Entrevistamos a La Milagrosa
Tras varios años de trabajo, hace unos meses La Milagrosa lanzó su primer álbum, Ya no me duele mal, un disco de diez temas que ha logrado conquistar a un público cada vez más amplio como comprobamos en su concierto en la Sala El Sol el pasado febrero
La banda madrileña se ha consolidado como una de las nuevas formaciones que amplían, tanto en sonido como en estilo, la flagrante escena de guitarras que actualmente disfrutamos en nuestro país. Con un sello propio que combina energía, personalidad y un cuidado especial por el detalle, La Milagrosa ha sabido hacerse un lugar destacado dentro del panorama independiente.
La Milagrosa está formada por Germán GES (voz principal y guitarra), Gonzalo Sánchez (bajo y coros), Jesús Martínez (guitarra y coros) y Marina Moon (batería). Juntos, construyen un sonido que mezcla la intensidad del post punk con la atmósfera del dream pop. Pero no solo cuidan su música: todo el universo visual que acompaña al proyecto, desde el diseño del merchandising hasta su presencia en redes sociales, está trabajado con la misma dedicación y atención.
En esta entrevista, nos metemos de lleno en su filosofía de autoorganización, su manera de crear y cómo viven el día a día dentro de una banda que cada vez gana más peso en la escena.
«Estamos abiertos a consejos y a que nos ayuden en áreas que no dominamos, pero la base la tenemos bastante clara»
Es un placer hablar con vosotros. Lo primero, enhorabuena por el debut. ¿Cómo estáis viviendo el lanzamiento del primer disco?
Germán: Fantástico. Con este disco hemos intentado ampliar un poco la paleta de temáticas, colores y discurso. Es fácil conectar contigo mismo, y con la gente, si las melodías son más pegadizas y memorables. La idea es que nuestra música conecte con nosotros y, con eso, inevitablemente nos haga conectar con la gente.
Algo que me ha llamado la atención, tanto en el disco como en vuestros directos, es ese equilibrio entre lo bailable y melódico y una vertiente más oscura y post punk. ¿Cómo conviven esas dos caras en el proceso de creación?
Gonzalo: Ese elemento bailable siempre ha estado en La Milagrosa desde los inicios del proyecto, incluso cuando Marina y yo no estábamos, como en temas como “Luna Plena” o “Cansado”. Esas canciones, quizá, son más introspectivas. Al abrir un poco más el proceso de composición y producción a los otros miembros de la banda, aparecieron matices nuevos que enriquecieron la paleta de sensaciones que transmiten las distintas canciones del disco. Ha sido liberador decir: ‘Esto ya lo hemos hecho, vamos a abrir horizontes’. Y, a la vez, surgió de forma orgánica, simplemente por haber más personas participando en la composición.
¿Cómo suele surgir una canción en La Milagrosa? ¿Partís de ideas individuales o todo nace desde el trabajo en grupo?
Germán: Suele partir de un instinto individual que luego se comparte con el colectivo. Por ejemplo, cualquiera de nosotros tiene una idea, la compartimos cuando creemos que está más o menos desarrollada. Algunas requieren una vuelta extra y, una vez propuestas, nos ponemos a revisarlas y trabajarlas. Entonces valoramos: ‘¿Esta idea es realmente necesaria para este disco? ¿La dejamos para más adelante? ¿Tiene sentido darle más vueltas?’ Hay temas que en principio iban para este disco y no han salido porque no les hemos dado el enfoque adecuado. Cada uno aporta algo diferente.
El disco lo habéis grabado vosotros mismos en Gestoría Records y la mezcla ha corrido a cargo de Diego Escriche (La Plata), que tiene una forma muy particular de construir el sonido, de las más potentes de la escena ahora mismo. ¿Cómo fue trabajar con él?
Germán: Sí, ahora está actualizando un poco su Instagram y puedes ver todo su trabajo. Es un tío que trabaja una barbaridad, con proyectos buenísimos que molan todos. Nosotros contactamos con él porque vimos que había producido el disco de La Paloma, y claro, por su trabajo en La Plata.
Es la persona indicada. Por ejemplo, también produjo la primera canción del álbum, “Me paso por tu zona”, aunque sobre todo se ha encargado de las mezclas. El grueso de la producción lo hemos hecho nosotros; en “Tripitir”, por ejemplo, estuvimos Marina, Gonzalo y yo. También hemos contado con la ayuda de Noie, un amigo nuestro que participó en el EP anterior (Con otra cabeza). Nos daba ese 5 % extra de ideas cuando ya todo estaba terminando. Siempre aporta algo muy guapo.
Una de las canciones que está funcionando de maravilla y que, personalmente, es de mis favoritas, es “Trippitir”. ¿Cómo nació este tema?
