hace algunas semanas Futuros Imposibles (Intromúsica), uno de sus trabajos más personales que convertía buen número de experiencias traumáticas, -como la separación de dos de sus miembros, Marc y Belly-, en grandes canciones.

Una vuelta a su sonido más característico, con la que miran hacia adentro desde una perspectiva madura y abordan este tipo de problemas universales desde la aceptación positiva en lugar que desde el rencor. Aparte de ello, temas con los que buscan nuevas ópticas y matices.

Hablamos con Marc Gili sobre estas nuevas canciones, el camino recorrido por Dorian en sus 20 años en la música y su relación con ella.

«Encontramos una especie de filón o hilo narrativo poco explotado en la música pop, que eran las canciones de ruptura y de duelo que expresan al mismo tiempo agradecimiento, amor y ternura por la persona que estamos dejando atrás»

Vuestras nuevas canciones nacen del duelo, del trauma de vuestra ruptura y de algún otro problema. ¿Cómo se transforma todo eso en un disco?

Diría que por gracia de la magia. Porque la suerte que tenemos los que hacemos canciones es que podemos convertir esos maremagnum, esos momentos armagedónicos que todos tenemos en la vida, en canciones y de alguna manera pues exorcizar todo. De estas experiencias salen las grandes canciones. Desde la alegría poca cosa buena me ha salido y es que realmente pienso que los seres humanos hacemos arte porque somos seres incompletos.

¿En qué sentido?

Si fuéramos seres perfectos, como un círculo que empieza y acaba y es igual a sí mismo, no necesitaríamos hacerlo. Al final, el arte nace de la necesidad, del dolor, del desgarro, de las preguntas, del pasmo que a veces nos provoca la sociedad, del mundo, la vida… Si no, ¿para qué? ¿Para qué escribir el Gatopardo? ¿Para qué hacer Disintegration? ¿Para qué escribir Masters of War? No tendría ningún sentido si todo fuera perfecto.

Cuando te han pasado muchas cosas en la vida, como nos han pasado a nosotros y especialmente a mí en los últimos tres o cuatro años, que no solo es la ruptura con Belly, sino otros momentos traumáticos con otras personas, gente que se me ha ido, momentos de saltos de madurez que he tenido que hacer… Bueno, pues lo que se llama vivir. Que a veces tienes etapas en la vida que son más rutinarias y otras en las que se convierte todo más en el perfil de los Pirineos, que subes, bajas…  cuando atraviesas una etapa de estas creativamente es como un oasis, que te salen solas. Y eso es un poco lo que ha pasado con las canciones de Futuros Imposibles. Por un lado es el álbum más autobiográfico de Dorian, y por otro lado pienso que siendo el más autobiográfico, será el álbum, posiblemente, con el que más gente conecte.

 

Claro, todos hemos vivido situaciones con las que identificarnos.

Exacto. Todos hemos atravesado duelos, tanto por rupturas sentimentales como por la muerte de amigos o familiares. Todos hemos tenido que pedir perdón, que es de lo que habla la canción “Por ti”. A todos se nos ha ido a veces la pinza, como explicamos en canciones como “Una noche más” o “Sólo el cielo”, y todos hemos tenido experiencias como las que narramos en “Elegía” o en “Algo especial”. Por todas estas razones, pienso que es un álbum que siendo súper autobiográfico es el más universal que tenemos.

Al final parece que canciones sobre la alegría solo le salen a Chris Martin (risas).

Sí, pero claro… algunas buenas tiene sobre la alegría, la verdad que el cabrón a veces las clava, pero claro últimamente se marcó unos pasteles que yo creo que… Luego te ponen un montón de pulseras fluorescentes, confeti y tal, y la gente se lo acaba tragando. A mí me gusta más el Chris Martin melancólico, la verdad, porque es un gran compositor.

Volviendo a este recurso de hablar sobre el dolor, la pérdida, etc., es recurrente en la historia de la música y efectivamente ha dejado grandísimos discos y canciones. ¿Tenías algún referente que te inspirara?

Justamente no, y perdón si parece soberbio, pero es que no tuve dónde agarrarme. Mientras estaba haciendo las letras de estas canciones, me di cuenta de que la historia de la música pop o popular está plagada de canciones de ruptura y desamor, que abordan estos temas desde el rencor y desde la rabia o desde el reproche… pero no habían tantas canciones de ruptura que hablaran desde el recuerdo positivo a la persona con la que has estado y el agradecimiento a todo el camino recorrido con esa persona y a lo que te ha aportado positivo en la vida.

