Celebramos el 50 aniversario de Blue, el gran disco de Joni Mitchell

Hace un par de semanas se cumplieron 50 años de la publicación de Blue, posiblemente el disco más conocido de la canadiense Joni Mitchell. La efeméride ha sido celebrada por sus fans de todo el mundo, que además han podido disfrutar de un EP, lanzado para la ocasión, con grabaciones inéditas y versiones alternativas. Un lanzamiento del que te dimos cuenta en Muzikalia el mismo día en que Blue cumplía años. Ahora nuestros redactores Juanjo Frontera y Fidel Oltra, además de contaros lo que significa para ellos la existencia de Blue, desgranan, canción a canción, esta joya del folk que llegó procedente de una época irrepetible para trascender fronteras geográficas y temporales hasta convertirse en algo más que un simple puñado de canciones bonitas.

El disco

Joni Mitchell Blue portada

Si me preguntan a mí, Blue es noche. Un rincón donde esconderse a altas horas, cuando todos duermen, para encontrar la oscuridad. Blue somos todas y todos. Joni lo escribió tras unas circunstancias muy determinadas de ruptura y descalabro sentimental, pero el sentimiento que logró imprimir perdura como algo eterno, mucho más allá de su historia personal. Es un estado de ánimo, un punto de encuentro en el desamor, la desazón, la melancolía más bella jamás plasmada en acetato. Un trabajo tan complejo como simple, ajeno a instrumentaciones ostentosas, grandes producciones. Sólo ella, su creadora absoluta, y una serie de instrumentos de lo más variopintos, jamás utilizados de forma canónica. Solo con eso logró generar tal atmósfera en este conjunto de canciones, que cuando suenan absorben todo el aire alrededor. Estáis solos tú y esa música profundamente triste. No hay más. Es la soledad llevada a palabras y música para acompañar a todos los que se sientan desesperados. Tarea utópica que sin embargo esta mujer de otro planeta logró llevar a  puerto y sellar de esa forma una de las obras maestras más impresionantes de la historia de la música popular. Una de las mayores delicatessen que pueden degustarse en vinilo para aquellos que busquen, parafraseando a Dylan, «refugio de la tormenta».

Juanjo Frontera


El doble significado de la palabra «Blue», triste y azul, ha dado mucho juego a lo largo de toda la historia de la música. A mí, como simpática anécdota, me ayudó a entender finalmente por qué el gato de Roberto Carlos estaba triste y azul. Hablando más en serio, el disco es exactamente eso: azul en su portada, triste en su interior. Con matices, porque hay canciones que suenan alegres, incluso desenfadadas, pero casi todas ellas se inspiran en los carruseles emocionales y sentimentales que vivía su autora por entonces. Escuchar Blue me produce placer, pero también intranquilidad, como si fuese un voyeur mirando por una ventana entreabierta. Me parece estar ante un diario, escrito a la vista de todo el mundo, de una persona vulnerable y con la sensibilidad a flor de piel. Y con el talento para convertir todo ello en una honesta y maravillosa poesía, en un grito, en un susurro, en un oasis de fragilidad dentro de una escena tan hedonista como autocomplaciente.

Fidel Oltra

Las canciones

Blue contraportada

All I want (Juanjo Frontera)

Voy por un camino solitario viajando, viajando, viajando. El compromiso de Joni con su arte era inmenso. Pudo con todo. Incluso con su amor más profundo. Tal como le dijo a Graham Nash, «si aprietas fuertemente arena en tus manos, se derramará a través de tus dedos». Era su forma de decir adiós a dos años de relación. Maravillosa relación, casi perfecta. Parecían hechos el uno para el otro, pero ella, o mejor dicho, su arte, quería otra cosa, necesitaba avanzar sin compañía. Había tomado una determinación que iba más allá de las personas. La apertura de su mejor disco, hablaba con sinceridad brutal sobre ello. No había lugar para dudas. Pero sí para una profunda, descomunal tristeza.

My old man (Fidel Oltra)

Pocos meses después de que Dylan publicara su disco familiar y hogareño, New Morning, Joni Mitchell cantaba aquí sobre un amor idílico, libre de ataduras legales y sociales, fundamentado solo en disfrutar de la compañía de la otra persona, en la complicidad, en la tristeza por la partida del ser amado y la alegría por el milagro de cada regreso a casa. Una canción en la que Joni se acompaña del piano, lo cual en mi opinión le da un plus de emotividad a un tema sencillo, tanto en el apartado lírico como en el musical, pero de una profundidad tierna y una desarbolante afabilidad doméstica.

Little Green (Juanjo Frontera)

Con tan sólo 20 años, cuando estudiaba en la escuela de arte de Calgary, Joni, por aquél entonces conocida como Roberta Joan Anderson, dio a luz a una niña producto de su relación con un compañero de la universidad. Atemorizada por las posibles consecuencias en una sociedad tan encorsetada como la que la rodeaba, la dio en adopción. Eso la desgarró. Y nadie supo nada hasta muchos, muchos años después, pero antes ella imprimió todo aquél dolor en esta canción que habla de su niña, nacida con la luna en cáncer.

