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Entrevistamos a León Benavente por ‘Nueva Sinfonía Sobre El Caos’

Con Nueva Sinfonía Sobre El Caos (Laventura, 2024), León Benavente emprenden un nuevo capítulo en su excitante trayectoria tras cumplir sus primeros diez años de existencia. Esta nueva (y radiante) colección de ritmos que piden sudar la camiseta en la pista de baile, les muestra poniendo banda sonora a la inclusión en los cincuenta sin que nada cambie alrededor en una sociedad que parece ya resignada a la decadencia y a la pérdida progresiva de derechos, atajando el descontento generalizado a base de melodías pegajosas y lírica cargada de ironía que incita a la reflexión. Bailar con  conciencia de clase, vaya. Y también se puede hacer desde el pop, faltaría más.

Charlamos con su batería, el encantador César Verdú, sobre esta nueva aventura en pleno fervor de su gira por salas. Y es que su demoledor directo constituye su hábitat natural, situándolos como una de las mejores bandas del país sobre las tablas.

«Warner nos decía que nosotros no le caemos bien al algoritmo, pero es curioso porque luego llenamos las salas. Las escuchas que marca Spotify no se corresponden con la cantidad de gente que viene a vernos»

Con este nuevo trabajo acabáis de completar ese viraje a la electrónica que ya se vislumbraba con “Líbrame Del Mal”.

Así es, de algún modo ERA mostraba un sonido más sofisticado, en cambio los discos anteriores denotaban algo más crudo, si bien en Vamos A Volvernos Locos ya había un poco de esto. La suma de contar con un productor como Martí Perarnau IV ha acabado de contribuir a que suene más cercano a la electrónica pero con un formato rock que cualquier oyente nuestro se imaginará que todo en directo va a sonar más orgánico, pero sin perder ese rollo sofisticado.

Habéis sido muy sigilosos a la hora de ir introduciendo el nuevo material, que además ha coincidido con el décimo aniversario de vuestro debut. Había mucho misterio alrededor de este nuevo disco ¿Cómo ha sido el proceso de grabación?

Hemos estado un año preparando el disco. En principio coincidió como bien dices con la gira del décimo aniversario de nuestro primer disco, y más allá de estos ejercicios nostálgicos que no nos hacen mucha gracia, sí que creíamos que merecía la pena celebrarlo. También uno de los motivos para hacer esa gira, residía en el hecho de que nuestra vista estaba en el futuro. Sin nostalgia. Al principio, no sabíamos siquiera si íbamos a contar con un productor. Nos juntamos los cuatro a generar música, pero no nos gustaba el resultado. La peculiaridad del grupo es que cada uno vivimos en un lugar. Luis y yo estábamos en Madrid, Edu en Zaragoza y Boba en Vigo. Dijimos: “vamos a generar música cada uno desde su lugar”. Grabamos y le pasamos la música a Boba que ponía letras, creando una especie de estructura. Cuando ya teníamos como veinte temas, pensamos que teníamos número suficiente como para elegir diez. En ese momento, sí que teníamos una relación con Martí, ya que en los últimos años hemos estado muy unidos. En los años de pandemia, se venía mucho a casa, conservábamos mucho sobre música y eso generó un vínculo aún mayor. Nos compartíamos también mucha música. Hubo un momento que pensamos que ya que nunca nos habíamos puesto en manos de un productor, y viendo que Martí podía ser esa persona, decidimos dar el paso. Alguien que estuviera en el mundo de la electrónica y del rock. Se lo comentamos, y ya que él es muy fan de nuestra música y es una persona tan entrañable a la que queremos tanto, todo fue hacia adelante. Le mandamos las demos, y él dijo que no iba a tocar nada hasta que nos juntáramos los cinco. Era algo arriesgado de algún modo, pero también decía que quería que hiciéramos un trabajo en equipo. Nos fuimos a casa de Boba que tiene un pequeño estudio debajo de casa, montamos todo el equipo, y Martí se trajo todo tipo de artilugios analógicos y digitales. Fue entrañable. Hicimos tres sesiones: una en septiembre del año pasado, nos juntamos diez o quince días. Luego hicimos una en enero, de diez días y luego otra en marzo. Vimos que conforme íbamos haciendo el disco, íbamos eligiendo las canciones, hasta el punto en que en la última tanda, y sabiendo que concebimos el disco como una obra, sentimos que faltaba una canción. Y esa fue “Baile Existencialista”. Pensamos que este disco necesitaba una canción así. Sabemos cuál va a ser la primera y la última, y el orden se va definiendo para que la escucha resulte ágil. La grabación nos hizo partícipes a todos y acabamos con mucha pena, porque nos lo pasamos genial. Era como esos campamentos de niños. Él nos decía que cada uno tenía que sacar sus virtudes y compartir para crear algo nuestro, de todos. Eso forma parte de la producción también. Luego buscamos a alguien para mezclar. Y Martí accedió.

