Entrevistamos a Eric Jiménez (Los Planetas, Lagartija Nick) por su nuevo libro
Eric Jiménez, afamado batería del mundillo indie y mítico componente de Los Planetas, Lagartija Nick y Fuerza Nueva, publica la segunda parte de sus memorias, tras el éxito cosechado hace ahora cerca de cuatro años por Cuatro millones de golpes (Plaza Janés, 17). Un nuevo volumen de anécdotas y recuerdos llamado Viaje al Centro de mi Cerebro que, por supuesto, cumple con esa sinceridad abrasiva e irónica que se le presupone a este granadino, pero que también presenta una especial sensibilidad de lo más emocionante. Contactamos con el músico para, a lo largo de treinta entretenidísimos minutos de conversación telefónica, constatar que el percusionista siempre tiene algo interesante que contar.
“Mi patrimonio y mi gran tesoro son los discos que he grabado”
Tras “Cuatro Millones de Golpes” (2017), ahora ve la luz esta continuación titulada “Viaje al Centro de mi Cerebro” (2021) ¿Por qué decidiste publicar una segunda parte de memorias?
Bueno, realmente sobraron tantas historias para el primer libro que si las hubiera metido todas hubiese sido lo más parecido a un tomo de Ken Follett (Risas). Aún había muchísimas cosas que contar (¡y aún quedan muchas más que contar!) que me parecen divertidas o interesantes, así que decidí rescatar cosas que no habían entrado en la primera parte y añadir algunas más.
¿Qué criterio has seguido para seleccionar las anécdotas aquí recopiladas?
El caos (Risas). No he seguido ningún criterio. Simplemente me puse a escribir anécdotas de las que me acordaba. Y lo hacía de manera algo caótica. Holden Centeno me ayudo un poco a darle un sentido. Y luego vino la pandemia y entonces me entró una etapa de reflexión. De todas maneras, yo reflexiono una cosa un día y al día siguiente me parece todo lo contario. Pero en el momento en el que lo siento, lo plasmo en estado puro. Eso no quiere decir que al día siguiente sienta lo que escrito. Y bueno, llegó la pandemia y empezaron a surgir reflexiones y, por supuesto, desde un punto ácido, irónico u divertido. Porque a mí de los dramas me gusta reírme y las sonrisas me gusta hacerlas dramáticas.
¿Has dejado (o velado parcialmente) alguna historia fuera de estos libros por ser demasiado bestia o por qué había algo no podía hacerse público?
He dejado muchísimas historias, lo que pasa es que todavía no tengo ganas de ir a la cárcel… (Risas).
Y en el mismo sentido ¿Ha habido alguien que te haya indicado que te abstuvieras de incluir aquello que os pasó juntos?
¡Cómo cien personas! (Risas) Siempre procuro no involucrar a la gente: habló de mí, los puntos de vista son míos, las historias son cosas que me pasan a mí… Y si hago alguna referencia a alguien es porque estaba por allí, pero procuro no involucrar a nadie dentro de la decisión de abrirme yo en canal y de contar las cosas sin ningún tapujo.
El prólogo de Edu Madina señala que el origen de tu amor por las percusiones se encuentra en la Semana Santa granadina ¿Es eso cierto? ¿Descubriste tu afición gracias a los tambores de una procesión?
¡Totalmente! Yo vivía en un barrio donde no pasaba absolutamente nada, y solo una vez al año escuchaba los tambores. Eran los tambores de la Falange. Es curioso porque yo le tengo tirria a la Falange y además ahora estoy en un grupo que se llama Fuerza Nueva. No me gusta el flamenco y me persigue el flamenco de siempre. Es un poco algo que me lleva persiguiendo muchísimo años. Desde pequeño con las procesiones me di cuenta, al verlas, que me gustaban… y era porque me daban pánico. Y entonces me di cuenta de que nosotros sí que tenemos un Halloween de puta madre y no la mierda que tienen los americanos. Eso sí que da miedo ¡Miedo y a la vez hambre! Porque si te fijas en los cristos, es lo más parecido a una pata de jamón serrano Cinco Jotas: entonces te da entre acojone y ganas de comerte un bocadillo de jamón.
¿Por qué crees que desde hace tiempo funcionan tan bien los libros de memorias de músicos? ¿Será porque somos morbosos o porque, de alguna manera, este tipo de lectura consigue que nos pongamos en la piel de una estrella del rock?
