The Orielles – Silver Dollar Moment (Heavenly)
Los nuevos millennials nos comen por los pies. Mientras que influencers de lo rancio como Antonio Navalón siguen viéndoles como pasotas dueños de la nada desde su hermético estudio, jóvenes como los componentes de la banda The Orielles dedican toda su energía, fuerza y corazón a proyectos cuyo límite es únicamente el cielo. Muchas de estas formaciones son revivals de movimientos pasados, cierto, pero algunas consiguen dar con una fresca ejecución que evita pisar en el suelo mojado de una excesiva nostalgia.
Sidonie, Esmé y Henry han alcanzado la mayoría de edad hace poco y ya están agotando entradas en Inglaterra. Atrae de ellos su directo, que van puliendo cada vez más fino con la experiencia, pero de poco valen las tablas en la ejecución si no trabajan primero su guión, que no es otro que canciones de garage-rock limpio y positivo con maduras reflexiones en algunas de sus letras. Así probamos frutas como la de “Mango” en ambientes tropicales y luminosos como el de “Old Stuff, New Glass”, a pesar de que se atreven a meterse en berenjenales políticos como “48 Percent”, título que hace referencia al porcentaje que votó en contra del Brexit en Reino Unido.
Kim Deal influyó enormemente en el garage-rock femenino de los años 90, con artistas británicas como Charlotte Hatherley (en España tenemos a las Hinds) subiéndose a un escenario con una guitarra como única arma contra un público que a día de hoy sigue dudando de la capacidad artística de una mujer en el sector musical. Podemos sentir la influencia de este bedroom-pop en temas como “Let Your Dog Tooth Grow” y “I Only Bought It For The Bottle”, pero no escuches este disco solamente una vez, ya que te perderás matices como “Sunflower Seeds” y “The Sound of Liminal Spaces”, que demuestran que este trío inglés dedica mucho coco a las melodías que salen de sus instrumentos.
Tres chavales británicos que empezaron una banda en el instituto que suena así de bien y que ha fichado por el sello Heavenly (la misma de Saint Etienne, Manic Street Preachers, Beth Orton y Doves) no puede tener menos que una proyección digna de los más notables. Un momento dulce que podría acabar por convertirles en un producto de culto.