 

Siempre habéis compuesto letras con mucho peso en el discurso de la banda, retratando como pocos aspectos como el inconformismo ante la realidad social y política, el paso del tiempo, las noches de juerga, la apatía reinante… Sabemos que es un campo que trabaja Abraham Boba, pero queremos saber cómo veis desde fuera el impacto que tienen dentro de lo que representáis como grupo.

Boba compone las letras pensando en nosotros. Él ya tuvo tiempo para hablar de sí mismo en su proyecto en solitario, y ahora intenta reflejar nuestro mundo en sus textos. Así muestra el hastío del día a día, nuestra visión del momento presente y del paso del tiempo respecto a nuestra generación. Es la realidad que vivimos de forma conjunta: en un viaje, en una conversación… A él no le gustan las canciones serias, siempre le gusta meter algo de ironía, de sentido del humor. Que no resulten solemnes. Aunque hablemos de cosas duras. Eso también conecta con gente de nuestra generación o para gente más joven que las harán suyas cuando cumplan nuestra edad. Dejamos canciones como mensajes en botellas. El disco habla de los tiempos que corren, de la industria, de esa emergencia por estar en todos sitios a través de las redes sociales (así se refleja en “Nada” o “A La Moda”). Pensamos en el primer disco, y vemos como muchas de las cosas de las que habla, todavía siguen sucediendo. Son vigentes.

Tenemos mucha suerte de contar con un cantante y letrista como Abraham. También aprendimos mucho cuando fuimos la banda de Nacho Vegas, que es uno de los mejores en ello.

Hablemos de “La Aventura”. Debe ser algo muy grande para vosotros al haberle puesto el mismo nombre a vuestro sello, con el que editáis este disco tras estar en Warner.

Desde el principio, cada vez que nos acercábamos a esa canción sucedía algo mágico. Iván Ferreiro es vecino de Boba en Vigo y se pasaba por aquella época mucho por el estudio. Metió los coros de esa canción con la frase “no me arrepiento”. Cuando salimos a fumar justo después salió un arco iris en el cielo y nos lo tomamos como una señal. Veíamos que era vital, brillante, un acercamiento al puro pop que, aunque nos habíamos acercado a él, no de manera tan concreta. Lo que trata la letra es duro, pero resuelve que la vida hay que vivirla y disfrutarla y no ser tóxicos con todo lo que rodea. Viene muy bien para descargar de cierta información más densa en otros temas.

¿Diríais que este disco marca el inicio de otra etapa?

Totalmente. Han sucedido muchos cambios y giramos también más hacia la electrónica. Nos gusta jugar con la música. Se acabó el contrato con Warner y aunque podíamos renovar vimos que la línea que tomaban apostaba más por grupos jóvenes. También cambiamos de oficina y ahora estamos con Panda y con la auto-edición, si bien Gozz Records, el sello de Zahara, nos ha ayudado. La pandemia trajo consigo una época oscura que desencadenó en el disco ERA. Veníamos de un momento de subida con Vamos A Volvernos Locos, y fue todo un bajón. Ahora queríamos hacer algo breve, efervescente, canciones de tres minutos. Necesitábamos un cambio, renovarnos de algún modo. Hoy día no solo es hacer música, también tienes que encargarte de muchas cosas más, como las redes sociales. Estamos muy contentos del equipo que tenemos alrededor.

Me llaman mucho la atención “’Úsame/Tírame”, “Bailando” y “Nada”. La primera, clásico arranque vuestro que empieza parsimoniosa y va creciendo hasta explotar en una tormenta de teclados y distorsión. La segunda porque hacia el final, vuelve a arrancar emociones tirando de nervio, y la tercera, porque me parece uno de los singles más redondos de vuestra trayectoria.