Entonces me di cuenta de que tenía una especie de filón o hilo narrativo poco explotado en la música pop, que eran las canciones de ruptura y de duelo que expresan al mismo tiempo agradecimiento, amor y ternura por la persona que estamos dejando atrás y que ya no va a volver a nuestra vida. Esto lo encuentras en “Algo especial”, en “Elegía” y, como te decía, también en “Por ti”. Y creo que en este sentido, ahora que se habla tanto del tema de la comunicación no violenta entre parejas y entre compañeros de trabajo, entre familiares… Ahora que se habla tanto de salud mental, pues poner sobre la palestra un puñado de canciones que hablan de ruptura desde el afecto, desde el agradecimiento y desde el cariño a la persona que ya no está con nosotros, aporta algo al panorama. Y creo que, teniendo en cuenta que vamos a cantar estas canciones delante de bastante gente en los próximos años, pues creo que algo bonito quedará ahí. En “Elegía”, por ejemplo, decimos en un momento, “quiero sentir que estás ahí, que vivirás dentro de mí por todo lo que hiciste y lo que di”. Y al final decimos, “me quedo con todo lo que aprendí de ti”. O en “Por ti” decimos, “no hay dolor si perdonas, no hay rencor si lo sueltas. Desapégate del dolor, desapégate del rencor y te curarás”. Porque como dice la propia canción, “las palabras hacen daño si no las sabes usar”. Entonces creo que hay un discurso muy bonito ahí que atraviesa todo el álbum, luego hablamos de otras cosas también en otras canciones, pero que vertebra el disco y le da un sentido a todo.

Sí, es afrontar la ruptura desde un punto de vista muy maduro. Mira lo que ha pasado en grupos como Sonic Youth, o aquí con Klaus & Kinski, que también eran pareja.

A ver, la ruptura estuvo a punto de llevarse la banda por delante, eso sucedió mientras componíamos Ritual. El proceso de composición fue muy duro porque se juntan la ruptura con una pareja que llevaba muchos años construyendo su vínculo y además esta banda, pareja sentimental y profesional al mismo tiempo. Y el segundo lugar era el contexto de la pandemia, confinamiento, toque de queda, paranoia, psicosis social…

Nosotros salíamos en las horas que podíamos estar en el estudio siendo legales, y nos íbamos a nuestras viviendas provisionales llorando, cada uno por su lado. Aquello era inaguantable y aún así logramos alumbrar un álbum como Ritual que tiene momentos brillantes. ¿Qué pasó ahí? Hubo un momento en el que la banda nos arropó mucho, Bart y Lisandro nos arroparon mucho, manteniéndose a una distancia equidistante de los dos, sin tomar partido por ninguno de los dos, pero arropando, acompañando en esa enfermedad transitoria que es el duelo. Y juntos fuimos dándonos cuenta de que lo que queríamos por encima de todo era a Dorian, que era como nuestro hijo y que sería una lástima tirarlo todo por la borda con lo que disfrutamos haciendo música para este proyecto. Dicho esto, la confección de esas canciones fue dura. La confección de las canciones de Futuros Imposibles ha sido lo contrario, ha sido un gozo, porque ya hemos superado el duelo, ya podemos hablar de ello en estas canciones.

No habría sido posible escribir una canción como “Algo Especial” hace tres años. Simplemente no puedes hacer eso con la persona al lado. Al final lo que ha pasado con las canciones de Futuros Imposibles, y por eso es un álbum que suena más a Dorian que Ritual o más a Dorian que nunca, es que hemos vuelto a hacer lo que mejor se nos da y disfrutando como grupo. Belly y yo hemos vuelto a estar en una habitación haciendo música juntos y disfrutando. Es la persona con la que mejor me lo paso del mundo haciendo música. Nos fuimos dando cuenta de que el vínculo, que es ese río subterráneo que nos une a las personas, estaba más sano que nunca. Habían volado los puentes, ahora amamos desde otro ángulo, nunca más volveremos a estar juntos, pero nuestro río fluye caudaloso y a la vista está con estas canciones, que han salido del dolor, pero también del disfrute de hacerlas con las personas que te importan.

