Triángulo de Amor Bizarro (La Riviera – Inverfest) Madrid 29/12/23
No se me ocurría mejor banda para clausurar el año de conciertos que Triángulo de Amor Bizarro, autores de SED (23), uno de los discos más esquinados, deleitosamente incómodos y necesarios del presente ejercicio, que no es otra cosa que una actualización más extrema de todas las virtudes alcanzadas en su homónimo disco previo de 2020.
Hace tiempo que la propuesta de los gallegos se debate entre dos tipos de fans: los fans de los himnos más inmediatos, bailables y coreables y, por otro lado, los fans –entre los que me encuentro- de su sonido más exigente, ya sea en sus formas de intimidación ruidista o en sus maneras más emotivas y desgarradoras.
Creo que somos minoría los de mi parroquia, pero creo, igualmente, que las intenciones artísticas de la banda van más en esta dirección por lo que no sólo admiramos en estudio, sino que pudimos comprobar en una sala La Riviera no demasiado llena –no era buena fecha– a través de un concierto que no buscaba precisamente hacer amigos a través de una actitud esquiva y un repertorio goloso para quienes nos regodeamos en las virtudes anteriormente apuntadas.
Mucho rescate primitivo lejos de la evidencia, entre los que destaco esa barbaridad llamada “El radar al servicio de los magos” de su brutal Año Santo (10), nunca suficientemente valorado. Por desgracia, no disfrutó dicho tema de gran sonido, al igual que otras canciones sharpys como “Ruptura”. No sé si se trataba de la posición que gané en primera fila, pero el volumen se antojaba algo bajo, en especial la guitarra y teclados, y la voz demasiado en primer plano.
Menos mal que la cosa no afectó del todo a buena parte de su repertorio, sonando especialmente grandes la mayoría de su reciente trabajo: de la exigencia de “Cómprate un yate” a la violencia masiva de “Estrella Antivida”, pasando por la pulcritud de “Estrella Solitaria” o la bellísima “La espectadora”, que sonó emocionantísima.
Pero para emoción la vivida por la dupla consecutiva de “En la carretera” y “ASMR para ti”, auténtico momento para recordar de la velada a corazón abierto, justo antes de enfilar una última parte del show dirigida más a la otra tipología de seguidor con himnos inmediatos muy celebrados como “Barca quemada”, “Vigilantes del espejo” y el cierre del que pudiéramos decir es su hit más demandado, “De la monarquía a la criptocracia”.
En fin, a seguir por la senda de espinos, que la calles más transitadas por el indie patrio huelen bastante a mierda.
Fotos Triángulo de Amor Bizarro: Manuel Pinazo
Me encanta la última frase 😉