“Úsame/Tírame” teníamos claro que debía ser la que diera el pistoletazo de salida. Ya lo hicimos con “Cuatro Monos” y “Líbrame Del Mal”. Esa canción te pone en un lugar y contexto. “Bailando” nos abre a un contexto nuevo para nosotros, un rollo algo The Clash. “Nada” fue fácil de acabar: Boba hizo la letra en cinco minutos. Hay canciones que te inspiran tanto que la letra te sale del tirón. La misma tarde después de enviarle la música, ya la tenía lista.  Sintes, dos bajos… hemos experimentado y disfrutamos así. Con Martí era una gozada probar sonidos con ese arsenal de sintes que tiene.

 

Los vídeos de los singles acompañan con mucha fuerza a las canciones. Habéis otorgado mucha importancia a ese aspecto, con esa imaginería al estilo David Lynch.

Ahí se ha implicado mucho la gente de Gozz Records. Estamos muy contentos con su trabajo. Ya que te expones, que resulte atractivo y tenga algo que decir. Hay que aprovechar los recursos para hacer cosas interesantes.

Hace un tiempo, me contaba Nick Chaplin, bajista de Slowdive, cómo su hija le decía que sus compañeros de clase veían vídeos en Tik-Tok que tenían música de la banda de su padre. ¿Cómo habéis percibido la evolución de vuestro público desde que empezasteis hace ya más de diez años?

Nuestro público mayoritario se mueve entre los cuarenta/cincuenta, que es nuestra edad, aunque también te encuentras gente más joven y eso gusta mucho. Está claro que hay gente que va a festivales a pasárselo bien y la música le resulta algo secundario. En salas te encuentras gente de generaciones posteriores y que se sabe las canciones, y eso llena mucho. Es gente que ama la música. Nosotros no tenemos hijos, así que no nos puede pasar lo de la hija del bajista de Slowdive (risas) pero aun así, lo vemos en primera persona.

«Nunca nos habíamos puesto en manos de un productor, y viendo que Martí Perarnau IV podía ser esa persona, decidimos dar el paso»

Hablando de tocar en vivo y sabiendo que sois unas bestias de directo, que es donde verdaderamente se siente esa naturaleza volcánica de la banda, ¿cómo afrontáis la gira? ¿Cómo vivís vuestra creciente popularidad en Latinoamérica?

Le damos mucha importancia a la gira de salas. Luego están los festivales, donde tienes de todo, grandes y pequeños. En la gira de salas disfrutamos mucho más porque estás en un espacio donde va la gente que quiere verte a ti, el contacto con el público es mucho más cercano. Tenemos muchas fechas por delante y hemos elegido las ciudades donde hay salas con un aforo que nos podemos permitir. Warner nos decía que nosotros no le caemos bien al algoritmo, pero es curioso porque luego llenamos las salas. Las escuchas que marca Spotify no se corresponden con la cantidad de gente que viene a vernos.

Por otro lado, Latinoamérica siempre ha sido muy importante para nosotros, sobre todo México, desde la época de Nacho Vegas. Cada vez más gente viene a vernos, y esta vez vamos a más sitios, como Colombia, donde hemos sido número uno en una de las radios más populares de allí. Va a ser nuestra primera vez como León Benavente aunque ya estuvimos con Nacho Vegas. Es muy caro ir allí, pero vamos a lanzarnos, tenemos muchas ganas. Chile, Uruguay… son sitios que también nos llaman y que visitaremos. Ahora mismo Argentina quizás no está en su mejor momento, pero también tenemos mucho público allí y volveremos en algún momento. En marzo iremos a Méjico. También queremos tocar por Europa (Berlín, París…) porque siendo europeos es una pena que lo único que te quede por el idioma, sea cruzar el charco. Queremos probar, aunque sea en plan “hardcoreta”, porque son experiencias que te curten. Hay que vivirlo.

 

Mirando atrás, ¿os veíais resistiendo ya más de diez años como banda?

