Rain Parade – Last Days Of A Dying Sun (Flatiron/Label 51)
A principios de los ochenta una corriente de grupos decidió rendir homenaje al rock californiano lisérgico de los sesenta más unas gotas de los turbios sonidos de The Velvet Underground. No creo que se le pueda llamar “movimiento” a aquello que se hizo llamar al Paisley Underground, pero sí fueron unos años que se saldaron con grupos tan interesantes como The Dream Syndicate, The Three O’Clock, The Long Ryders, e incluso The Bangles llegaron a copar las listas de éxitos. Hasta Prince se inspiró en estos sonidos cuando hervían en su cabeza las ideas para su obra maestra Around The World In A Day.
De Rain Parade sabíamos que habían dejado como legado dos discos excelentes –Emergency Third Rail Power Trip (1983) y Explotions In The Glass Palace (1984): en el primero de ellos estaba en la banda el añorado David Roback, que luego formaría Opal junto a Kendra Smith-, y que hace una década se reunieron para actuar con bandas colegas de aquel momento. Después, un largo silencio.
Por suerte para los que nos quedamos prendados de aquellos bellos acordes de guitarra, y esas bonitas armonías vocales, tras nada más y nada menos que treinta y ocho años están de vuelta con un meritorio disco Last Days Of A Dying Sun (Flatiron/Label 51, 2023) – les perdonamos la portada del disco por espantosa y sin sentido-, y es como si el tiempo se hubiese detenido. La banda la comandan los cofundadores Matt Piucci y Steven Roback al que se unen los guitarras John Thoman y Dereck Dee, y el baterista Stephan Junca; a este plantel de músicos estupendos hay que añadir invitados de lujo como Debbi y Vicky Peterson de The Bangles.
Al igual que la vuelta discográfica de sus coetáneos The Dream Syndicate el año pasado, estas canciones están preñadas de sabiduría, y de nuevo sientan catedra de cómo hacer buen rock sin ínfulas de nada. Canciones sensacionales como “Angel Sister” que buscan el fulgor de los The Byrds, el poderoso rock garagero de “Got The Fear”, o la pulsión country de “Share Your Love” y los ecos velvetianos y a Tom Verlaine de la maestra “Sundays Almost Gone”. Un regreso que es todo un triunfo.