Entrevistamos a Johnny B. Zero, que lanzan ‘Violets’
Los valencianos Johnny B. Zero han demostrado siempre ser poseedores de buen gusto compositivo, además de manejar una variedad estilística envidiable. Unas sensaciones confirmadas a lo largo y ancho de Violets (22), un nuevo elepé protagonizado por mayoría de aciertos evidentes. Contactamos con Juanma Pastor, líder y vocalista de grupo, para diseccionar en profundidad las canciones del álbum.
“Es nuestro disco más romántico, el que te susurra al oído las canciones tal y como las quieres oír”
¿Cuáles son las principales diferencias entre ‘Violets’ (Rock From The Future, 22) y el resto de discos de Johnny B. Zero? ¿Qué hay de inédito en este disco?
En Johnny B. Zero siempre buscamos que cada disco sea diferente al anterior en términos de producción y “tocata”. Tras haber grabado unos cuantos con una dirección más experimental en el sonido, decidimos que había llegado el momento de hacer un álbum con una producción más canónica o mainstream. Este disco suena más cristalino, se podría decir que es el primero que hacemos pensando directamente en nuestro público, en acariciarles el oído con un sonido más fácilmente escuchable y reconocible. A veces decimos que es nuestro disco más “romántico”, el que te susurra al oído las canciones tal y como las quieres oír.
‘Violets’ es además un disco muy variado en géneros y estilos ¿Qué tipo de disco queríais hacer?
La mezcla de géneros siempre ha sido una característica de la banda. En todos los discos hay canciones de estilos muy dispares. Lo que sucede es que, en este y al haber optado por una producción más mainstream, el funk nos suena más que nunca a lo que la gente reconoce como funk convencionalmente. Y lo mismo sucede con el rock, pop o soul. Así que en realidad lo que caracteriza a este disco es el tipo de producción más cristalina y “tocata” más suave, y no la variedad de estilos, que siempre había sido una característica de la banda. Queríamos hacer un disco de sonido más mainstream y eso ha resultado en un disco en el que los sonidos se han “polarizado”, contrastan más.
En esa misma línea, ‘Violets’ es un disco ambicioso que apunta en diferentes direcciones y, lo que podía haber sido un cajón de sastre de difícil comprensión, termina siendo un trabajo imaginativo de lo más jugoso ¿Cómo se pone en orden todo eso y cómo se secuencia para que derive en un disco con sentido global?
Creo que el hecho de poner orden, en un disco en el que nos expresamos por medio de esos géneros musicales que nos conmueven y sin pensar en adscribirnos a un estilo concreto fácilmente reconocible, es algo en lo que tenemos mucha práctica. Lo llevamos haciendo durante cinco discos y dos EPs. Lo que ha sido sorprendente para nosotros es que la conversión a una producción diferente, con más efectos, dulcificada y más tratada, haya sido tan sencilla y efectiva. Estamos muy contentos porque el efecto emocional que perseguíamos creemos que está ahí.
En este disco habéis ampliado los colores de vuestra paleta sin descuidar la esencia básica del grupo ¿Era esa otra prioridad al hacer ‘Violets’?
Hemos tenido mucho cuidado con no maltratar la esencia básica del grupo, sí. Sabíamos que al pasarnos a un estilo de producción más convencional teníamos que ser muy cuidadosos con nuestra política sonora, y la hemos cuidado mucho. Y sí, el ejercicio de cambio de estilo de producción ha ampliado nuestra paleta de colores de forma muy satisfactoria. Ahora podemos permitirnos ciertas sonoridades en nuestro próximo disco sin necesidad de que eso se convierta en un esfuerzo o en un objetivo concreto.
¿Dirías que es vuestro disco más ambicioso?
Se podría decir que es nuestro disco más ambicioso porque nos hemos acercado a nivel sonoro a lo que se supone que es la música que “lo peta”. Y eso es ambicioso en sí.
Marta Burgos es la nueva bajista del grupo ¿Qué tal se ha adaptado y qué ha aportado su presencia a los actuales Johnny B. Zero?
