Gonzalo Fuster – Almacenero Marx (Discos Belamarh)
Gonzalo Fuster es un músico y compositor valenciano que atesora en sí mismo muchas de las cualidades que hacen triunfar a un artista. En primer lugar, experiencia. Mucha experiencia, puesto que su trayectoria musical se remonta a la década de los 90, con bandas como Los Tranquilos o Los Vértigos primero, Ontario o Trinidad posteriormente. Más recientemente, en Muzikalia nos hemos ocupado en repetidas ocasiones de su último proyecto, El Ser Humano. En segundo lugar, Gonzalo también evidencia poseer talento, pasión y curiosidad; tres aptitudes que, cuando se manifiestan en una misma persona, suelen hacer que destaque entre la multitud. Lamentablemente para su carrera musical, afortunadamente para él y quienes le conocemos, por encima de todas esas facultades hay otras que siempre estarán en un primer plano: ansia de independencia y libertad a cualquier costa, insatisfacción artística casi perpetua y una incondicional preferencia por su vida personal, por su familia, por encima de todo lo demás.
Con su principal proyecto de los últimos años, El Ser Humano, Gonzalo publicó varios discos en la última década, algunos autoeditados, otros con sellos como Malatesta o Luscinia Discos. Su continua búsqueda de concordia consigo mismo, de sinceridad musical, le llevaron a experimentar con otros formatos, como Gran Camino. Finalmente, cuando el proyecto parecía agotado y Gonzalo desencantado, no exactamente con su música sino más bien con el entorno, decidió lanzar sus canciones de una forma diferente a lo largo de 2019 en forma de entregas periódicas en Muzikalia, en una sección específicamente creada para ello llamada What Is This Thing Called Song?, en la que desgranaba cada una de las composiciones que iban surgiendo de su creativa y bulliciosa mente. Canciones en las que ya quedaba claro que Gonzalo había vuelto la mirada hacia lo esencial: su vida, su familia, sus recuerdos, sus momentos privados de felicidad. La conciliación entre su arte y su vida alcanzaba así su culminación. Cuando Luis Moner, otra figura clave para haber llegado hasta aquí, escuchó esas canciones y decidió editarlas en su sello Discos Belamarh, se hizo evidente que el resultado no podía llamarse de otro modo que no fuera Casa.
Con Gonzalo Fuster nada es casual pero tampoco previsible. Su siguiente paso ha consistido en reducir al máximo todo lo que no fuera esencial en su música, como en su vida, y construir con ese minimalismo su nuevo trabajo. Lanzado a su propio nombre por primera vez – algo que tampoco es casual – y de nuevo con Discos Belamarh, Almacenero Marx no es un disco al uso. En realidad recuerda más a aquellas grabaciones caseras en vídeo de los 70, espontáneas, reales, sin filtros ni aditivos. Lo que encontramos aquí no son canciones sino diálogos: con su familia, con los ruidos de su casa, con sus hijos y su mujer, con sus gatos, con su trabajo, todo ello envuelto de sonidos de piano y de efectos que suenan a juguete, a vida familiar, a vida de verdad. El minimalismo llevado a su extremo: el propio músico se difumina hasta casi desaparecer – por primera vez Gonzalo no canta – entre los sonidos de fondo, los verdaderos protagonistas, como los jadeos sensuales de “Intimidad”, las deliciosas intervenciones de sus hijos en medio de una canción llevando incluso a cambiar completamente su rumbo (“Buenos días”), unas risas (“jijiji”) o una broma familiar (“tabla de surfff”). El piano / sintetizador no se limita a prestar su sonido, sino que interactúa con esos sonidos ambientales, moviéndose en función de ellos, imitando las risas, los suspiros, las bromas, dotando de coherencia y espíritu a unas piezas que podrían haberse quedado solo en grabaciones accidentales de una rutinario domingo en familia.
Podría haber mencionado en esta reseña las grabaciones de campo de gente como Tony Schwartz, Jean Claude Roché, Ernest Hood y también a John Lennon y Yoko Ono, a Pierre Boulez o incluso el ambient de Brian Eno o la música concreta de Stockhausen o Schaeffer. Todos ellos pueden ser referencias para esta pieza ambiental, en el más puro de los sentidos, de Gonzalo Fuster. Sin embargo, creo que la cuestión es mucho más simple: Almacenero Marx es el disco de una persona que ha llegado a diferenciar qué es esencial y qué secundario, y ha aprendido a interiorizarlo profundamente. En tiempos inciertos, recién salidos de un confinamiento y quién sabe si abocados a otro en breve, Gonzalo Fuster y su Almacenero Marx se constituyen en la genuina banda sonora de esta complicada situación, puesto que nos invita a ponernos frente a frente con las verdaderas prioridades de la vida y a desechar todo ruido externo y molesto.
Escucha Gonzalo Fuster – Almacenero Marx