Tricky (Joy Eslava) Madrid 16/03/16
Adrian Thaws o lo que es lo mismo, Tricky, se encuentra en plena gira de presentación de su nuevo trabajo, Skilled Mechanics, puede que su disco más asequible a todo tipo de oídos pero no por ello menos arriesgado. Para esta gira, ha prescindido de cantante femenina al frente y es su batería, el que hace las voces ocasionalmente, acompañado también del guitarrista, además de las voces sampleadas, lógicamentem tal y como nos comentó en la reciente entrevista que le hicimos.
Ningún problema en saber que íbamos a ver a un Tricky en formato trío sobre el escenario y con un tratamiento muy “Rock”, con una guitarra muy intensa, omnipresente durante todo el concierto. Lo que no sabíamos es que lo que, en principio, parecía iba a ser la mejor aliada del artista sobre el escenario, se iba a convertir con el paso de los minutos en un lastre (otro más) dotando a cada una de las canciones del mismo, y al final manido, tratamiento musical, con crescendos de guitarra arriba y abajo.
Pero comencemos desde el principio. Piso inferior de la madrileña sala Joy Eslava casi al completo y la segunda planta cerrada al no haber completado aforo. 21:35 horas, el trío se deja ver, a duras penas, por el rigor de una iluminación minimalista, tanto como la puesta en escena de la que suele hacer uso Tricky. Después de una breve “intro”, comienza el “show”. El sampler sintetizado de “Sweet Dreams”, de Eurythmics, nos hace saber que la actuación comienza con “You don´t wanna”, mientras Tricky apura un porro que deja reposar al lado de la batería. Luego, los primeros acordes de guitarra de “I´m not going” tratan de sumergirnos en el primer tema de la noche de, Skilled Mechanics, el de Bristol susurra al micro mientras la voz femenina pregrabada y los coros de sus acompañantes hacen el resto. No han pasado tres temas y la desgana que el artista esgrime sobre el escenario ya es más que patente.
“Hero”, uno de los “hits” del nuevo álbum parece querer despertar del letargo al de Bristol, haciéndole mover por el escenario y gesticulando con dos micros. Un mero espejismo, se acaba el tema y Tricky vuelve a dar la espalda al público para fumar mientras suena el siguiente tema entero, ya ni siquiera se molesta en coger el micro y gesticular, para eso están las voces sampleadas.
Algunos destellos en forma de canciones como; “Here my Dear”, también del último trabajo, parecen estar a punto de comenzar a levantar la actuación con un Tricky algo más entregado y sus dos compañeros empleándose a fondo, pero una canción como: “Overcome”, que tendría que haber servido para reconducir la actuación, nos devuelve a un Thaws totalmente desdibujado sobre el escenario, y llega a sonar casi ridícula con la voz principal en formato enlatado.
A los cuarenta minutos escasos de actuación, da las gracias y desaparece con sus músicos ante la cara atónita de los presentes. No hay que esperar ni rogar mucho más para que vuelvan a aparecer los tres de entre las cortinas de los camerinos. Y, sorpresa; vuelven a tocar de nuevo, “Here my Dear”.” ¿Otra vez?” .Se pregunta un grupo de fans de primera fila. Sí, otra vez, debe ser que han quedado contentos de cómo les ha quedado y han decidido tocarla de nuevo. “Total, le metemos más guitarra al principio y parece otra canción”. Debe pensar Tricky. “Boy”, “Beijing to Berlin”, ambas del último álbum, y “Vent” de Pre Millennimum Tension (1996) son los últimos temas en sonar de la actuación. Tricky da las gracias de nuevo y vuelve a desaparecer, esta vez para no volver. Los más realistas ya habían empezado a abandonar la sala, los fans más entusiastas, incapacitados, por su propia condición de fans, para ver que la actuación no ha respondido a unos estándares mínimos de calidad exigibles a un artista como él, siguen pidiendo otra canción. Demasiado tarde, la música ambiental de la sala ya está sonando, el telón del escenario bajado y él probablemente, ya está apurando otro de sus “cigarrillos” aromáticos en el camerino.
El de Bristol acababa de tirar por la borda una ocasión maravillosa para reconciliarse con su público madrileño, después de la (también) lamentable actuación del pasado 2015. Una pena.
Ha perdido todo mi respeto. Fue el peor concierto de mi vida. Es una pena, hizo el ridículo y no lo sabia, o se estaba riendo de nosotros.