Nile Rodgers & Chic + Soul II Soul (Alma Occident Madrid – Tierno Galván) 07/06/2024
Las Noches del Botánico ya no reinan solas en la antesala veraniega madrileña. El Alma Festival se presenta como una alternativa, o mejor dicho, un complemento refrescante, que destaca por su cuidada programación y su idílica ubicación en el Parque Enrique Tierno Galván. Este oasis urbano, alejado del bullicio de la ciudad, ofrece un escenario perfecto para disfrutar de la música en un ambiente tranquilo y relajado. Su organización meticulosa, desde los pequeños detalles hasta la acústica impecable, nos regaló días antes un concierto espectacular protagonizado por Róisín Murphy y Alison Goldfrapp, dos figuras clave en la evolución del synthpop más sofisticado, audaz y estimulante de los últimos 30 años.
Apenas tres días después, el viernes 7 de junio, llegó el turno de Nile Rodgers y Chic, acompañados por el conjunto británico Soul II Soul, quienes dieron el pistoletazo de salida a una jornada perfecta en todos los sentidos. Incluso el clima, desafiando las previsiones de lluvia, se mantuvo favorable, contribuyendo a una noche inolvidable.
A pesar de no colgar el cartel de «agotado», miles de personas nos reunimos para vivir una auténtica fiesta ochentera. La noche se llenó de baile, hedonismo y vestidos de lentejuelas que brillaban como nunca. El Parque Enrique Tierno Galván se transformó en una gigantesca pista de baile, más que en un simple concierto. Cada canción interpretada por Nile Rodgers y Chic era un himno que todos conocíamos de memoria. No se trataba solo de melodías familiares, sino de verdaderos clásicos. El setlist era, literalmente, una recopilación de las mejores canciones de esa década; para quienes vivieron esos años, era como escuchar un cassette grabado a mano y etiquetado con esmero: La mejor música disco.
Aun así, no adelantemos acontecimientos, porque el concierto de Soul II Soul también merece nuestra atención. Este colectivo británico fue pionero en mezclar el sonido jamaicano de las sound systems con las influencias del acid house ibicenco, el house de Chicago y el renovado R&B neoyorquino de mediados de los ochenta. El resultado fue una selección de temas que encontraron su lugar en la escena londinense durante la explosión del «Summer of Love» a finales de la década de los ochenta. Destacaron éxitos como «Back to Life», que llegó a posicionarse como el número uno en Reino Unido y el cuarto en Estados Unidos, una canción que se ha convertido en un himno atemporal del soul y la música dance.
Con esta carta de presentación, que bien les serviría para tener una noche propia, este conjunto británico nos regaló cincuenta minutos de un espectáculo medido y calculado, sirviendo como una excelente muestra del buen sonido que disfrutaríamos durante toda la noche. Interpretaron cerca de una decena de temas, entre los que no faltó la canción icónica mencionada anteriormente, que cerró su concierto de manera espectacular. También destacaron otros temas importantes como «Get a Life», «Keep On Movin'», «I Care» y una versión de «Nothing Compares 2 U», basada en los arreglos de Prince y no en los de Sinéad O’Connor. Tras la actuación de Soul II Soul, y con media hora de espera, llegó el turno del imponente Nile Rodgers junto con Chic. Eran las once de la noche cuando una lluvia de flashes y una bola de disco virtual iluminaron todo el auditorio.
Nile Rodgers, una figura indiscutible en la historia de la música popular. Su influencia, que se extiende por más de cinco décadas, lo convierte en una leyenda incomparable. Junto a Bernard Edwards, fundó Chic, grupo que definió la elegancia de la música disco de los años setenta. Su talento como productor ha dado vida a álbumes icónicos para artistas como Diana Ross, Madonna, David Bowie y Sister Sledge, entre otros. Pero la huella de Rodgers va más allá de las décadas pasadas. Su impacto y presencia se hacen sentir en músicos de todo el mundo, como lo demuestran sus colaboraciones con Daft Punk en el aclamado álbum Random Access Memories y con Avicii en su icónico trabajo True, ambos del 2013.
La presencia de Nile Rodgers en el escenario nos transportó a un viaje por su influyente carrera musical, confirmando su posición como una figura imprescindible en el panorama musical contemporáneo. Acompañado por su talentosa formación, integrada por Jerry Barnes en el bajo, Kim Davis y Folami Ankoanda en las voces, Ralph Rolle en la batería y Russell Graham en los teclados, entre otros destacados músicos, Nile nos brindó más de veinte temas emblemáticos, todos ellos éxitos perdurables, en un espectáculo que se prolongó durante aproximadamente noventa minutos.