Germán: La compuse yo. Estaba dándole vueltas a la melodía vocal. Cuando das con las palabras indicadas, ya puedes tirar del hilo; luego es cuestión de rellenar huecos. Estaba en el gym, en la cinta de correr, contestando emails cuando me vino la inspiración. Casi salió completa la canción. La produje bastante y luego le metimos mano Marina y yo, ella hace los coros del estribillo. La envié al grupo, y con Gonzalo surgió la línea de bajo y la idea para la entrada de la batería. Fue un trabajo de muchas ideas conjuntas.
Gonzalo: Es un ejemplo de canción que se le ocurrió a Germán y luego la acabamos entre todos.
Marina: Sí, es justo el tipo de trabajo colaborativo que comentábamos. Es chulo porque la canción va escalando progresivamente.
Gonzalo: Lo mismo con el vídeo.
Marina: Sí, la idea nos vino cuando estábamos en Granada. Creo que habíamos hecho una reunión de promoción y ahí empezó a plantearse. La idea surgió bastante orgánica.
En temas anteriores, donde el teclado y los samplers tenían más protagonismo, ¿cómo habéis abordado los arreglos de batería para que encajen con este nuevo enfoque?
Marina: Ha sido muy interesante. Yo vengo de tocar en bandas con un enfoque más orgánico. Lo curioso es que adaptar beats electrónicos a la batería no ha sido tan difícil. Hay caídas de bombo que quizás no sonarían tan naturales al componerlas directamente en la batería, pero han dado lugar a cosas muy interesantes. Y, sobre todo, a un estilo de tocar que ni siquiera yo me había planteado antes.
En el nuevo disco hay temas que suenan muy rockeros en cuanto a la batería, como “Me paso por tu zona”. Pero ha sido especialmente interesante participar en la parte compositiva del beat electrónico, como en “Creí que había algo más”, donde yo misma planteé el ritmo base. Es otra manera completamente diferente de concebir la batería.
Germán: Luego, a la hora de plasmarlo en el directo, lo trabajamos mucho en los ensayos. Al final, también usamos bases electrónicas y tenemos que encontrar la forma en que esos elementos puedan acompañar bien a Marina en la batería. Mola esa mezcla que conseguimos entre las bases y lo orgánico.
Es algo que también hemos visto en bandas como Alcalá Norte, pienso, por ejemplo, en “Rey de los Judíos”, donde esa incorporación amplía claramente el registro sonoro.
Germán: A nivel compositivo, sigo tirando de guitarra. Hay algunas canciones que, por ejemplo, sí han nacido a partir del bajo, como “Ácido hialurónico”, que es del anterior EP, o de este nuevo disco, “Anestesiado”. De piano ya menos, lo utilizamos más de refuerzo. Lo que sí ha cambiado mucho es que, si antes las ideas eran guitarra y voz, ahora al segundo ya estoy con un programa de producción, probando con bucles o capas de guitarra. De hecho, lo que ha enriquecido todo también ha sido la parte rítmica del proyecto.
Desde los inicios de La Milagrosa hasta ahora ha habido varios cambios en la formación. ¿Cómo se dio la incorporación de Gonzalo y Marina al grupo?
Gonzalo: Yo entré en el grupo en septiembre de 2023. Germán y yo nos conocimos desde el colegio, fue bastante rápido. Quedamos a tomarnos un café y me lo propuso.
Germán: Es más, el primer grupo que tuvimos los dos fue en el colegio. En ese momento, yo era el bajista y Gonzalo el cantante y guitarrista.
Gonzalo: El caso es que yo dejé de tocar durante bastante tiempo. Por cosas de la vida, unos amigos me llamaron para hacer un bolo que iba a ser el primer y único concierto de Fuet. Dimos ese concierto, nos encantó, pero por circunstancias de la vida el proyecto no terminaba de arrancar. Justo al día siguiente fue cuando me llamaron para participar en La Milagrosa. Con el tiempo, Fuet resurgió de sus cenizas, y ahora estoy en los dos proyectos.
Marina: A mí me pasó algo similar, aunque no es que estuviera inactiva, porque desde la universidad estaba con mi proyecto personal, Marina Moon. Es verdad que siempre se me había quedado la espinita de tener una banda, era mi sueño. Marina Moon lo empecé como trabajo de universidad y porque nunca encontré gente que se lo quisiera tomar tan en serio.
En el verano de 2023 quería comenzar con pequeños proyectos musicales. A la semana me escribió Germán. Me encantó la banda en cuanto la escuché. Quedamos los tres a tomar algo y fue súper bien. Fui al primer ensayo y me preparé “Coletero”, y salió bien. Al final fue más la conexión personal que otra cosa. Para mí es más importante que haya antes una buena relación que la propia calidad.