 

Pienso ahora también en Amaral, por ejemplo, Eva y Juan también habían sido pareja, y ahora son pareja profesional.

Ya, recuerda lo que pasó con Fleetwood Mac, que pasaron lo suyo y en los 80 no se podían ni ver hasta El Tango In The Night, que es del 88. Luego Blondie, que pasaron por lo suyo al mismo tiempo, porque encima el manager les robó todo el dinero porque estaban todo el día colocados. Se arruinaron y encima rompieron, pero que también resucitan con “María” en los 90. Y luego el caso de Amaral en España. Todo los demás, devastador. Y a cuántos nos gustaría que volvieran Sonic Youth, pero no va a volver.

Volviendo un poco a esta temática y a las canciones, “Algo Especial” y “Por ti” son un poco espejo, cada una desde una perspectiva.

Sí, como decimos es un disco atravesado por una línea argumental que tiene que ver con la superación positiva del duelo. Me gustaba mucho la idea de que el álbum tuviera una carta de mí hacia Belly en la primera parte del álbum, en este caso la canción que lo abre, y en la segunda parte del álbum una respuesta de ella. En los conciertos está teniendo una acogida buenísima, porque tiene un mensaje muy bonito.

Se abre ahí una veda que no habéis explotado hasta ahora ¿Ves visos de que en un futuro cante alguna otra canción? ¿O incluso hacer un dúo entre los dos?

Sí, sería muy bonito y seguro que va a pasar.  Se lo veníamos pidiendo desde Justicia Universal. Belly tiene una voz muy bonita, ella ha hecho muchas segundas voces en la carrera de Dorian, pero nunca se había animado porque le parece que su voz no es suficientemente bonita. Y lo le decía: Lo que no es tu voz es normativa. Tú no puedes ir a Operación Triunfo y llegar a la final, pero tampoco habría llegado Nico de la Velvet, ni Astrud Gilberto o Jane Birkin. Yo creo que la voz de Belly tiene esa personalidad, esa cosa arenosa tan bonita, que vamos a seguir explotando segurísimo.

Este es un disco de sentimientos y parece que habéis aparcado temáticas más sociales o más comprometidas que sí han salido a la luz otras épocas.

Sí, porque bueno, esto a mí me va por épocas. Nosotros llevamos hablando de temas sociales o políticos en algunas de nuestras canciones desde nuestro segundo álbum, El futuro no es de nadie, que ya se llamaba así porque había un problema con la vivienda en España. Han pasado 20 años y estamos no igual, peor. O sea, que es muy fuerte lo de la clase política de nuestro país. En ese álbum ya hablábamos de temas de la vivienda, de lo cansino que es la dicotomía derecha e izquierda, etc. Tenemos otra canción que se llama “La playa bajo el asfalto”, que es un homenaje al mayo del 68. Son temas que hemos ido tocando también en otros discos, en Ritual teníamos una canción que hablaba de feminismo, que es “Techos de cristal” u otra que hablaba de la gentrificación, “Tornado”. O “Mundo perdido”, de un tono más ecologista.

Pero si bien Ritual es un álbum atravesado por la idea de nosotros, porque estábamos todos en pandemia y nos estábamos mirando los unos a los otros como sociedad, en este Futuros Imposibles, por razones obvias y ya contadas, me apetecía volver al yo. Me apetecía volver a explicarme las cosas a mí mismo y a conectar con el oyente desde esta perspectiva más individual y existencialista.

 

Ritual era un disco más cercano a la música de baile, incluso jugueteaba un poco con la música urbana. Había influencias latinas, tropicales y eso también se queda aparcado y volvéis un poco a la introspección de los discos anteriores.