Carey (Fidel Oltra)

«Carey» es uno de mis temas favoritos de Blue, quizás por su espléndida melodía y por su capacidad de contagiar ganas de levantarte y abrir la ventana, así como una placidez que hermana el sol del Caribe con las playas del Egeo. Otra de las canciones que Joni compuso deslumbrada por una relación, establecida durante un viaje por Europa, fugaz como muchas de las que mantuvo en aquella época. Sin embargo, de cada una de ellas extraía una joya, y «Carey» es una de ellas. La canción «europea» de Blue destaca por su luminosidad, impregnada quizás por esos cielos azules reflejados en el mar. De nuevo el azul nos persigue y nos atrapa.

Blue (Juanjo Frontera)

La canción que da título al cuarto álbum de Joni Mitchell es desolación pura. Las canciones son como tatuajes, dice. Y es cierto. Esta se tatúa en tu alma de repente, sin aviso ni defensa posible. Es la respuesta, como todo el álbum, a una serie de sentimientos profundos, un desnudo en público provocado, sobre todo, por dos relaciones. Una tremendamente hermosa, pero inevitablemente rota, con Graham Nash y otra totalmente tormentosa con James Taylor, que la dejaría devastada. Todo eso se imprime en esta letanía que ella canta de manera especialmente profunda acompañada de aquél poderoso piano Stenway que andaba por el estudio y con el que, casi a la vez, grabaron sus mejores discos ella y su buena amiga Carole King.

California (Fidel Oltra)

Si «Carey» fue compuesta durante una estancia en Grecia, «California» tuvo su origen en París, donde Mitchell había volado dejando atrás la relación narrada en «Carey». «California» es otra página de ese diario emocional que es Blue. Su autora ajusta cuentas con esa relación de la que ha escapado, se muestra desengañada y empieza a sentir morriña de su tierra adoptiva. «Europa es demasiado vieja y fría, me vuelvo a California«, canta Joni, que nos muestra aquí su faceta más inquieta, nunca segura de estar en el sitio en el que realmente desea estar. Archívese al lado del «Caroline in my mind» que su también pareja James Taylor incluyó en su debut.

This flight tonight (Juanjo Frontera)

Es curioso como la banda escocesa de hard rock Nazareth convirtió esta volátil pieza acústica en todo un himno vikingo. No tiene, a decir verdad, mucho que ver con el espíritu de la canción, una expresión del miedo que se siente al tener que abandonar a la persona amada. El hecho de poner distancia entre dos almas que se saben gemelas. Ese desgarro, que Mitchell inmortalizó aquí con su habitual maestría a la guitarra, que tocaba de forma totalmente diferente a la marcada por los cánones, arrancando de ella un sonido característico que es una de sus principales contribuciones a la música popular y aquí alcanza una de sus más excelsas expresiones.

River (Fidel Oltra)

«River» empieza con unas notas navideñas al piano, pero que no te engañe. Lo único que tiene de navideño es esa inesperada nostalgia que a muchos nos invade en esas fechas. Joni usa la metáfora del río como vía de escape, ruta para cambiar de ambiente y, cómo no, otra vez de pareja. Mitchell era nerviosa, inquieta, y algo tan mundano como la Navidad, aunque sea como metáfora de confort o de relaciones al uso (sí, se contradice con «My old man», pero así es ella), no estaba hecho para ella. Joni parecía frágil, y seguramente lo era emocionalmente, pero también sabía muy bien lo que quería y lo que no.

A case of you (Juanjo Frontera)

En mi opinión, «A case of you» encierra en sí toda la esencia de este disco. No se sabe a ciencia cierta si fue motivada por la ruptura con Graham Nash o por cierto affaire con su compatriota Leonard Cohen. Realmente da igual, aunque es más probable lo primero. En todo caso, es una manera desgarradora de decir te quiero a alguien con quien sabes que no puedes estar. «Sabes tan amargo y tan dulce…«. Imposible amar, imposible dejar de amar. Esa es la dicotomía que guía toda la tormenta desatada por este álbum asombroso. Por si fuera poco, a la canción contribuye el tercero en discordia, James Taylor, con su guitarra acústica.

The last time I saw Richard (Fidel Oltra)

Esta canción es un milagro, una isla dentro de un disco que es otra isla. Aquí las melodías quedan apartadas en busca de una narrativa personal, prima hermana de las peroratas de Van Morrison más que de las bucólicas canciones del Cañón. Cierra Blue y casi cierra una etapa, puesto que Joni pronto empezaría a profundizar en este estilo más libre, aproximándose al jazz y hermanándolo con su particular forma de entender el folk. «The last time I saw Richard» es hermosa, melancólica, nos hace añorar un tiempo y un lugar que no vivimos, aquellos días de cafés negros y también amargos donde todo estaba por hacer y parecía que todo se podría conseguir.

A continuación puedes escuchar Blue, de Joni Mitchell. Un gran álbum ya cincuentenario al que hoy le hemos querido rendir homenaje en Muzikalia.

 

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