Marta es la nueva bajista de la banda, pero en el disco ha grabado guitarras. De hecho, la magnífica guitarra clásica en ‘Overcome by Love’ es suya. Fue durante el proceso de mezclas cuando le propusimos que tocase el bajo en la banda. Nos dimos cuenta de que íbamos a necesitar bajista para defender el disco en directo. Yo ya había tocado en un proyecto con ella. Es una música excelente y tiene una sensibilidad muy especial, así es que lo hablamos y a ella le hizo mucha ilusión. Creo que aporta mucha musicalidad y carácter al grupo.
El disco cuenta también con las colaboraciones de Maika Makovski y Natxo Tamarit (de Los Zigarros) ¿Cómo surgieron esas colaboraciones y qué ha aportado cada una de ellas al disco?
Maika y Natxo han tocado en el disco porque les gusta el proyecto, y a nosotros nos parecían aportaciones artísticas muy interesantes. Ambos son amigos de la banda, y se ha llegado a tener esa relación con ellos porque nos hemos respetado mutuamente en lo musical desde el minuto cero. Maika ha grabado coros y teclados. Su aportación ha sido la de generar algunas capas y texturas para un disco que llevaba esa dirección de producción con muchas atmósferas, así es que ha sumado detalles bastante interesantes. Natxo ha grabado todos los bajos del disco. Ha sido una pieza fundamental de la grabación y la producción. Natxo ha hecho que muchos de los grooves caminen a toda máquina con cero artificios. Y ha traído fisicalidad y expresión a las frecuencias más graves de las mezclas.
Me gustaría comentar de manera específica algunas canciones del álbum. La referencia se abre con “There’s No Place”, un single inmediato que parece tan deudor de Gruff Rhys como The Beach Boys…
Sí, hay algo de eso, e incluso de Earth, Wind and Fire, pero pasados de ácido. Es la fanfarria que abre el disco y tiene una mezcla de psicodelia y rollo festivo a partes iguales. Es una declaración de principios de lo que cabe esperar al enfrentarse a la primera escucha del álbum. Cualquier cosa puede suceder, te puedes encontrar desde un tema bailable a una canción atmosférica con cierto aire tétrico. Como dice la canción: «There’s No Place under the sun to run and hide» («No hay lugar bajo el sol para huir y esconderse»).
Por su parte, “Be True Be Sexy” se apunta al funky y recuerda a Fantastic Negrito (o lo que es lo mismo, a Prince).
El funk siempre ha estado incrustado en nuestra sensibilidad musical. Nos encanta bailar y la música que tiene como objetivo hacer que la gente se mueva. Prince, Sly Stone o James Brown se encuentran entre mis músicos favoritos (al igual que para el resto de la banda), y queríamos hablar de cómo asumir la tristeza con cierta vitalidad. El funk era la forma musical adecuada para ello, y partiendo de la idea de que un bailarín sienta tristeza y eso le dé un aire de sensualidad a su baile, escribí esta canción pensando en orientarla hacia el funk, y entre todos arreglamos el groove de “Be True Be Sexy”.
“A nivel sonoro, nos hemos acercado más que nunca a lo que se supone que es la música que lo peta”
“Dearest One” pausa un poco el ritmo e incluso me recuerda en la lejanía a John Lennon, mientras que “Violets” (otro sencillo en potencia) se acerca más al power-pop y a Weezer).
Estoy totalmente de acuerdo, hay ecos de la fragilidad y sinceridad de Lennon en “Dearest One”. Es un tema que habla de estar lejos de un ser querido y de asumir los sentimientos que eso provoca. Decidimos llevar este tema a un tipo de producción más atmosférica para reflejar el vacío que genera ese dolor y el empezar a acostumbrarse a la soledad. Y sí, “Violets” es un tema con un tratamiento power pop en la producción. En un principio surgió como una balada pop más lírica, con los cambios de mayor a menor en el estribillo, que le dan un aire melancólico. Cuando la trabajamos con la banda, nos pareció divertido llevar un tema con cierta oscuridad a un estilo más divertido y lúdico, como es el power pop. Le dio un carácter interesante y una sonoridad peculiar, con toda la melancolía a la vez que el pedal de fuzz (la distorsión) está rugiendo muy fuerte.