Podríamos trazar claramente una trilogía discontinua en la carrera de Dorian, que abarcaría los discos La ciudad subterránea, Justicia universal, que el más querido por nuestros seguidores, y este Futuros Imposibles. Yo creo que trazan una trilogía perfecta, además los tres tienen deliberadamente portadas con tonos azules. Me encanta la idea de que esos tres discos están perfectamente conectados entre sí en lo que es el sonido Dorian puro, esta mezcla de new wave, post-punk, electro, rock, chispazos de electrónica, guitarras afiladas. En el caso de Futuros Imposibles con algunas pinceladas de folk alternativo que nos podrían llevar a sonoridades cercanas a Bon Iver, Sufjan Stevens, temas como “Sobre el cielo” o “Elegía”. Pero sonido Dorian, al fin y al cabo. Nos dimos cuenta de que nos estaba saliendo muy bonito y muy sui generis y que teníamos que dar rienda y dejarnos llevar. Son canciones que suenan Dorian, creo que es una suerte poder decir que algo suena a ti. Lo cual no quiere decir que en un futuro no volvamos a experimentar con otras músicas.

La canción quizá más Ritual o la única que tiene un poco ese rollo es “Una noche más”.

Sí, es verdad que tiene un punto más a Ritual por el hecho de que suena muy actual. Le metes autotune y podría estar en un disco urbano, pero en el fondo si te fijas es una canción súper new wave. Muy ochentera.

Sorprenden algunos cambios de registro como el de “Elegía” que es prácticamente acústica.

“Elegía” para mí es una canción muy importante. Se la dedico a una persona con la que he pasado los mejores momentos y los peores. Lo que vendría siendo una relación tóxica en toda regla (risas) con lo bueno y lo malo. No es Belly, es otra persona. Es una persona a la que amo profundamente y esa canción la hice en las catacumbas de mi habitación con una guitarra y llorando. Las dos únicas canciones en mi vida que he compuesto llorando son “Cualquier otra parte” y “Elegía”, para que veas la importancia que tiene para mí.

El sentimiento que tiene es muy profundo. Es una canción de ruptura que habla de ello con un sonido muy crepuscular, muy de fin del camino, muy de punto final. Cuando estás en ese momento afloran los sentimientos de una manera magnífica. Empezaron a salir estos acordes tan bonitos con cuerdas al aire que le dan una sonoridad un poco más mística a la canción, y fueron saliendo, con mucha honestidad, esos versos que hablan sin tapujos del fin del amor. Sin metáforas, sin darle vueltas a las cosas, sin marear al oyente. Esto es lo que hay, y lo que hay es dolor.

Es una canción que habla sobre la superación del duelo a través de la confrontación con el mismo de una forma madura, sin paliativos. Qué fácil es esconder el dolor bajo la alfombra yéndote de bares, poniéndote a ver Netflix o distrayéndote con tus amigos cuando lo que tienes que hacer es quedarte solo en tu casa comiéndote el dolor. Y eso es de lo que va “Elegía”.De comérselo sin tapujos, sin esconderlo, para superarlo.

 

Luego “Solo el cielo” también tiene unos curiosos efectos de autotune, que tampoco lo habíais usado mucho.

Sí, lo habíamos metido en algunas canciones como “Dual”, en Ritual o en la que hicimos con Alizzz, “Energía rara”. Pero esta canción está elaborada desde el arreglo vocal. Es decir, empezó siendo una canción acapella, y a partir del arreglo vocal, al que le metimos armonizadores y autotunes, fuimos creando la música que va por debajo, lo cual es muy interesante porque normalmente las canciones se empiezan a armar desde un beat de batería, desde una guitarra, desde un piano, y luego se pone la voz encima. Pero no es tan habitual empezar una canción desde lo puramente vocal.

Y es por esto que tiene este punto tan místico y un tanto introspectivo. Aprovechamos para hacer de la voz un instrumento más y quedó un resultado que para mí es el cierre de un disco más bonito de la carrera de Dorian.

En La velocidad del vacío rendíais homenaje a Soda Stereo, aquí en “Materia Oscura” citáis a Parálisis Permanente. Nunca habéis escondido referentes.

No, para nada. Ni literarios, ni cinematográficos, que tenemos una canción que se llama “Al final de la escapada” en nuestro segundo álbum. Parálisis Permanente, Radio Futura y Nacha Pop son las razones por las que Dorian empezó a existir. Ellos tres, en lo que es la música en español, fueron nuestro referente cuando siendo muy jovencitos pensamos, bueno, vamos a montar una banda que actualice lo que hacían estos tíos, pasado por el barniz de la música electrónica de los noventa y los dos miles. Así es como empieza Dorian. Así que, ¿cómo no íbamos a rendir homenaje algún día a Parálisis Permanente? Además, a día de hoy siguen sonando tan actuales, tan rabiosos, tan interesantes… Hace poco, hablando con Loquillo de Eduardo Benavente, me decía que era posiblemente el mejor artista de su generación. Y que lo diga Loquillo es fuerte (risas). ¿Quién sabe lo que nos hemos perdido desde que murió? Si este tío con 20 años ya estaba grabando así, ¿qué habría hecho en los siguientes 10?

