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Scorpions + Phil Campbell And The Bastard Sons (WiZink Center) Madrid 16/07/24  

Si decimos Alemania se nos vienen a la cabeza muchas cosas, quizás marcas de coches, igual cerveza, aquel invento de la “eficacia”, a todas luces inventado…pero si decimos “grupo aleman de rock”, lo más seguro que se pasen por nuestros recuerdos Scorpions, no sin exageraciones se les ha llegado a tildar como la “mayor banda de metal continental de todos los tiempos”, al menos en volumen de ventas de discos.

Y es que los de Klaus Meine están en plena celebración del disco que llevó a la banda a la fama mundial. Cuarenta años cumple el mítico Love At First Sting, un trabajo enorme, con grandes canciones de metal y rock, pero también con la canción que inauguró el subgénero musical más hortera de la historia del rock and roll. Sí, hablo de lo que en este país se conoció como: “baladas jevi”, esas que se codeaban en las listas de éxitos con canciones de los Chunguitos. Las que los “metal heads” de verdad odiaban con todas sus fuerzas, por haber llevado su música, su razón de ser, su identidad, al mismo lugar que otros géneros horteras escuchados por cualquier hijo de vecino.

Lo cierto –bromas aparte– es que antes del mencionado trabajo, Scorpions tienen una colección de discos que ya quisieran para sí muchas bandas de rock y eso no se lo quita nadie.

Así que, allí nos encontrábamos en un Wizink abarrotado, con todos los ingredientes correctos: fans de todas partes, banderas, camisetas, las luces del escenario chocando con uno de los mayores reflectores de luz de los conciertos de bandas de metal históricas; las calvas. Allí donde antes había pelo, ahora se encuentra esa superficie pulida, que sirve como punto de referencia a los músicos para no estrellarse con las vallas de contención.

En esta gira, propiciada por los amigos de Route Resurrection (vaya gol se han marcado) los alemanes se están haciendo acompañar por la actual banda de Phil Campbell, el que fuera guitarra de Motorhead; Phil Campbell and The Bastard Sons.

Y así salieron al escenario el galés y los suyos, con una puesta en escena sobria, pero con el volumen necesario que requiere su bronca música. Cero sorpresas en su propuesta ni falta que hacen, rock and roll sucio y metal de la vieja escuela, envueltas en poses por parte del guitarrista Todd y el barbudo frontman Joel, a los que el viejo Phil prefiere dar visibilidad, pasando él mismo a un discreto segundo plano visual.

Comenzaron con su himno “We’re the Bastards”, disparando solo unos pocos temas más, entre los que se encontraron los inevitables guiños a Motorhead: “Born To Raise Hell” y “Ace Of Spades”. Actuación corta e intensa, dejando con ganas de más. Habrá que ver a la banda en otro tipo de recinto para disfrutar en su plenitud de su rock and roll.

Ya con un espacio lleno y las ganas que conllevan este tipo de espectáculos, el fastuoso escenario que se habían montado Scorpions, comenzó a desatar una tormenta, no en sentido figurado. El comienzo del show es una tormenta, con rayos, truenos y excesos visuales y sonoros, como toda la hermandad de la mano cornuda esperaba.

Así, por la derecha del escenario salía la figura de Klaus Meine, embutido en una chupa negra, gafas oscuras y gorra de cuero, para dar comienzo con “Coming Home”, mientras el batería Mickey Dee le arrea bien a su exagerada batería y el escenario cobra todo su ser.

El Klaus que antaño iba de un lado para otro, moviéndose por todas partes como un histrión ya no volverá, eso lo tiene claro la parroquia, que le venera con todo el respeto del mundo y atienden embelesados todo lo que ocurre enfrente de ellos.

Todos sabemos que el bueno de Klaus se sometió a una operación a principios de año que poco más y le lleva al olimpo de los dioses del rock, así que el peso escénico recae hábilmente – sobre todo en los primeros temas – en las figuras de los guitarristas Rudolf Schenker y Matthias Jabs, que no paran de dirigirse al público y esgrimir sus excesivas poses y el bajista Pawe? M?ciwoda, que no para de machacar su bajo, mientras mira desafiante.

Todo está medido de tal manera para que sea un espectáculo en toda regla, iluminación, visuales programadas, pasarela que sale del escenario a parte de la pista… y una bandera de España gigante proyectada por momentos, para dar la enhorabuena por la Eurocopa, lo que encendió el ánimo “pacón” hasta cotas inesperadas, pero es un detalla de Klaus, atento siempre a su audiencia.

“Make It Real” suena como un auténtico tiro y la voz de Klaus responde sorprendentemente bien al paso de los años, además de que su innegable oficio le hace saber cómo adecuar su voz actual a los nuevos tiempos.

Al contrario que otras formaciones que igualmente están girando, celebrando trabajos pretéritos – el signo de nuestros tiempos – Scorpions no han optado por tocar Love At First Sting en riguroso orden de la publicación original. Han preferido sacar artillería de otros trabajos, entre las que caben destacar “The Zoo”, o “Tease Me Please Me”.

“I’m Leaving You”, “Crossfire” y “Bad Boys Running Wild” abrieron la caja de los recuerdos y la nostalgia, ese lugar al que conviene regresar de vez en cuando, pero no quedarse, desatando los primeros momentos de verdadero ambiente de rock de estadio.

Mientras las inevitables “Send Me an Angel” y “Wind of Change” lograban arrancar alguna lagrima, “New Vision” lograba abrir bocas para gritar y algunas para bostezar, ese solo de batería únicamente lo aguantan los fans más experimentados del arte masturbatorio de la exageración musical.

“Blackout” y el himno intergeneracional “Big City Nights” sirven como estupendo colofón a un concierto más que notable y muy digno. Por supuesto que hubo encore y estaba claro cual iban a ser las elegidas. La odiada y amada a partes iguales “Still Loving You” y el eterno hit sin fecha de caducidad, que hizo menear las melenas imaginarias de primera fila; “Rock You Like a Hurricane”.

Scorpions a fecha de hoy son un espectáculo perfectamente consensuado y medido, lo que no quita ni un ápice su entrega para con sus fans. Sin duda una presentación brutal y una honestidad fuera de serie con los suyos.

Fotos Scorpions + Phil Campbell And The Bastard Sons: Fernando del Río

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