Bueno, hay dos tipos de biografías. En la mía procuro ser transparente. Porque en la mayoría de las biografías que hacen las estrellas del rock proyectan la imagen que quiere que vean la gente. Y se ponen la careta del ‘¡cómo molo!’ para que la gente se quede con eso. Yo creo que sí, que ahí está la prueba de que a la gente no le interesa la literatura y le interesan más los chismorreos (Risas). De todas formas yo estoy muy contento con una cosa: en este libro puedes pasar de la carcajada al llanto en una misma página. Y no solo eso, sino que he descubierto que hay muchísima gente que no se había leído un libro en su vida y este se lo devoran porque cuento las cosas como si estuviera en la barra de un bar. Si al menos he conseguido que alguien que no leía se lea un libro en cuatro días, pues ya me parece de puta madre. Mis libros son como la comida basura: rápido y ya está… y a volar.
Hay que decir que, en tu caso, el tópico de ‘sexo, drogas y rock & roll’ ha quedado materializado de manera bastante fidedigna, algo que nunca has escondido y que te ha granjeado cierta fama al respecto ¿Esto te molesta o te da igual? ¿Dirías que el tópico es algo habitual en el mundo real de la música?
Es bastante habitual en el mundo de la música, pero no solo en el de la música. También en los despachos de abogados y me atrevería a decir que en la mayoría de los sitios. De hecho si a la gente que no está en el rock & roll le gusta el rock & roll, es porque están el sexo y las drogas, no por otra cosa…
Hay algo que se me plantea casi cada vez que leo la biografía de un músico: teniendo en cuenta toda esa caña que te has metido ¿Cómo puedes recordar tantas cosas?
Bueno, es que yo las lío tan gordas que siempre me acuerdo luego (Risas). Bueno, cuando ya me lo he pasado muy de puta madre muy de puta madre, es probable que luego no me acuerde, y eso es la seña de que fue la hostia (Risas). Pero siempre he tenido una memoria privilegiada. Sin observas, en el libro cuando doy detalles de mi infancia podía recordar los mobiliarios de los sitios donde he estado con uno o dos años. E incluso mis hermanos me dicen que tengo una memoria muy grande. Quizá el hecho de tocar la batería me permite tener una agilidad mental mayor, al estar ejercitando siempre la memoria. Tengo que tener mucha retentiva, mucho repertorio. Entonces tengo la memoria muy despierta y me acuerdo muchísimo. Lo jodido es que me acuerdo de lo bueno y de lo malo (Risas). Pero lo malo prefiero dejarlo fuera, porque nunca me han gustado las biografías rencorosas. Si acaso esa será la última, que será la biografía para mandar a todo el mundo a tomar por culo.
Esa también puede ser muy interesante… (Risas)
¡Hombre, es que esa será la más interesante! Esa ya está escrita. Solo tengo que darle a un botón cuando me queden tres días… (Risas).
¿Y ahora estás más calmado? ¿En qué momento se encuentra tu relación con las drogas?
Totalmente calmado. Mi relación con las drogas ahora mismo es absolutamente cero. Después de tener a mi hija, llevo una vida totalmente tranquila. Y bueno, yo creo que hay una edad para pasárselo de puta madre, y yo lo que tenía que hacer ya lo hecho. Ahora mi manera de pasármelo de puta madre es otra. Además empiezo a tener como un poco de fobia a la gente que se pone como yo me ponía (Risas). Odio a la gente que es como yo era (Risas). Pero, por supuesto, yo los bendigo y la vida hay que disfrutarla y tienes que vivir la vida con la edad que tengas. Eso de tener sesenta años y vivir como uno de veinte, no me lo creo. Cada uno tiene que vivir con respecto a la edad que tiene y las locuras tiene que hacerlas cuando hay fortaleza. Yo me acuerdo que cuando empecé a hacer locuras, empecé a ir al gimnasio (la única vez que he ido) para poder aguantar más los fines de semana de marcha (Risas).
Año tras año resultas elegido mejor batería de España por la audiencia de Disco Grande de Radio 3 ¿Qué tal sienta eso? ¿Te sigue haciendo ilusión o ya lo tienes como un poco asumido y te da igual?
