Especial: Analizamos ‘Don’t Stop…’, el “retorno” de Oasis
Oasis fueron una de las bandas más relevantes del Reino Unido –y por ende del planeta– en los añorados 90, década en la que la industria de la música vivió uno de sus mayores apogeos tanto en calidad como sin duda alguna en cantidad (sobre todo si atendemos al número de CDs que se vendían). La formación liderada por Noel y Liam Gallagher fue en buena parte responsable de recuperar la hegemonía británica en cuanto al pop/rock de guitarras se refería, en una ofensiva etiquetada a groso modo como Britpop. Oasis publicaron dos discos excepcionales ¡en poco más de un año! – ‘Definitely Maybe’ (1994) y ‘(What’s The Story) Morning Glory?’ (1995)–, además de un tercer trabajo algo pretencioso (en parte debido al consumo masivo de cocaína) pero a todas luces infravalorado como ‘Be Here Now’ (1997), que el tiempo va poniendo en su lugar. Al año siguiente vio la luz ‘The Masterplan’ (1998), una apabullante colección de caras B seleccionadas de entre los singles extraídos de sus tres primeros discos que, dada la calidad de los temas, se convertiría instantáneamente en un clásico dentro de la discografía del grupo. Después llegarían obras menores, sobre todo en comparación, aunque salpicadas siempre con más de un destello deslumbrante, caso de ‘Standing On The Shoulder Of Giants’ (2000), ‘Heathen Chemistry’ (2002) y ‘Don’t Believe The Truth’ (2005), antes de que la banda concretase su particular canto del cisne en el psicodélico y más que notable ‘Dig Out Your Soul’ (2008), otro álbum al que el tiempo terminará por hacer justicia. Después de eso y tras el sinfín de broncas y encontronazos entre Liam y Noel Gallagher, el grupo anunciaba su disolución en 2009 y tras cancelar su concierto en el festival parisino Rock en Seine a última hora.
Desde entonces, ya se sabe: más de una década de insultos y reproches de ida y vuelta por parte de los hermanísimos, rumores acerca de una posible reunión del grupo que, siendo realistas y a día de hoy, parece muy poco probable, y dos carreras en solitario cada vez más alejadas entre sí. Liam Gallagher siguió adelante capitaneando Beady Eye, junto al batería Chris Sharrock y dos miembros de la última formación de Oasis (Gem Archer y Andy Bell). El cuarteto dejó un gran esteno como fue ‘Different Gear, Still Speeding’ (2011), pero también una continuación bastante más deslucida titulada ‘BE’ (2013). Ya al amparo de su propio nombre, Liam ha sabido rodearse de buenos compositores para dejarse ayudar en una tarea que en general parece no ser su mayor virtud, en una fórmula funcional que ha dejado dos grandes discos influenciados por ese rock británico clásico y deudor de John Lennon, The Who o The Rolling Stones. ‘As You Were’ (2017) y ‘Why Me? Why Not.’ (2019) son dos referencias sin trampa ni cartón, pero protagonizadas por esa inconfundible y chulesca voz de clase obrera con las que su autor ha conquistado el número 1 en Reino Unido, al tiempo de autodenominarse (no sin cierta razón) “la última estrella auténtica del rock”. Por su parte y aparentemente más asentado, Noel Gallagher inició su carrera al margen del exitoso grupo mucho antes, y bajo el pomposo nombre de Noel Gallagher’s High Flying Birds publicó en 2011 el que fue un notable debut homónimo. Al elepé le siguió una continuación algo más discreta como ‘Chasing Yesterday’ (2015), y dos años después llegaría ese Who Built The Moon? (2017) que es el último larga duración hasta la fecha de Noel y, de paso, incluye algunas de sus mejores canciones desde que abandonase Oasis. Desde entonces, el mayor de los hermanos ha apostado por el formato de EP, decantándose cada vez con mayor frecuencia por la electrónica en prejuicio de aquel indie de guitarras que le dio fama global.
En estos tiempos de obligado confinamiento casero que nos toca vivir, quién más y quién menos ha dedicado cierto tiempo a poner orden sus recuerdos, localizando así pertenencias capaces de remontarnos a nostálgicas épocas pasadas que, en muchos casos, sin duda fueron mejores. Obligadas por las circunstancias, algunas estrellas del rock tampoco escapan a ese tipo de rutinas, con la diferencia de que, en su caso, el hallazgo en cuestión puede albergar un considerable interés para muchas otras personas a lo largo y ancho de este enloquecido mundo. Hace ya más de dos décadas que, pese a quien pese, Oasis cuentan con el estatus de banda histórica, por lo que cualquier movimiento en torno a la formación británica genera irremediablemente agitación y expectativas generosas. Por eso, la noticia de que Noel Gallagher había encontrado una canción absolutamente inédita de Oasis en un CD sin etiquetar dibujó la sonrisa de millones de fans huérfanos de uno de sus grupos favoritos. Sobre todo porque el inglés también anunció que compartiría la misma en Internet, en la noche del miércoles al presente jueves. El tema en cuestión en una demo titulada “Don’t Stop…” y, según ha explicado el propio músico, corresponde a una grabación realizada durante un ensayo antes de un concierto en Hong Kong hace ahora unos quince años. O lo que es lo mismo, casi con toda seguridad la composición pertenecería a la época de ‘Don’t Believe The Truth’ (2005). La canción dura casi cinco minutos, y es el clásico medio tiempo que tan bien se le daba a Noel Gallagher, aquí también tras el micrófono. Una pieza que cuenta con su parte melancólica y también el pespunte épico, todo en torno a una bonita y lograda melodía de cierto misticismo. Una pieza lo suficientemente buena como para haber formado parte de alguno de los dos últimos discos de los británicos o, como mínimo y sin duda, completando alguno de sus singles. “Don’t Stop…” es (o podría haber sido de haberse concretado en estudio) un tema típico de Oasis que, cómo no, tiene reminiscencias de The Beatles, y se sitúa en la misma línea de “Stop Crying Your Heart Out”, “Sunday Moring Call”, “Let There Be Love” o incluso “Little By Little”.
Noel Gallagher explicó en una entrevista concedida en la época gloriosa del ‘Definitely Maybe’ (1994) que, cuando era un adolescente obsesionado con la música, sus artistas favoritos tenían por costumbre lanzar un sencillo con temas inéditos cada tres o cuatro meses. De ese modo siempre podía disfrutar con nueva música de sus grupos y cantantes favoritos, y afirmaba en la misma charla que él quería hacer lo mismo con su grupo y sus propios seguidores. Con mayor o menor acierto, pero es indudable que el guitarrista lo consiguió a través de Oasis, para los que compuso siete discos de estudio de los que se extrajeron hasta una treintena de singles, publicados en ese formato y con sus correspondientes extras alimentando a los fans. Ahora, once años después de la disolución del grupo, el mancuniano entrega un último regalo que sabe a gloria. A gloria de la mañana, claro.
Vaya pedazo de buenísimo y maestro reportaje de Raúl Julián sobre Oasis!
Gracias Txus. Un abrazo.
Maravilloso reportaje, muchas felicidades y completamente de acuerdo también con los discos menos valorados de Oasis que como bien dices ahora con el tiempo se les está dando el valor y reconocimiento que merecen. Ayer por la noche en honor a esta noticia estuve viendo un concierto de Oasis.
Gracias Antonio. Un saludo.