Desde el primer rasgueo de su guitarra, Nile nos cautivó con su sonido característico, un estilo inconfundible que ha marcado generaciones. El concierto comenzó con los himnos de Chic, como «Le Freak», «Everybody Dance», «Dance, Dance, Dance» e «I Want Your Love», encendiendo la alegría y el bullicio del público.
Después de estas interpretaciones, llegó el momento de disfrutar de las canciones icónicas de Diana Ross, como «I’m Coming Out» y «Upside Down», así como de Sister Sledge con «He’s the Greatest Dancer» y «We Are Family». Sin embargo, es relevante señalar que muchas de estas canciones, al igual que otras interpretadas durante la noche, tuvieron una duración más breve que las versiones originales. La decisión de acortar la duración de algunos temas permitió incluir más canciones en el repertorio, sin perder la esencia de cada una.
Pero la noche no solo se trataba de éxitos atemporales. Nile Rodgers nos brindó la oportunidad de viajar en el tiempo a través de historias y anécdotas detrás de algunas canciones. Como si estuviéramos viendo un documental musical, nos adentró en los años dorados de la música, compartiendo detalles sobre su trabajo con artistas como Diana Ross, Sister Sledge, Madonna, David Bowie, Duran Duran y, por supuesto, Daft Punk.
Una de las anécdotas más memorables fue la relacionada con Madonna. Nile recordó cómo intentó convencerla de que «Like a Virgin» fuera la canción de apertura de su segundo disco, pero Madonna insistió en «Material Girl». Sin embargo, como la artista no estaba presente esta noche, Nile aprovechó la ocasión para rendirle un homenaje personal, y salirse con la suya, interpretando primero «Like a Virgin» y luego «Material Girl».
De igual manera, Nile revivió la magia de su colaboración con Daft Punk al interpretar «Get Lucky» y «Lose Yourself to Dance». Además de mencionar la química que surgió en el estudio, recordó que Random Access Memories fue el primer álbum de música dance en ganar un Grammy al mejor álbum desde «Fiebre del Sábado Noche» en 1977. A lo largo de la noche también compartió historias sobre Beyoncé, David Bowie, Duran Duran y, por supuesto, sobre Bernard Edwards y Tony Thompson, ambos miembros fundadores de Chic.
Sin embargo, un pequeño detalle empañó la experiencia de algunos asistentes: la ausencia de traducción durante las interacciones de Nile. Para un concierto de estas dimensiones, donde la diversidad es un elemento clave, la inclusión de una mínima traducción en las pantallas gigantes habría permitido a todos los espectadores disfrutar de las historias compartidas, sin importar su dominio del inglés.
Esta traducción no tenía que ser literal, pero sí lo suficientemente clara para transmitir la esencia de las anécdotas y conectar con el público de habla hispana. De esta manera, la experiencia se habría enriquecido aún más. Cabe destacar que el espectáculo estaba tan cuidadosamente calculado que incluso la inclusión de esta traducción mínima habría sido factible. Lo demostramos en la recta final cuando presentó varias docenas de fotografías con músicos de toda índole, sin que esto afectara el ritmo o la dinámica del concierto.
Más allá de esta situación, también hay que destacar el espectacular trabajo de las vocalistas Kim Davis y Folami Ankoanda durante todo el espectáculo. Aunque es difícil competir con la voz icónica de David Bowie en canciones como «Last Dance» o «Modern Love», lograron elevar sus versiones y otras canciones a un nivel excepcional. Con su potente voz soul, Kim Davis incluso llevó algunas interpretaciones al vibrato, como en el mítico tema «Good Times», canción que cerró la noche.
Este concierto no solo fue un espectáculo musical, sino un viaje en el tiempo, un retorno a las deslumbrantes pistas de baile de los años ochenta y un homenaje a la carrera legendaria de Nile Rodgers. Nos recordó por qué la música de esa época sigue siendo tan relevante y nos dejó con la certeza de que el legado de este ícono perdurará por generaciones. Fue una noche de celebración, de conexión con el pasado y de inspiración para el futuro, donde la música nos recordó que, a pesar del paso del tiempo, el baile sigue siendo un poderoso motor de liberación y alegría.
Fotos Nile Rodgers & Chic + Soul II Soul: Jaime Maisseu (Alma Occident Madrid)