Murciano Total – Quereres y Dejenes (El Genio Equivocado)
Nacido como un proyecto sin apenas pretensiones entre José Lozano (alma máter de los emblemáticos Automatics, surgidos en plena explosión del indie patrio, y de los reivindicables Universal Circus, que probablemente pagaron los platos rotos de una escena ya en desintegración) y su pareja Elena Molina, la repercusión de sus desternillantes lyrics-videos que fueron goteando en los últimos tres años y el boca a boca hizo que El Genio Equivocado, quienes ya habían publicado el anterior Demos 2012-2013, se decidieran a recopilar todas esas grabaciones, dotándoles de un nuevo sonido mucho más pulido, y sumarle alguna nueva para dar forma a este Quereres y Dejenes (15), una acertada puesta al día de las bondades de un sonido reconocible que bebe de las influencias de referentes más o menos claros de aquí, como Family, y de allá, como sus ídolos OMD e incluso The Postal Service, gracias al incuestionable manejo de las melodías redondas y de los ritmos bailables que se gasta Lozano, al que el salto al castellano sienta de maravilla. Y lo mejor de todo es que esas nuevas composiciones están a la altura e incluso superan las bondades del material ya conocido (caso de las redondas «Quémalos por mí» y «Ventas de ocasión»).
Con la ayuda de un pequeño dream team de la escena murciana (por aquí encontrarás cameos de miembros de Klaus & Kinski o Perro) no podemos sino celebrar el lanzamiento de este debut oficial, que resuena certero y tremendamente adictivo, apoyado en la pegada que desprenden números como «Los discos que no te gustan», «La montaña azul», «No te puedo soportar», «La fábrica de las guapas» con unos arreglos que apuntan al infinito, o la ya mencionada «Quémalos por mí», inmejorable arranque que cuenta con una entradilla a cargo del mismísimo Carlos Larrañaga extraída de su interpretación en «El extraño viaje» de Fernando Fernán Gómez, y que sirve como pistoletazo de salida para un festín de estribillos en búsqueda constante de la canción pop perfecta, para bailar sin pensar en el día siguiente. Quién sabe si de haber sido publicado en los noventa, podríamos estar hablando ahora de un clásico irrefutable.
Santi Capote de Ellos borda la producción, dotando de un nuevo barniz a piezas como la celebrada «El espejo», que crece gracias a unos sintes envolventes que acaban por perfilar un hit atemporal al que es imposible resistirse. Habrá quienes discutan la necesidad de incluir prácticamente todas sus antiguas canciones (recuperan hasta seis de la maqueta), algunas de ellas sin apenas modificaciones como es el caso de «El príncipe oscuro de fortuna», pero desde luego se revela como una excelente oportunidad para acceder al imaginario de una pareja llamada a alcanzar cotas más que estimables si deciden dar continuidad a un proyecto que, sin proponérselo, ya ha conseguido asentarse cómodamente entre lo más destacado de la producción estatal en lo que llevamos de ejercicio.