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¿Deberíamos creer a Robert Smith cuando habla del último disco de The Cure?

Desde que en 2018 The Cure celebraran su 40 aniversario con un concierto especial y su líder fuera elegido como comisario y programador de Meltdown, algo reactivó en Smith las ganas de volver a componer nueva música como confirmó a la BBC“Pasé meses escuchando a bandas, lo que a su vez me llevó a querer hacer música nueva porque se estaban divirtiendo mucho. Tuvo un efecto realmente energizante en mí. No solo como músico y escritor, sino también como persona: estar rodeado de muchas personas más jóvenes que estaban increíblemente entusiasmadas con lo que estaban haciendo. Lo había perdido un poco y necesitaba algo así para recuperarlo. Es algo extraño porque, como con cualquier persona que envejece, no sientes que estás envejeciendo. Entonces todas estas cosas suceden y piensas: ‘Oh Dios, me estoy haciendo viejo’. Esa fue la otra cara de estar rodeado de todos estos artistas más jóvenes. Cuando estás cantando algunas de estas canciones que tienen casi 40 años, no piensas en ellas como canciones viejas, porque están dentro tuyo y las cantas como la escribiste por primera vez, pero a veces estás en un entorno así y dices: “Tal vez realmente me estoy convirtiendo en el padrino”.

Han pasado tres años de aquello, en los que hemos escuchado todo tipo de rumores. El grupo había vuelto al estudio para preparar la continuidad del irregular 4:3 Dream (2008), la que será decimocuarta referencia de su catálogo o quizá más, ya que en principio podría tratarse de nada menos que tres discos. En octubre de 2019 comentaba a la mexicana Agencia Reforma“En realidad tengo preparados tres álbumes, dos de ellos más avanzados. El primero será el que daremos a conocer ya muy pronto. Pienso que el primer sencillo, o todo el disco, saldrá esta Navidad, o un poco antes. Lleva como título de trabajo Live From the Moon y seguramente cambiará de nombre. Si hablamos del primer disco, de canciones inéditas, lleva el estilo de The Cure, pero mucho más oscuro y emocional, incluso creo que hoy en día aún me cuesta interpretar algunas de las nuevas canciones porque salieron muy de las entrañas, me solté en ellas, saqué todo lo que traía y me inspiré en transiciones, pérdidas, en la ausencia física de mi madre, de mi padre, de mi hermano… ¡qué dolor!.

El segundo disco, que ya tengo más avanzado, se refiere a piezas mucho más libres y con una sonoridad más pronunciada, más fuerte, y que para grabarlas tiene que ser en vivo, sí, con esa experiencia de armar un concepto sustentado en la interpretación del momento. El tercero, que es una locura, es un disco de ruido, con aspectos y ambientes diversos, todo ello basado en las experiencias sobre un escenario o en mis trayectos, en situaciones donde el ruido está presente y al que estamos tan acostumbrados que ya no le ponemos atención”.

The Cure concierto 30 aniversario de Disintegration (2019)

 

Poco a poco las noticias se han ido matizando, parece que el tercero de ellos finalmente podría ser un trabajo firmado bajo su propio nombre en lugar de ser editado por The Cure. Hace pocos días se encargaba de aclararlo en The Zane Lowe Show“Siempre quise hacer una hora de algo que fuera todo experimental, y no quisiera involucrar a The Cure en eso. Quiero decir, esperaron diez años para escuchar un disco nuevo, no quiero decepcionar al público con algo así. Así que decidí que eso ‘no’ sería yo haciendo algo en nombre de la banda. Entre todos decidimos que no queríamos eso. Así que simplemente me estuve divirtiendo”. Los otros discos restantes parece que mantienen las intenciones que ya conocíamos desde hace tiempo: Están muy cerca de estar terminados. Solo debo decidir quién va a mezclarlos. Probablemente dentro de unas seis semanas podré decir cuándo saldrá todo y qué haremos el año que viene”.