¡A mí me emociona muchísimo! Me emociona muchísimo porque es algo que decide el público. Y es algo que todos sabemos que no es significativo, porque hay compañeros que tocan mejor que yo. Pero por lo que sea, por la cantidad de años que llevo, o por el cariño que le tengo a la gente (porque yo siempre me paro con la gente, y le devuelvo a La gente todo lo que ellos me han dado a mí). Entonces yo creo que eso es una muestra de cariño, más que un reconocimiento de que yo pueda ser mejor o peor. Es un reconocimiento del que yo estoy súper agradecido y me emociona muchísimo.
“De los dramas me gusta reírme y las sonrisas me gusta hacerlas dramáticas”
Bueno, mal tampoco se te da…
Buenooooo… es playback casi todo (Risas).
Has mencionado a “otros compañeros” ¿Qué otros baterías en España crees que podrían o deberían competir contigo por ese título?
Hombre pues Julia de Rufus T. Firefly toca de puta madre; el batería de Triángulo de Amor Bizarro me parece cojonudo; César Verdú de León Benavente me parece cojonudo. Hay muchísimos, muchísimos… Lo que pasa que yo soy más viejo y llevo más años dando por culo y por eso me votan tanto (Risas). Es por el rollo veterano… me respetan por la edad (Risas).
Has grabado algunos discos absolutamente históricos dentro de la historia de la música española como “Omega” (1996) de Lagartija Nick con Enrique Morente o “Una Semana en el Motor de un Autobús” (1998) de Los Planetas, entre muchos otros ¿Cómo te hace sentir eso?
Lo que pasa que yo no soy consciente. De hecho, cuando grababa esos discos, en ese momento, no era consciente ni de lo que estaba grabando. Con el paso del tiempo, eso toma una dimensión y la verdad es que me hace sentir muy a gusto conmigo mismo. Igual que otros músicos tienen mucho patrimonio, muchas casas y tal, pues yo el patrimonio lo tengo en mi casa grabado y cuando repaso los discos que he grabado, ese es mi patrocinio y me siento muy orgulloso de haber estado allí. Es como mi gran tesoro.
¿Cómo recuerdas a Enrique Morente y la grabación de “Omega”?
A Enrique Morente lo recuerdo con muchísimo cariño. Es una de las personas que más he querido. Lo recuerdo como un padre, como un amigo y lo echo muchísmo de menos. Y la grabación de “Omega” la recuerdo como una puta locura, porque fueron dos años de grabación de puta locura. Pero es que si no hubiera sido un caos y una locura no hubiera salido lo que salió. Entonces lo recuerdo todo con mucho cariño. Además a mí me parece que fue ayer… y no fue ayer, fue hace mucho tiempo.
¿Recuerdas el momento exacto en el que entraste a formar parte de Los Planetas? ¿Hubo algún conflicto con Lagartija Nick por aquello de desdoblarte?
Sí, claro que hubo conflicto. Ellos estaban muy metidos en el proyecto de Morente y yo consideraba que aquello tenía que ser un experimento que no debía durar más de un año. Al final estuvimos dos años y, para mí, estaban descuidando lo que es la banda y su carrera. Entonces entramos un poco en tensión, porque a mí me encantaba hacer ese disco, pero me parecía ya demasiado tiempo y necesitaba oxigenarme. A mí me llamaron para grabar algunas canciones del “Pop” (1996), pero yo no estaba dentro y luego me enteré de que no tenían batería. Yo pensaba irme a Madrid a buscarme la vida, y como teníamos el mismo manager me dijo que estaban buscando batería. Teníamos buena relación y hablé con ellos y ya me metí para empezar a preparar “Una Semana en el Motor de un Autobús”. Llegué en un momento un poco difícil de la banda… no estaban pasando por un gran momento. Pero quizás ese estado fue lo que también motivó un gran disco. Muchas veces cuando más jodido se está es cuando salen cosas grandiosas. Aunque yo cada vez estoy más en contra de estar jodido (Risas). Porque tampoco creo que hay que forzar la máquina. Hay gente que se pone muy triste para sacar el disco, pero esto tienes que sentirlo de verdad. No te puedes hacer el triste.
Es una teoría bastante extendida y aceptada, esa que dice que los artistas sacan lo mejor de sí mismos cuando anímicamente peor están.
Ya, pero con eso hay que tener muchísimo cuidado, porque hay mucha gente que sigue la regla a pie juntillas y empiezan a joderse los unos a los otros (Risas)
¿Cuáles son las principales diferencias entre tocar con Lagartija Nick y Los Planetas? ¿A cuál de las dos bandas te encuentras más unido?
