Kaleo – A/B (Atlantic Records)
Empiezo estas líneas sin poder quitarme de la cabeza el riff de guitarra de “No Good”, tema que abre el álbum de Kaleo: A/B. Estos cuatro islandeses llegan pisando fuerte con su blues rock que ya triunfó en su país natal y que ahora parece estar extendiéndose a nivel internacional, después de haber firmado con Atlantic Records en 2015 y haberse mudado a Austin, Texas.
A/B son dos mitades de Kaleo, son las dos caras de una misma moneda: una primera mitad más dominada por un estilo blues, mientras que a partir de “All The Pretty Girls” nos adentramos en la parte más folk del disco. Las dos mitades se juntan a través de un sonido que nos parece anticuado, como de otra era, y eso es lo que da continuidad a todo el álbum. La mitad A del disco se abre con un potente “No Good”, lleno de riffs de guitarra y con una demostración de lo que JJ Julius Son es capaz de hacer con la voz. “Way Down We Go” es un cambio radical de mood respecto al apoteósico inicio, pero la voz principal nos transmite su dolor de una manera tan orgánica que el cambio se sucede sin casi darnos cuenta. Quizá “Broken Bones” es el tema más blues, más clásico, de esta primera mitad del disco, con una sonoridad totalmente antigua que nos remite a las canciones de trabajo de antaño. “Glass House” y “Hot Blood” cierran la parte A del álbum volviendo a la energía del inicio a través del virtuosismo tanto de la voz como de la guitarra.
Con “All The Pretty Girls” nos adentramos en el lado más suave y folk de A/B, con un estilo muy a lo Bon Iver y ese aire cálido pero invernal que se respira en toda esta segunda mitad. Los arreglos de la parte B son sencillos pero están suficientemente bien trabajados como para mantenernos enganchados escuchando el lado más acústico de Kaleo. Menos virtuosismo y más calidez, menos ritmo y más melodías, menos energía y más emotividad; dos caras de una misma moneda formada por cuatro intérpretes talentosos que han querido demostrar que son capaces de dominar diferentes géneros en un solo disco, que les sirve de carta de presentación a la industria musical internacional.
Kaleo se ha ganado su amigos y sus enemigos, unos enamorados por su virtuosismo y su apertura a diferentes géneros, los otros aburridos por una monotonía en el uso de los recursos que no acaba de llegar a un clímax real. Para mí, se trata de un buen disco de exploración de capacidades, de presentación a la
galería y de búsqueda de un estilo propio a partir de una confluencia de antiguos y modernos referentes. A/B se cierra con un silbido que nos deja preguntándonos qué viene luego; la respuesta no la tenemos, pero seguro que aún nos queda mucho por oír de estos cuatro jóvenes que han conseguido dejar su huella y encontrar su lugar en la escena con este álbum bífido pero a la vez perfectamente acoplado.