En diciembre de 2023 lanzasteis el EP Con Otra Cabeza, que incluye algunas de vuestras canciones más conocidas, como “Coletero”. ¿Por qué decidisteis no incluir esos temas en este primer álbum?
Gonzalo: Pertenecían a una etapa anterior del grupo, aunque en la fase final ya estábamos todos presentes. Eso sí, no habíamos participado tanto en el proceso creativo de esas canciones. Teníamos más ganas de hacer algo desde cero y, aunque algunas ideas fueran previas, queríamos estar todos involucrados en el momento de desarrollarlas.
Uno de los aspectos más destacados de La Milagrosa es el cuidado y detalle en todo lo visual, desde los gifs en los directos hasta el merchandising. ¿Cómo trabajáis ese universo visual y qué importancia le dais dentro del proyecto?
German: Intentamos cuidar el merchandising al máximo. Nos habremos probado quince gorras diferentes y veinte camisetas hasta dar con el modelo que realmente queríamos vender. No hay nada que me joda más que comprarme una camiseta de mi grupo favorito, que suele costar bastante, y que sea de una marca como Fruit of the Loom. Mínimo pedimos calidad y que el diseño no sea simple o hecho sin amor. Lo ideal es que también sea estéticamente bonito. Además, en las redes sociales intentamos crear nuestro propio lenguaje visual. Es algo importante, y creo que muchos artistas ni lo tienen en cuenta, pero es necesario.
Por ejemplo, habéis lanzado tres vinilos sorpresa dorados, al más puro estilo Willy Wonka, con recompensas para quien los encuentre.
German: Esa idea surgió de camino a Barcelona. Gonzalo me contó algo sobre su merchandising y al final decidimos que, de la tirada de vinilos que teníamos, haríamos unos cuantos dorados con el lema: «Encuentra el vinilo dorado y ven a La Fábrica de La Milagrosa». Hay tres vinilos dorados, cada uno con una carta muy chula. La broma nos ha costado un extra, pero creo que está genial.
Gonzalo: La intención era acercar el disco a los fans que siempre nos apoyan, premiarlos. Comprar merchandising es una de las formas que más financia a una banda. La idea es que quienes encuentren esos vinilos puedan venir a tomar algo, charlar de música, conocer detalles del proceso de creación o incluso hacer un directo.
Además, gestionáis todo vosotros mismos, lo que tiene aún más mérito, especialmente al no contar con discográfica. ¿Cómo lleváis esa autoorganización?
German: Ahora todo es autoorganización. Marta Aduriz es nuestra manager y estamos funcionando muy bien con ella. El tema de la promoción ha sido algo más reciente, pero con Marta llevamos un tiempo. No es algo que buscáramos activamente, pero de repente es raro pensar que los vídeos o todas esas cosas no dependan solo de ti.
Marina: Tenemos muy claro lo que queremos. Somos un proyecto sólido. El concepto está organizado, el sonido definido. Estamos abiertos a consejos y a que nos ayuden en áreas que no dominamos, pero la base la tenemos bastante clara.
Gonzalo: Por ahora tenemos claro cómo avanzar y, sin duda, nos gusta mantener el control de las cosas.
Ha sido un placer hablar con vosotros. Para terminar, ¿qué significa para vosotros la música?
Marina: Para mí ha sido mi lenguaje, con el que me entendía a mí misma y con el que empecé a conectar con más gente. La primera vez que sentí que tenía amigos más allá del colegio, con quienes conecté de verdad, fue gracias a la música. Ha sido y es el inicio de lo que hoy es mi red de apoyo, mi trabajo y mi hobby. La música está presente en todos los aspectos de mi vida.
Gonzalo: No sé si otro día diría otra cosa, pero hoy para mí la música es un catalizador de emociones. A nivel personal, las canciones me remueven por dentro de maneras distintas, pero también saber que nuestra música puede provocar eso mismo en otras personas. Conectas con sensaciones que un lenguaje no artístico no puede expresar.
German: En los últimos años he comprendido que la música es un lenguaje que, en cierto modo, creo entender. También es una herramienta de validación: un espacio donde me siento cómodo y en consonancia conmigo mismo. Desde un punto de vista más egoísta, me reconforta saber que a la gente le gusta lo que hago, que existe esa comprensión mutua. Otros días la veo de forma más romántica, pero en esencia, la siento como una herramienta de conexión y como algo que me permite aportar.
Escucha ‘Ya no me duele mal’ de La Milagrosa
Foto La Milagrosa: Víctor Terrazas

