The Jim Jones Revue + The Moonstones – Gruta 77 (Madrid)
The Moonstones son una joven banda madrileña de garaje orientación “sixties”, el preludio perfecto para una noche de Rock and Roll. Después de haber cambiado de vocalista al menos unas tres veces, parece que ya han encontrado al adecuado, a juzgar por la desenvoltura esgrimida por el nuevo componente de la banda ante la sala abarrotada. Garaje rock sin concesiones al aburrimiento, es lo que ofrecieron los madrileños. Pero no nos engañemos, la gente había ido a ver a la banda que nos ocupa, The Jim Jones Revue.
El británico Jim Jones es uno de esos muchos casos en el mundo del Rock, en los que teniendo todos los ingredientes para lo que se supone debería ser un músico de éxito, no le vemos despegar de ciertos circuitos. Temas, estética, actitud y energía parece que no son ingredientes suficientemente capaces de hacer el personaje en cuestión salga de los mencionados circuitos especializados, y dar un pequeño salto a escenarios más grandes. Quién sabe, quizás así sea mejor para sus seguidores, aunque dudo mucho que el opine lo mismo.
Si el refranero popular patrio es tan sabio como dicen, y a la tercera va la vencida. Esta es la ocasión de Jim Jones para entrar en la primera (merecidísima) división del Rock y que su obra sea más reconocida esta vez, con su nueva banda. ÉL en los noventa lideraba a los imprescindibles Thee Hypnotics, fantástico combo que supieron conjugar como nadie, Psicodelia, garaje y ritmos como su propio nombre indicaba hipnóticos. Más tarde formaría un trío de Rock and Roll de alto voltaje con influencias de los 70s más garrulos, llamado Black Moses, muy en la línea de bandas como The Hellacopters.
Era la segunda vez que nos visitaba el quinteto londinense y esta vez para presentarnos su último trabajo. Que no es ni más ni menos que una recopilación de los singles editados hasta ahora junto a alguna canción nueva. La prensa internacional ya se ha apresurado a tildarlos de una mezcla entre Little Richards y MC5, aunque yo también añadiría que podrían ser un Jon Spencer pasado de anfetaminas y un poquito sobreactuados. Sea como fuere, si no pudiste verlos en ninguna de las dos ocasiones en el escenario del Gruta 77. Quizás tengas que esperarte algún tiempo más, porque tienen la agenda de conciertos bastante apretada.
Con más de una hora de retraso, cosa que dicho sea de paso viene siendo habitual en esa sala, se presento la banda sobre el escenario. Parte del público bastante enfadado e invitando no muy amablemente a que empezaran de una maldita vez, fue lo que de buenas a primeras se encontraron los británicos.
Jim Jones que es un tipo con escuela en este negocio, se apresuro a pedir disculpas y a querer compensar la espera. Lo que debería haber sido un plus para dar un buen concierto, se convirtió a la postre en un lastre para la banda. Y es que el combo comenzó todo lo fuerte que pudo, repasando todos los temas más conocidos por el respetable. E interactuando con el público, mitigando así los posibles resquemores por parte de los allí presentes.
Así fueron desgranando temas demoledores como “Princess and the frog”, Hey Hey Hey Hey de Little Richards, “Rock and Roll Psychosis” o lo que ellos han convertido en su declaración de principios culinarios “The Meat Man”. Así hasta llegar a una de las más celebradas y bailadas, “Elemental” momento en el cual la locura colectiva había parecido instalarse en el Gruta.
Sin duda alguna el quinteto son una autentica maquina de Rock and Roll sobre el escenario, capaces de “noquear” al más experimentados de los aficionados. Y la chulería y la actitud que manejan en directo dejan boquiabiertos a todos. Lo que tendría que ser una de sus mayores virtudes, se fue convirtiendo poco a poco en su mayor peligro.
Y es que a medida que fue pasando el concierto fueron perdiendo gas, quizás porque ese ritmo endiablado no hay muchos que lo puedas seguir. Si a eso le añadimos que Jim se empeñaba una y otra vez en que la gente coreara las canciones, el concierto llegado a un punto ya no tenía mucho sentido.
¿Canciones? Si, y muy buenas. ¿Presencia y oficio sobre el escenario? Sí, pero no durante todo el set. Resumiendo: El concierto de The Jim Jones Revue no cumplió las expectativas que se presuponían para una banda de ese calibre. ¿Solo tenían una mala noche o es que simplemente son un “bluf”? El tiempo nos lo dirá. De momento y como ellos dicen, están aquí para salvar tu alma, pero no desde luego esa noche.