Nocturama: Sr. Chinarro + Los Estanques + Riverboy
Nocturama llegó a su segunda jornada cambiando las voces femeninas y el jazz/swing del primer día, por psicodelia. Se va a mantener hasta el final el cambio del orden en el cartel, dejando al artista principal en medio, en este caso Sr. Chinarro, y terminando con quizá la propuesta más buenrollista y desde luego más ruidosa de lo que llevamos de festival, Los Estanques. Otro cambio esta noche que afecta a cómo disfrutamos los conciertos es un endurecimiento de las normas de seguridad. La primera noche, el público había sido muy respetuoso, pero en fin, como bien dijo la organización, nos estamos jugando los conciertos del futuro a una foto comprometida, así que nada.
El sándwich psicodélico de la noche comienza con Riverboy, un grupo de sonido feliz y luminoso. Sus grabaciones están a medio camino entre la psicodelia y el folk americano, pero el directo que nos traen hoy va más por lo primero que por lo segundo; como los primeros Pink Floyd, a capas y capas y más capas de guitarrazos. Cierras los ojos y crees que estás escuchando algún concierto de 1973 rescatado por José Miguel López en Discópolis. Han ido cambiado las letras en inglés de su primer álbum por otras en castellano para las de su nuevo disco que saldrá en octubre y aprovechan para presentarnos. Un grupo lisérgico y muy pero que muy retro, que transmite que se lo están pasando genial tocando en un show concentrado, de poco más de media hora.
Entre actuaciones, pausas tirando a largas que necesitan de un DJ que consiga mantener al público animado hasta la siguiente. Lo dejo aquí mejor que al final: un saludo, un abrazo, un like, un ponle lo que ella quiera a La Rubia Pincha, que nos tenía bailando desde la cola del bar y que por supuesto siguió después de los conciertos con un portfolio que va desde Elvis Presley a Califato ¾. Un verdadero gustazo hasta cuando estás en una silla y solo puedes mover los pies.
A continuación, Sr. Chinarro, que toca fundamentalmente canciones nuevas. En una de sus pocas intervenciones entre canciones, comenta que “habría que hacer como antes, primero se gira el disco y luego se graba, de recuerdo». Alguien en el público bromea y lo llama antiguo, pero ¿acaso no es justo lo que hizo ayer María Yfeu y lo que nos ha ofrecido Riverboy? Al final lo clásico siempre vuelve, y Sr. Chinarro da en el clavo. Por qué no hacer giras de discos aún por grabar, claro que sí.
El sonido debía muchísimo a la teclista Sandra Rubio (lo siento, pero para mí era inevitable acordarme de Candida Doyle). A ratos sonaba a New Wave, a Police en un día especialmente creativo, a Elvis Costello, a Pulp. A indie español del que hacían apenas críos cuando Chinarro ya era un artista consagrado.
Luque y su grupo tocan con la absoluta comodidad de quien sabe que está en casa. Algunas canciones hacen referencia no ya a la ciudad de Sevilla sino a locales, a esquinas concretas, y así nos lo hace saber. Guiños de complicidad para el público de toda la vida entre temas que tampoco dejan fuera a quienes estuvieran en una primera aproximación al cantante, y un tono agridulce debajo de todas las bromas.
Y para terminar, por si alguien creía que hoy tocaba relajarse, Los Estanques. Ruido. Mucho ruido, y una vuelta a la psicodelia setentera, más agresiva que la de Riverboy. Superaron con sentido del humor y soltura algunos problemas técnicos y de afinación, e incluso que el cantante Iñigo Bregel aporreó su teclado con tanta fuerza que por un momento creyó que lo había roto. ¿Has probado a apagarlo y volverlo a encender? (al final sí que funcionaba). Bregel transmite un entusiasmo desbordante y un aire irresistible de chico malo algo desastrado. No importa si algo se estropea, lo arregla el virtuosismo de los músicos, de la escuela de tocar muy alto, muy fuerte, muy rápido. Son todo velocidad y energía aquí se marca solos hasta el bajista. Hacia el final, con La loa que añoré, se marcan una acumulación de solos y de mini-improvisaciones con mareantes cambios de tempo y ritmo. Y para terminar, el himno favorito de sus fans, la divertida «Soy español pero tengo un kebab».
Al menos en el directo, no deja de ser paradójico que Sr. Chinarro innove más que los otros dos grupos, tan enamorados de estilos y tradiciones claramente acotados en tiempos en los que ellos ni habían nacido. Se ve que la juventud necesita la nostalgia, y que como nos mostraron los de Antonio Luque y Los Estanques, la manera más rápida y directa de salir de ella es el humor.
Fotos: Nocturama