Surfer Blood – Astro Coast (Kanine Records)
Hay discos que te atrapan desde antes de quitarle el precinto a la caja. El debut de Surfer Blood es uno de ellos; con una especie de deconstrucción rara de las fauces de un tiburón (no sé si será el de la mítica película), la portada del disco, y su diseño en general, pelearían por estar también entre los mejores del año.
Surfer Blood es una de esas bandas que desde Pitchfork tienen a bien subir a los altares cada cierto tiempo. Por regla general suelo ser bastante escéptico con las filias de los americanos; la experiencia me recuerda las jugosas siestas que me he marcado gracias a discos celebrados con excitación en esa web. Sin embargo, en el caso de Astro Coast (Kanine, 2010) sí estamos de acuerdo.
Forjados en los garajes y las playas de Palm Beach (Florida), Surfer Blood muestran sus cartas (Pavement, Weezer, Built to Spill) desde el principio con el descaro de saberse dueños de canciones brillantes; joyas surf de un rock acuoso que parece llegar de las profundidades de una piscina. Entre las mejores destacan la inicial “Floating vibes”, el single “Swim” (contagiosa la euforia del estribillo: “swim to reach the end”), “Harmonix” o “Twin Peaks”; del resto, brillan los pequeños destellos de tropicalismo de “Take it easy”, los acertadísimos devaneos pop de “Anchorage” y ensayos new wave magistrales de “Fast Jabroni” y “Slow Jabroni”.
Uno de los debuts del año que dará guerra también en la categoría reina.