Cuando empezamos, era algo agotador porque éramos también la banda de Nacho Vegas y casi no pisábamos nuestra casa en mucho tiempo. No pensábamos que nuestro grupo fuera a tener tanta repercusión, y Nacho tampoco. Cuando encadenábamos giras con él por Latinoamérica y España y luego las de nuestra banda, era algo que nos dejaba casi sin tiempo. Nacho es un tío increíble y un artistazo. Tomamos la decisión de centrarnos en la banda, y en enero de 2020 antes de la pandemia, dimos el último concierto de esta etapa en el Circo Price. ERA refleja la oscuridad que conllevó la pandemia, fue un golpe duro también como banda porque estábamos en un buen momento. Ahora estamos en otro gran momento, con nuevos proyectos y muchas ganas. Miramos lo justo al pasado, sólo para ver qué hemos aprendido y seguir mejorando. Con esta edad es lo único que podemos hacer, pasárnoslo bien y disfrutar cada momento. Estar de gira es una droga para nosotros. No tenemos hijos y con esa libertad podemos estar en movimiento continuo.

¿Sentís que las miradas están puestas en vosotros y que tenéis mucha presión con este nuevo lanzamiento?

Con este disco no sentimos presión, como por ejemplo sí podía haber con ERA. Después de la pandemia hay un gran relevo generacional y las cosas han cambiado mucho. Nosotros somos una banda veterana porque ya tenemos una edad aunque llevemos apenas diez años juntos. Nos lo tomamos en plan “somos músicos y lo que nos gusta es tocar y girar”. Invertimos todo lo que ganamos en autoproducirnos y seguir con esto. No somos una banda de llenar estadios, pero sabemos dónde estamos y lo que queremos. Las cosas han cambiado. Escuchaba el otro día a Rusowsky decir que quería grabar un disco porque era como un viaje y ya estaba cansado de lanzar singles sueltos. Nosotros llevamos toda la vida haciendo eso. Por ejemplo Ralphie Choo ha sacado un disco precioso en una edición cuidadísima. Me mola que las nuevas generaciones acaben por verlo así. Ahora se eternizan los lanzamientos, y parece que no ha pasado nada desde hace tiempo, pero es que los plazos ahora se alargan mucho.

¿Cómo valoras el panorama actual del circuito musical, más cuando os gestionáis vosotros mismos?

Pues imagínate lo difícil que resulta todo. Nos sentimos reflejados en Muzikalia, ya que para nosotros sois como unos Don Quijotes del periodismo musical. Y al igual que vosotros, somos románticos de esto. ¿Es eso malo? Pues oye, perdón al que le moleste eso, pero aunque no seamos de multitudes, somos supervivientes. Cada vez hay menos bandas de gente de nuestra edad. Otros medios son conscientes del contenido que deben publicar para conseguir determinada publicidad. Lo saben y lo hacen. Es un mérito que podáis manteneros. Muzikalia ha sido un referente para mí desde que empezasteis. Desde que yo estaba con Schwarz recuerdo leer reseñas vuestras.

¿Cómo ves el panorama de directo para las bandas nacionales?

Salir a tocar es carísimo. Lo hablaba hace poco con los chicos de Alcalá Norte que son amigos, y estaban preocupados con ese tema a la hora de hacerlo mínimamente rentable. Todo lo que hay que llevar para montar un directo cada vez cuesta más y es cierto que para las bandas nuevas tiene que ser bastante complicado.

También está el impulso de los medios, sobre todo Radio 3.

Hace poco estuve en Murcia con un amigo y es increíble la cantidad de movimiento que hay. Puede haber fácil 120 locales de ensayo y están todos ocupados. 120 bandas. Me quedé alucinado. Allí hay muchos músicos. Por ejemplo en otros lugares donde siempre hubo también actividad en ese sentido fue Asturias, pero no estoy seguro si hoy día hay tal agitación de bandas emergentes, pero lo de Murcia es brutal. Cómo se pongan todas esas bandas a girar , colapsan la escena (risas).

El sur parece un poco olvidado en las giras.

Con Vamos A Volvernos Locos metimos bastante gente por allí, pero es verdad que aunque no sé por qué razón, no hay el movimiento que uno esperaría en esa zona. Nosotros giramos siempre por Málaga, Sevilla, Granada… Recuerdo que el primer concierto en Málaga fue en la Sala Velvet (que por cierto, cerrará sus puertas definitivamente el próximo mes de enero). También me acuerdo que en Cala Mijas recibimos avisos de que bajáramos el volumen porque tocábamos a la vez que James Blake (risas). Intentamos llevar nuestro espectáculo a todos los lugares que vamos (luces, efectos…) Andalucía nos encanta, culturalmente es la hostia.