También llaman la atención “Overcome By Love” y “Sentimental Education”, que casi parecen sacadas de una ópera rock vintage con trazos de rock progresivo.
“Overcome by Love” es un tema con mucha atmósfera y en el que la guitarra clásica de Marta Burgos hace que todo tenga un tono solemne. La escribí pensando en las decepciones y la muerte de la pasión, principalmente de ser músico. Pero es aplicable a cualquier otra situación relacionada con el amor. Tiene un rollo dramático muy concreto, sí, porque decidimos que en vez de que tuviera un aire funesto, los coros sonarían como el canto de una secta, todos los apasionados (o los músicos) caminando hacia su perdición. Pero, como dice la letra, al final todo será sobrepasado por el amor. “Sentimental Education” también tiene una onda dramática peculiar. La gracia de la canción reside en que tiene una base instrumental muy fuerte, casi metalera, y una voz suave y susurrada. Esto crea un contraste que simboliza la relación sentimental tortuosa de la que habla la canción. Gran parte del impacto emocional de la canción recae sobre este diseño de producción, que tiene un aire melodramático como bien has apuntado.
“Hacemos música más accesible emocionalmente de lo que la gente piensa”
“Silly Things” es un vuelco descarado hacia el soul, y la final “No Sounds To Be Echoed” confirma el buen sabor de boca con algo de épica.
“Silly Things” tiene ciertamente un sabor soulero. Buscábamos hablar de cómo las cosas más triviales se convierten en fundamentales para las personas cuando alguien se las niega. El soul era el vehículo perfecto para este motivo porque le daba un carácter sexy, ideal para transmitir cómo lo caprichoso y lo casual se convierten en necesidad. Y llevamos la canción a una producción minimalista que dejaba la voz desnuda y caminando entre tres instrumentos fundamentales: bajo, batería y teclado (aunque en momentos se haga más compleja con la guitarra y el saxo). “No Sounds To Be Echoed” es un tema con un muro de sonido que genera cierta sensación de epicidad, cierto. Pero contrasta con la letra que habla de que no hay sonidos que vayan a tener eco o repercusión: es una perspectiva un tanto pesimista del mundo del arte y la música; y de la vida. El tema lo escribí durante la pandemia y está empapado de la impotencia de aquel momento en el que las calles estaban desiertas y no había conciertos en las salas.
Creo que la principal virtud de Johnny B. Zero es, precisamente, vuestra capacidad para facturar buenas canciones: tan simple y a la vez tan complicado como eso ¿Cuál es vuestro principal objetivo principal cuando componéis?
El objetivo principal cuando componemos es escribir buenas canciones para luego llevarlas a lugares interesantes en la producción. Es decir, generar ideas y emociones relacionadas con el proceso de producción. Nos gusta que la producción sea creativa y no una imposición relacionada con el género musical de turno. Es decir, que no sea obvia.
Tengo la sensación de que, por calidad, mereceríais mayor repercusión dentro de la escena musical patria ¿Qué pensáis al respecto y cómo creéis que funciona en la actualidad la escena independiente de nuestro país?
Sí, sin duda creo que deberíamos tener más repercusión y presencia en festivales, porque somos muy trabajadores y hacemos una música más accesible emocionalmente de lo que se suele decir de nosotros. Pero cuando haces algo auténtico cuesta el doble de tiempo ser comprendido. La escena musical independiente de nuestro país tiene mucha variedad y buenas bandas, pero cuesta mucho esfuerzo salir adelante porque es poco colaborativa y no potencia necesariamente a grupos con ideas interesantes. Al final se acaban copiando los modelos del mainstream pero en circuitos más pequeños.