Muere Jorge Martínez, líder de Ilegales
Jorge Ilegal, líder de Ilegales ha muerto. Jorge Martínez ha muerto. Reconozco que me es difícil ya no solo escribir esto, sino creérmelo. No soy muy fan de los personalismos en el periodismo musical, pero cuando se va alguien a quien has tratado muchas, muchísimas veces, el obituario se convierte en una mezcla de información y recuerdos imposibles de sortear.
Jorge irradiaba vida, desprendía una energía contagiosa y cuando le tratabas más allá de esos minutos promocionales limitados a una mera entrevista, emergía su otro yo, el de Jorge Martínez. Me siento muy afortunado de haber conocido a ambos, a ese que más allá de las meras respuestas protocolarias te empezaba a contar mil y una salvajes anécdotas irreproducibles y al rato se emocionaba hablándote de sus guitarras, su inminente operación de cataratas o te enseñaba su nuevo móvil.
Para muchos de nuestra generación Ilegales siempre estuvieron ahí. Sus composiciones nos han acompañado con esa furia lúcida que mira al mundo sin filtros: guitarras que muerden, canciones que arden y una chulería que les convirtió en únicos. No es necesario ahondar en una discografía que desde 1982 nos ha zarandeado y empujado a ir siempre un paso más allá; puro rock como forma de resistencia. La tienen a su disposición, ya que es nunca es tarde para rendirse a ella.
Jorge se ha ido sin despedirse, él no era de esos y aparte ya lo había hecho con una canción maravillosa como «El bosque fragante y sombrío» de la que nos contaba en una entrevista que mantuvimos a propósito de Rebelión (2018) que: «El momento bueno para despedirse es cuando más amas la vida, cuando más intensamente la estás viviendo. Y ahora mismo, para mí, es un momento maravilloso. Maravilloso, estoy haciendo lo que quiero. El disco Rebelión me encanta, es un disco cojonudo. He hecho con Ilegales 11 discos, los dos de Los Magníficos. Tengo todas las guitarras que quiero».
No hace mucho celebraron los 40 años de su debut con un documental antológico y un disco conmemorativo que lejos de ser una mera comparsa nostálgica, miraba hacia el futuro. Y es que Ilegales aún tenían futuro. Podrían haber vivido de las rentas con un catálogo para enmarcar, pero no lo hicieron y eso hay que aplaudirlo. Warner estaba reeditando sus primeras obras con extras con la excusa de esas cuatro décadas a sus espaldas. Aún recuerdo cuando le entrevisté para hablar de la de Agotados de esperar el fin, cómo terminé con él y un compañero de El Giradiscos escuchando algunos temas del que ha sido su último trabajo, el más que notable Joven y Arrogante (2025), que quedará para siempre como un punto y final agridulce. Se sentía muy orgulloso del disco y no es para menos.
Paradojas de la vida, el siguiente disco a reeditar debería ser Todos están muertos (1985) algo que al mismo Jorge le haría soltar una de sus carcajadas. Ya nos enseñó que solo la muerte te salva de la vida, que hay que ir hacia ella alegre y despreocupado, como si fueres a la muerte de otro, y nos advirtió que cuando te mire de frente te pongas de lao, aun así esto es una putada que no nos esperábamos y que tardaremos mucho en digerir.
Como él mismo diría «hoy no hay sonrisas», pero nos queda la triste satisfacción de que se ha ido en lo más alto.
Foto Ilegales: Manuel Pinazo.

