Blood Orange – Negro Swan (Domino)
Devon Hynes es un artista fantástico, el más inspirado continuador de la mejor tradición negra de soul y pop. Muerto Prince, creo firmemente que, en la actualidad, ningún artista negro le llega a la suela de los zapatos. Con cuatro discos en su haber como Blood Orange, el prodigio de Essex ha urdido un meritorio cancionero en el que conjurar la tradición (James Brown, Curtis Mayfield, Sly Stone me vienen a la mente así a bote pronto), y la de trasladar al oyente actual una expresionista versión de las grandes producciones mainstream de los 80 bajo el prisma de un observador minucioso del sentir de la comunidad afroamericana. Sus teorías abigarradas del sonido y la producción, se alían con su empeño por ser el más audaz narrador del reverso oscuro y suburbial – puede ser Londres o NYC, pero extrapolable a cualquier gran urbe- de personajes abocados a la discriminacion, al desarraigo emocional, y sobretodo, a no ser nombrados.
Si en su anterior disco, “Freetown Sound” (2016), el autor actuaba como una especie de voyeur (esa portada con esa foto de una pareja joven en su habitación que a mí siempre me pareció un homenaje a Van Eyck, es como si nos invitara a mirar, no sin pudor, a través de sus ojos), y narraba escenas de sus padres sobre amor, pérdidas y reconciliaciones, orgullo racial y libertad sexual poniendo énfasis en el matiz festivo, diría que de reconciliación. El propio Dev decía que narraba sobre “not black enough, too black, too queer, not queer the right way”. En este maravilloso y único en su especie “Negro Swan” (Domino, 2018), se problemátiza a través de la reflexión no exenta de pesimismo, y desde la experiencia que dan los años, sobre aspectos como el género y la sexualidad, la soledad por sentirse un desplazado (a eso alude el título del disco), la reafirmación personal a partir de la acción, los patrones familiares, y demás matices que me dejo en el tintero. En este disco, quizás, no se haya jugado la baza de los singles -estupendos, sin duda – instantáneos que el anterior trabajo si tenía, pero su discurso tanto narrativo como musical llega a su máxima madurez. Después de escuchar este trabajo, y visto el resultado, yo me pregunto hacia donde dirigirá su carrera Blood Orange, porque esto me parece ya inigualable.
En lo musical, pues vayan abriendo los oídos bien porque se avecina un ciclón. Sin desgranar las virtudes de todos los temas, déjenme que les diga que el primer single, “Jewelry”, es un prodigio de pop de alcoba confesional envuelto en celofán que remarca la hipocresía de una sociedad que encorseta cualquier opción sexual, y que prejuzga por los rasgos y el color de tu piel; que “Take Your Time” es una delicada letanía preñada de psicodelia inspirada en el “Old Rottenhat” de Robert Wyatt y en Air (glups); que con “Chewing Gum” (colabora ASAP Rocky y Project Pat) sale a relucir el elegante alquimista que te da a beber sus mejores brebajes synth-pop; que en “Dagenham Dream” parece que deconstruya el “Anna Stesia” de Prince, y “Out Of Your League” es como una canción para Wendy And Lisa rescatada en alguna cara b de Cameo. Acaba esta lección de Arte y de vida con “Smoke”, y en su trazo volatil, casi impresionista, se vislumbra un mensaje de esperanza. Gracias Devon. A tus pies.
Escucha Blood Orange – Negro Swan