Yo es que no me uno a las bandas, me uno a las canciones. Entonces yo me siento unido a las canciones que grabo. Sea con Los Planetas, con Lagartija o con Fuerza Nueva. En el momento que yo estoy grabando con alguien ya tengo un vínculo especial más allá de la música. Probablemente ni con Lagartija ni con Los Planetas o con cualquier otro grupo con los que grabe me vaya al cine. Al cine me voy solo. Eso no quita que vea a los compañeros y me tome una cerveza, porque son compañeros y me parece de puta madre disfrutar con ellos. Pero yo siento que en el momento en el que me pongo a grabar con alguien surge ese vínculo, con cualquiera con quien toque. Aunque solo sea una canción. Por ejemplo con Nada Surf que toqué una canción en Benicàssim, pues ya tenía ese vínculo ahí. Es algo que es artístico y te une y todo lo demás sobra. Y me da igual si tengo diferencias con alguno o no. Es más fuerte lo que me une musical que lo que me pueda separar en lo personal.
“Mis libros son como la comida basura”
Entonces ¿cómo es tu relación los demás miembros de Los Planetas, tras tantos años de compartir banda? J, por ejemplo, tiene cierta fama de complicado…
Obviamente si tuviera que decir que son unos hijos de puta, no te lo iba a decir (Risas). Yo las relaciones personales procuro tenerlas dentro. Tienes que tener en cuenta una cosa: tanto con Los Planetas como con Lagartija, yo la relación que tengo es artística. Yo tengo un volumen de trabajo, entre las bandas, las clases de batería y el bar, que apenas tengo tiempo para estar por la noche o por ahí. Mi relación tanto con Lagartija Nick como con Los Planetas es cojonuda: quedamos, ensayamos, nos tomamos unas cervezas, viajamos… y a día de hoy creo que la relación es mejor que nunca porque al estar tanto tiempo en una banda, ya nos conocemos todos entre nosotros. Más o menos sabemos cómo es cada uno y de qué va cada uno ¿no? Y como lo que más me importa realmente es la comunión musical, pues te digo que con ambas bandas tengo una gran comunión musical. Y eso es lo que me importa a nivel artístico.
No sé si en Los Planetas (dentro del grupo me refiero), sois conscientes de ese estatus de banda de culto que ostenta el grupo. O, dicho de otro modo, de que sois una formación mítica dentro de la escena cultural de este país…
Hombre algo de consciencia de eso sí que hay. Cuanto más a contra vayas, dejándote llevar por lo que sientes y sin fijarte en lo que quiere la gente de ti, en cualquier disciplina, ya sabes que estás siendo fiel contigo mismo sin dejarte llevar por el público ni por modas ni por nada. Y si cada vez que sacas algo te insultan, pues te vas dando cuenta de que te estás convirtiendo en un artista de culto. Eso depende también de los insultos que te digan. Supongo que con la edad, al principio, haces más canciones que le interesen a la gente, pero conforme más avanzando ya vas haciendo canciones conforme a lo que piensas tú. Hay muchísima gente que prefiere hacer lo que la gente está consumiendo, lo que la gente quiere escuchar. Eso te da mucha más popularidad y mucho más dinero, claro. Pero eso ya es cuestión de cada uno: si quieres darle a la gente lo que quiere escuchar o decirle a la gente lo que tú quieres contar.
“Una Semana en el Motor de un Autobús” (1998) es seguramente mi disco nacional favorito de todos los tiempos, así que no puedo evitar preguntarte cómo recuerdas aquella grabación en Nueva York.
Lo recuerdo con mucho cariño. Hacía mucho frío, era navidad y a mí que me encanta la navidad pues estaba flipando allí en Nueva York, con todos lo adornos y demás. Lo recuerdo con mucho cariño. Allí nos quedamos en un hotel que se llamaba The New Yorker, que es donde siempre aparecía Spiderman sentando en una especie de cornisa. Lo recuerdo con mucho cariño porque grabamos muy cómodos en el estudio de Manhattan y flipando de estar en Nueva York en navidad grabando aquellas canciones.
¿Y cómo viviste la posterior gira de presentación del disco?