Si hablando de ellos podemos conseguir que un montón de chicos jóvenes de este lado del charco y del otro los descubran, ya habremos cumplido con nuestra misión con esta canción. Además, “Materia Oscura” en cuanto a lo que es la letra es muy Parálisis Permanente. Habla sobre una pareja abierta, donde no existen los celos ni el sentimiento de posesión hacia la otra persona, sino que se ama libremente. Por eso decimos eso de “juego entre demonios, sin celos y sin dramas, no eres solo mía, ni tú cortas mis alas”. Es una invitación a amar sin celos, a amar sin necesidad de controlar al otro, amar desde esa libertad y desde esa tranquilidad. Y al mismo tiempo, también es una pareja que en el marco sexual se explica cuáles son sus fantasías. Liberémonos el uno al otro, porque llegaremos a lugares muy hermosos si nos explicamos las cosas sin tapujos.

 

Se cumplen 20 años desde que publicasteis 10.000 Metrópolis.  ¿Sentís ese peso de decir, joer, que ya llevamos aquí dos décadas…?

Yo, como suele pasar en estos casos, no me lo creo. No te voy a decir que nos ha pasado rápido, porque si empiezas a pensar en todo lo que has hecho y todo lo que te ha pasado, verás todos los viajes que has hecho, todos los conciertos de estudio, todo lo bonito que te ha pasado. Sobre todo, de haber hecho durante 20 años lo que nos ha dado la gana. Yo creo que esto es la definición de éxito. Se nos hace raro ya ser veteranos, sobre todo ahora que vienen tantas bandas buenas que tienen la mitad de años. Pero al mismo tiempo tenemos la sensación de que se nos trata con bastante respeto y con admiración, y eso es bonito.

También nos sentimos muy orgullosos de haber trazado puentes culturales entre España y Latinoamérica desde la óptica de la escena independiente, cosa que prácticamente no existía cuando empezamos a ir para allá hace ya 14 años.

¿Cómo veis la nueva escena? ¿Veis nuevos Dorian por ahí asomando? ¿Qué nuevas bandas escuchas?

Hay grupos, por ejemplo Ultraligera o Siloé, que admiran abiertamente las letras nuestras. Con VVV [Trippin’ You], tenemos mucho que ver y nos llevamos súper bien, por ejemplo. Con estos tíos hablo de cosas súper macarras hasta de Walter Benjamin también. Es brutal lo que abarcan estos tres. Me siento muy identificado con toda esta nueva escena post punk, pseudo bacala, que podría estar con VVV [Trippin’ You] a la cabeza. También con propuestas como Alcalá Norte y otros grupos de la onda. Me gusta mucho también lo que están haciendo con sus letras bandas como Niña Polaca. Me gusta también este especie de shoegaze electrónico que hacen Gazella, que es un grupo nuevo de Foehn que me gusta mucho. Creo que el underground español está en un momentazo ahora mismo.

También me encanta que Sexy Zebras estén vendiendo más tickets que nunca, porque es un grupo que ha picado una de piedra que flipas y hacen un rock muy personal. Es una cosa muy suya y esto me gusta. Si bien es cierto que yo me inclino más por mis gustos personales hacia sonidos como los de Alcalá Norte, me gusta mucho todo este abanico de underground que tenemos. Me gusta mucho que las chicas estén montando bandas, que haya propuestas mezclando lo urbano con el indie como Cupido. Me gusta mucho todo lo que veo y cuando estoy en un festival por ahí y tengo tiempo, voy a verlos. Son conciertos que disfruto viéndolos.

Estamos en un buen momento para ir a ver conciertos otra vez de cosas que estén pasando en salas de 300 personas. Es un momento interesante y no solo eso, sino que una cosa que me pone muy contento es que todas estas bandas tienen un público joven de la hostia. Gente real tocando cosas reales y gritando cosas reales. Eso es lo que queremos.

Escucha Dorian – Futuros Imposibles

 

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