«Me alegro mucho de que a bandas como Arde Bogotá, Carolina Durante o Alcalá Norte les vaya bien. Que se le preste atención a este tipo de música,  nos viene bien a todos. Luego el público elige»

¿Cómo percibes el éxito de bandas como Arde Bogotá, Alcalá Norte o Carolina Durante?

En el caso de Arde Bogotá, los conozco. Yo soy de Murcia y ellos de Cartagena. Los conocimos en Santander en un concierto saliendo de la pandemia, y ellos no sabían que yo soy de Murcia. Me parece que la música es como una lotería, y a ellos les ha tocado de algún modo. Han podido resultar el referente para gente cansada de música urbana y que busca algo más orgánico, más rock. Lo mismo con Alcalá Norte. Son gente joven que se acerca a un tipo de música que ya se hizo en su día. Los primeros han sacado un single de ocho minutos y parece como que se están equivocando, cuando antes era algo muy normal. La música no tiene metrajes, o al menos yo no la concibo con ellos. El homenaje que hicimos a Rafael Berrio también era larguísimo y nadie dijo nada. Es una declaración de intenciones para que la gente se tome su tiempo en disfrutar de lo que hacen. Nosotros hemos hecho un disco con inmediatez, fresco y rápido, como los Ramones. Veníamos de la oscuridad de ERA y era lo que nos apetecía. Cada momento tiene su edad. Me encanta como escribe Diego de Carolina Durante. Me alegro mucho de que a todos les vaya bien, nos viene bien a todos que se le preste atención a este tipo de música. Luego el público elige. Vendría bien que se ayudara a bandas emergentes, con ayudas públicas, como en otros países.

 

Y yéndonos al reverso temporal, ¿qué opinión te merece esta segunda juventud de Los Planetas?

No sé si a J le apetecerá mucho acercarse a esas canciones (risas). Hay que acercarse a la nostalgia con cuidado. Los Planetas han sido una banda que siempre ha estado arriesgando, pasando del pop del inicio a la experimentación y el flamenco más adelante. Ellos no se han visto identificados con los personajes de la película. Eso también genera más revuelo alrededor. Les ha venido de puta madre. Por otro lado, me alegro mucho por Alondra Bentley, se merece el reconocimiento a su canción y a su trabajo en general. Los Planetas no cedieron los derechos de las canciones y lo que suenan son las interpretaciones de los actores, que lo hacen genial. En la presentación en Madrid, ellos tocaban los temas en vivo también y Alondra salió a cantar su tema. Además Isaki Lacuesta me parece un gran director.

Y hablando de remover la nostalgia, ¿cómo os habéis sentido al desempolvar las canciones de vuestro debut en la gira de celebración del décimo aniversario?

Al principio nos daba pereza, pero luego, cuando estábamos trabajando en el nuevo disco, pensamos: ¿por qué no planteamos algo en salas de aforo mediano? También planteamos una reedición con demos y alguna rareza. Así la cosa fue cogiendo cuerpo y la experiencia resultó muy ilusionante. Hacía tanto tiempo que no tocábamos canciones como “La Gran Desilusión” o “Las Ruinas”. La gente se sabía todas las canciones y eso nos hizo sentir muy bien. Hicimos la cara-a y la cara-b, y enlazamos con los grandes éxitos después. En cada concierto lo pasamos genial. Tenemos mucha suerte porque tenemos un público muy entregado. Eso nos hace disfrutar muchísimo.

¿Qué canción del disco te hace sentir más eufórico al interpretarla?

Todas tienen su punto pero “Baile Existencialista”, va a toda hostia y es bastante jodida de tocar. Es muy incendiaria. “Su Verso” o “Gerry” también son un reto. Pensar en arrancar con “Úsame/Tírame” también es muy potente. Nos hemos sentido muy bien como banda y como amigos grabando este disco y eso se refleja en el resultado final. Le comentaba a Boba que parece que estábamos grabando el primer disco otra vez, en plan, “vamos a hacer lo que más nos gusta”. Somos una familia que debemos cuidar y mantener, como vosotros en la web. No hay que perder de vista el tesoro que tenemos entre manos. Intentamos no intoxicarnos demasiado con el tema de las redes sociales y lo que se dice en ellas. Vamos a lo nuestro.

Escucha León Benavente – Nueva Sinfonía Sobre El Caos

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