Lo presentamos primero en Guadalajara, y es curioso porque Florent y yo nos fuimos por ahí y estos se fueron y nos dejaron tirados. Perdimos el bus. Y me acuerdo también que lo presentamos en la Sala Caracol de Madrid ¿Se llamaba así? Era una sala mítica que cerró y el nuestro creo que fue el penúltimo concierto que se hacía allí. Creo que era Caracol. Recuerdo que hicimos una extensa gira. Lo que pasa que generalmente los discos toman dimensión con el tiempo. Pasó con el “Omega” o con éste, que ya fue un éxito en su momento, pero tomó más dimensión con el paso del tiempo. Entonces tú estás tocando las canciones de ese álbum y probablemente en ese momento no eres consciente de la dimensión que tiene. Las cosas, con el paso del tiempo, o cogen dimensión o se desinflan.
¿Cómo crees que han evolucionado Los Planetas en directo a lo largo de todos estos años?
Yo creo que han evolucionado muy bien. Creo que al principio era una banda que era muy independiente, eran naif, eran “chaveas” que le gusta la música, no tenían mucha idea de tocar y tenían una frescura maravillosa. Quizá ahora, con el paso del tiempo, la banda ha alcanzado algo más profesional. Ahora los directos de Los Planetas es un valor seguro. Puede que un concierto te guste más o menos dependiendo de varias cosas. Primero, el sonido, porque cada espectáculo es como un circo. Puede venir U2 y sonar como el culo (risas), si hay callejones de ruido, si hay mucha gente, etc. Yo he estado viendo a Iggy Pop al lado del mar y venía viento y se llevaba el sonido. También puede que no te guste el concierto porque el setlist que ha elegido la banda no es el que tú esperabas. Hay mucha gente que va a los conciertos a cantar y bailar, entonces si haces un setlist que es más psicotrópico, entonces la gente que ha ido a ver eso va a flipar más que la que iba con la intención de cantar y bailar. Pero creo que ahora Los Planetas jamás fallan en directo. Lo único que hay gente que, ante grupos con un repertorio tan amplio, va con una predisposición a lo que querría escuchar e igual no lo encuentra ¿no? Lo que está claro es que si hacemos un repertorio de dos horas y metemos todo, sabemos que será un éxito. Pero es que, muchas veces no te apetece tocar canciones que llevas tocando muchísimo tiempo. A veces el fallo está en la predisposición del que compra la entrada.
¿Qué tiene la ciudad de Granada que siempre ha sido cuna de buenos grupos y artistas? ¿Cómo es la actual escena de la ciudad?
La actual escena de la ciudad está muy bien. Un poco jodida con la pandemia como todas las ciudades, pero Granada es una ciudad que no para a nivel artístico. Ten en cuenta que hace una temperatura cojonuda, se vive mucho en la calle y en los bares y eso hace que la gente se intercambie muchos puntos de vista artísticos y estén todo el día inventando cosas.
Ya para acabar te quería comentar que, como conclusión a bote pronto que saco de esta entrevista, diría que sigues manteniendo intacta toda la pasión por tocar en directo y por la música ¿Esto cómo se consigue después de tantos años?
Estoy como nunca. Ten en cuenta una cosa: cuando a lo largo de tu vida has tenido muchos altibajos emocionales y también carencias de pequeño… mi burbuja y zona de confort siempre ha sido la batería. La batería es la que me ha dado un poco de seguridad en mi vida, me ha regalado muchas cosas y nunca me ha fallado. Entonces es un estado en el que entro cuando subo a tocar, que lo necesito. Por eso siempre salgo a tocar como si fuese a ser la última vez. Es algo que mientras esté vivo, sé que lo seguiré haciendo.
Compra Viaje al Centro de mi Cerebro de Eric Jimenez en la web de su editorial
Foto Eric Jiménez: Raquel López
Gran entrevista. Eric es el puto amo
Los Planetas son una de mis bandas favoritas. Eric reconozco en él uno de los mejores baterías aunque nunca parezca en un ránking…..eso es buena señal.
Pero como escritor jajaja eso ya es otro tema. Me da mucho miedito todos estos músicos que se meten a escribir sus memorietas. He leído el primero de sus libros y a las primeras de cambio una incongruencia con el tema de su padre que ya me hace cuestionar el resto de lo que he leído, y hay alguna más. Mucha auto compadecerse, miedo a que no me quieran y bla bla bla. Si al final es un poco basurilla pero soy tan gilipollas que me compraré también el segundo.
Por cierto el cantante de Inhumanos también ha escrito sus memorias, suma y sigue.