Rosvita – Rosvita (Siete Hermanas)
Que en España se acepta mejor a áquel que calca o está bajo la influencia de determinados grupos foráneos, que a una banda que intente innovar y arriesgue desde sus inicios, es un hecho demostrado. De esta manera, nuestro país se ha ido cargando a propuestas tan interesantes como El Hombre Burbuja, El Niño Gusano, y tantos otros que, cansados de intentar ir por libre, decidieron abandonar sus proyectos. Bajo esta premisa, el futuro para Rosvita no parece excesivamente alentador, ya que «cometen el fallo» de haber firmado un primer disco dónde ponen nombre y apellidos a una forma personal de entender el rock, y eso cuesta de aceptar.
Siete Hermanas es el sello de propia creación en el que Rosvita pasan al formato grande, tras haber editado el año pasado una interesante maqueta de la que conservan 2 temas en este disco. “Malaria” y “Dónde” son ya clásicos para nuestros oídos, habituados además a su escucha en directo, pues fueron protagonistas de dos fiestas de esta revista.
El grupo firma un álbum oscuro, con un sonido reconocible desde el primer tema, y con unas guitarras cargadas de sentimiento que avanzan lentamente, quejicosas, sollozantes, explotando de rabia en los momentos justos.
Quizá el adjetivo que defina mejor su trabajo sea inquietante. Provocan esa sensación en el oyente, una mezcla de intranquilidad y curiosidad por escarbar en historias cercanas a todos pero contadas de una manera diferente. A ello contribuye la excepcional voz de Manolo Campos, unos textos de marcado acento poético, un diseño que auna simpleza y belleza, y una instrumentación acorde con su propuesta, intensa y emocionante, aunque como todo grupo debutante, cometen un error, en este caso el exceso de sampleados y programaciones (especialmente en «Brazos de Plata»), que a veces parece estar de más en el concepto que proponen.
La cercanía del final, la angustia que se desprende de “Cena Fría” (“olvídate si te vas de esta cena fría”), la infinita belleza de “Nana”, o las ya mentadas “Malaria” y “Dónde”, aportan el componente lírico necesario para hacer de este primer disco de Rosvita una obra más que recomendable, y un punto de inicio de una carrera que, si se hace justicia, deberá ser larga y cargada de emociones. Haz un favor a tu corazón y acércate al inquietante universo de Rosvita.