Baroness – Teatro Barceló (Madrid) – 05/03/16
Purple (15), el flamante último disco que venían Baroness a presentar la pasada noche a Madrid, podría definirse como un renacimiento en toda regla. El accidente de autobús que sufrieron por tierras inglesas en mitad del tour promocional de su anterior trabajo, tuvo para los músicos duras secuelas físicas y se tradujo, también, en la sustitución de dos componentes de la banda, dando entrada al bajista Nick Jost y al batería Sebastian Thomson.
Afortunadamente, Baroness lucen hoy día un estado de forma envidiable, tanto en disco –Purple de hecho me resulta su cima creativa– como en directo habida cuenta de lo vivido anoche en la capital.
Como no podía ser de otra forma, el concierto estuvo centrado en su nueva obra, la cual se merendaron por completo y, en segundo término, por su también muy recomendable anterior disco doble Yellow & Green (12).
Desde el inicio de la velada, la comunión entre público y banda fue absoluta. Unos motivadísimos y animados Baroness saltaron al escenario con ganas de comérselo. Un poker de ases ganador con “Kerosene”, “March to the sea”, “Morning Star” y “Shock me” – uno de los himnos más memorables que se recuerdan en lustros dentro del género-, evidenciaron el ímpetu y fortaleza de los norteamericanos sobre las tablas. Abrumadores.
El éxito de su jugada estuvo en una equilibrada dosis de técnica, contundencia y belleza, sin dejar que ninguna de ellas se comiera a sus hermanadas habilidades conjuntas. Igualmente, la amalgama de sludge, prog, stoner y post-metal aportó unos resultados elásticos y convincentes, desde la bonita “Green theme”, a la intensísima “If i have to wake up” (su tema preferido, tal y como me comentó hace muy poco John Bazley en una entrevista para esta casa), pasando por el conmovedor y épico juego de voces entre él y el carismático y comunicativo guitarrista Peter Adams con la descomunal “Chlorine & Wine”, hasta llegar al rescate celestial de “The gnashing”.
Los únicos “peros” del show fueron, por un lado, la actitud a ratos demasiado hooligan del público -o llámese mejor paleta, o sencillamente y para entendernos, “muy española”- al no guardar silencio en los pasajes más atmosféricos de la velada o en canturrear con “lo lo los” los fraseos de guitarra en algunos lances.
Y, por otro, la lamentable actitud de la sala con el tiempo de duración, impidiendo hacer un bis a la banda mientras desplegaban su equipo de seguridad a gritos de “fuera, fuera” desde abajo, en una escena propia de la peor mafia del este, dejando claro, por sí misma, el tipo de recinto ante el que nos encontramos.
El corcierto genial, la sala lamentable, echaron a los músicos de mala manera. Yo desde luego no volveré a un concierto ahí.
El concierto fue increible , y e público de 10 , no comparto la opinion de que corear los fraseos de Baroness sea de paletos , corear o tararear en un concierto se ha hecho toda , la vida. Vale que pueden ser temas para dejarse llevar a otra atmosfera y disfrutar de la magia de Baroness , pero corear no es algo unico del público que estuvo en la capital.
Respecto al comportamiento de la sala efectivamente fue muy lamentable , en primer lugar por el corte a AATHMA (los teloneros) que fue hasta humillante y luego el hacer que Baroness recortase su setlist .
Pero salas aparte Baroness se comió el escenario!!