Minimal – Minúscula + Mapping the Studio (Autoeditado)
Minimal son un cuarteto catalán formado por Nuria (cantante), Sergi, Óskar y Oriol Codina, productor de música electrónica. Su música transcurre entre la vertiente más movida del trip-hop, la música de baile y el pop atmosférico. En algunos momentos recuerdan a otros grupos españoles de lo que se suele denominar “indietrónica”, como Souvenir, aunque en general, sobre todo gracias a la especial voz de Nuria, remiten a referentes más nebulosos y ensoñadores como Cocteau Twins o bandas más recientes como Blonde Redhead, Beach House, Giardini di Miró y principalmente Goldfrapp.
En esta maqueta autoeditada hay dos partes diferenciadas por el idioma: la primera, Minúscula, contiene 5 canciones cantadas en catalán donde prima la atmósfera, la voz femenina y una instrumentación que suele ir creciendo desde una base minimalista, y entre las que destacan “La mare absent” y la juguetona “Quan Dante va baixar a l’infern y es va trobar la Divina Comèdia”.
En la segunda parte, Mapping the studio, encontramos 12 canciones en inglés que siguen una línea similar a las anteriores, pero generalmente con un fondo pop, más variado y menos electrónico, sobre todo cuanto más se nota la presencia de instrumentos tradicionales. En este viaje hacia la accesibilidad se producen algunos pasos en falso que desvían la atención hacia referencias como Russian Red o incluso Ana Torroja, propuestas totalmente respetables pero que poco tienen que ver con lo que el oyente espera después de haber escuchado las primeras canciones. El cambio de idioma, sin querer pasar por experto, en ocasiones parece lastrar las canciones y no dejarlas flotar libres como ocurría en la primera parte del disco. Todo ello no es impedimento para encontrar algún momento brillante, como en “Basement”, una resultona mezcla de jangle-pop, los Fleetwood Mac de “Dreams” y los Asobi Seksu menos vanguardistas.
En mi opinión, las canciones en catalán de Minúscula marcan el camino a seguir por el grupo, siempre que quieran desarrollar una personalidad sonora propia que les haga asomar la cabeza en un panorama musical cada vez más saturado y uniforme.
