Birdy + James Vincent Mcmorrow (Noches Del Botánico) Madrid 01/07/24

Si hay algo de lo que puede presumir Noches del Botánico, además del exquisito entorno y la adecuada organización, es – como ellos mismos apuntan – que en sus conciertos no hay teloneros y que todos los que se suben a su escenario tienen el mismo trato. Esto lo pudimos certificar el pasado uno de julio en el doble concierto de Birdy y James Vincent McMorrow, ambas propuestas musicales intimistas y alejadas de cualquier aspecto rimbombante, aunque cada uno en su estilo.

Por su parte el irlandés se presentó en el escenario cuando la luz del sol arropaba, acompañado de su sencilla formación clásica de: batería, bajo y Pedal Steel Guitar, especial mención a este último, ofreciendo un brillo añadido a la totalidad del set.

Concierto intimista el de James Vincent McMorrow repleto de grandes momentos, como en “The Standard”, “I Lie Awake Every Night” en la que desplegó todo su poderío vocal, despertando las ovaciones de un público –hasta ese momento– bastante disperso y más entregado a la charleta que a la música de James.

Pasado el ecuador del set tiró del comodín de “Wicked Game”, la estupenda versión del éxito imperecedero de Chris Isaak, que hizo levantarse del césped artificial a los que habían ido de picnic, para – con celular en mano – inmortalizar esos momentos, demostrando que su amor por la música es tan artificial como la alfombra que sujetaba sus posaderas.

Para ese momento, menos mal, el irlandés ya había logrado atraer la atención del grueso de presentes y se decantó por la estupenda “We Don’t Eat” en la que se permitió bromear acosta de las palmas del respetable.

Ya en la recta final la potente “Things We Tell Ourselves” dejó patente la complicidad mutua de toda la banda y de que funcionan juntos a las mil maravillas.

Llegaba la hora de Birdy ya arropada por el manto de la noche madrileña, con algo más de público en primeras filas, engalanados con camisetas de la británica. Muchos de ellos de las islas, que todo hay que decirlo. Y es que Birdy, a pesar de ser todo un fenómeno en Reino Unido y de todo el esfuerzo que hace su casa discográfica –Warner– no logra llenar recintos de aforo medio en nuestro país.

Aun con la mitad del aforo de Noches del Botánico, con un aspecto algo triste, sobre todo en lo tocante a las gradas, Birdy logró una conexión especial con los suyos, creando un ambiente íntimo y mágico desde el primer minuto de actuación, momento en el que salió apoyada únicamente en su piano y embutida en un precioso vestido totalmente blanco.

«Not About Angels», una canción que, aunque conocida por muchos gracias a la banda sonora del lacrimógeno film The Fault in Our Stars (Josh Bone 2014) conserva su capacidad de emocionar y transportarte desde los jardines del Botánico directo al metraje de la película.

Justo después Birdy se levantaba del asiento del piano, cual ángel para aterrizar enfrente del micro, mientas la solvente banda atacaba con la imprescindible “Raincatchers” de su reciente Portraits (2023 Warner) hasta acabar en una potente bomba sonora, gracias a su voz y a los coros de sus compañeras.

Rápidamente alcanzaban su guitarra acústica a la jovencísima cantante, demostrando así su versatilidad con “Voyager”, dejando a más de uno con la boca abierta ante tal despliegue de talento, acompañada siempre por ese sonido apabullante de la formación.

El primer momento de la noche “mechero, ahora son celulares”, vendría de la mano de la genial revisión de Cherry Ghost; “People Help The People”, otra vez sentada al piano permitiéndose recordarnos de manera sincera la fuerza de la solidaridad y la empatía con los demás, temas siempre relevantes.

La poderosísima “Celestial Dancers”, logró que el sonido se colase hasta lo más profundo de nosotros, con una base rítmica mucho más orgánica que en la grabación y conectó hábilmente con otro de los momentos álgidos de la velada. Por supuesto hablo de la canción que en su día cantó con Rodhes; «Let It All Go», posiblemente el mejor momento de la noche.

«Deepest Lonely» y «Surrender» contrastaron entre sí por el tratamiento en directo de cada tema y fueron momentos de perfecta comunión entre Birdy y la audiencia. No exagero si digo que esta última pudo sentir cada palabra y nota como si fueran sus propias emociones.

Para el final uno de sus temas más emblemáticos y que la lanzaron a la fama en Reino Unido; “Wings” y del que siempre me pregunté cómo demonios podría defender en directo una canción con todas esas capas y arreglos, sin perecer en el intento. Pues dicho y hecho, no solo sale airosa, sino que mejora la grabación con una sonoridad totalmente orgánica y muy especial.

Sin duda una noche de momentos mágicos, preciosos y delicados, no apto para todo el mundo.

Fotos Birdy + James Vincent Mcmorrow: Fernando del Río

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