El último disco de The Cure

Los seguidores de la formación británica llevamos unos días en los que no paran de generarse noticias al respecto. A raíz de la colaboración de Smith con los escoceses Chvrches en la genial «How Not To Drown«,  el cantante ha concedido varias entrevistas en las que explica el por qué de este insufrible retraso barajando incluso la posibilidad de que la próxima entrega con su banda sea el último disco de su carrera. La pasada semana comentaba en The Sunday Times“He de admitir que he batallado más con terminar las letras de estas nuevas canciones de The Cure, de lo que lo he hecho nunca. Grabamos alrededor de 20 canciones y yo no escribí nada. Quiero decir, escribí mucho, pero al final lo miré y pensé, ‘esto es basura’. Lo difícil es que me he convertido en un crítico tan duro de mí mismo que pienso, ‘¿Quién estará interesado en eso?’ Realmente es tan malo… Estaba escuchando, pensando que esta es la mejor música que esta banda ha hecho y mis palabras en cambio parecen estupideces. Son diez años de vida destilados en un par de horas de cosas intensas y pienso que no podremos hacer algo así nunca más. Definitivamente no puedo volver a hacer esto”.

¿Debemos creer a Robert Smith? Pues por un lado diríamos que no, ya que esta no es la primera vez que anuncia un disco de The Cure como el último. Ocurrió tras Wish (1992) y el desgaste emocional que supuso su grabación, viendo de un proceso tan intenso como la composición y larga gira de Disintegration (1989). Como sabéis no fue el último, pero terminó con la que muchos consideran la formación más icónica de su historia, con la salida del batería Boris Williams y el guitarrista Porl Thompson. El grupo publicaría cuatro años después el fallido Wild Mood Swings (1996), sin duda una de las grandes decepciones de su carrera, que motivó el segundo amago de separación. Las malas críticas que cosechó, las bajas ventas y la decepción de parte de sus fans pasó factura al líder de la banda, que decidió reconciliarse con su leyenda con Bloodflowers (2000), con el que cerraría su carrera para siempre, recuperando el sonido emocional de obras como Pornography (1982) o el antes mencionado Disintegration (1989). A este intenso disco le acompañó la gira más desgarradora de su carrera, recuperando su catálogo más oscuro y dejando a un lado las canciones más luminosas. Este era el disco de despedida y merecía una gira a la altura. La recepción de los fans y el gran estado de forma de la banda sobre el escenario volvió a frustrar dichos planes de «último disco» para nuestra suerte y aún llegarían dos más.

Por eso decimos que la palabra de Smith siempre hay que cogerla con alfileres, aunque por otro lado hay algunos indicios que nos hacen sospechar que esta vez sí podría tener razón. Por un lado, ese bloqueo creativo con las letras nunca lo había manifestado en más de cuatro décadas y por otro, no nos engañemos ese largo recorrido y sus 62 años, podrían ser otro de los motivos que le hicieran replantearse el terminar su discografía con estas entregas. Pero quién sabe…

 

¿Y qué podemos esperar de estas nuevas canciones?

La última década y media en la carrera de The Cure ha dejado por el camino varias giras antológicas, conciertos de tres horas y un torrente de emociones tanto para nostálgicos, como para nuevos fans que han salido con un inmejorable sabor de boca de cada una de sus presentaciones. Sus nuevas canciones estamos seguros de que estarán a la altura, dado el nivel de exigencia que ya conocemos y sobre todo, la obsesión por dejar siempre con buen sabor de boca a sus seguidores.

Pero, ¿sus últimos discos han estado a la altura? En parte sí y en parte no. Una banda que nos lleva cautivando desde hace 40 años con el afterpunk de su debut, que nos llevó a los parajes sombríos de la trilogía eterna Seventeen Seconds (80), Faith (81) y Pornography (82), que tras abrazar el synthpop y deambular unos años recuperó su credibilidad abrazando el pop en The Head On The Door (85) y Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me (87); para tocar techo en el sublime Disintegration (89) y cerrar un capítulo de su historia con el recordado Wish (92). Desde entonces han brillado, sí, pero de manera intermitente. Somos conscientes de que un grupo con ese bagaje y trayectoria no puede seguir rindiendo a la misma altura que en sus épocas doradas, les pasa a (casi) todos.

Bloodflowers (2000) como decíamos, estuvo a la altura y su gira les recuperó en un gran estado de forma. En 2004 regresaban con The Cure, disco homónimo que fue definido por el propio Smith como «un compendio de todo lo que somos y hemos sido como banda» y así fue. Un conjunto de temas digno, que a pesar de no contentar a todo el mundo por igual y de lastrar su lanzamiento con un montón de ediciones distintas, contenía algunos momentos a la altura de lo esperado.

 

Un año después, Robert Smith decide prescindir de dos de sus compañeros (el guitarrista Perry Bamonte y los teclados de Roger O´Donnell) y tras probar como trío, volverá a recurrir a Porl Thompson para hacer una nueva serie de conciertos (FIB 2005) en los que obviando los teclados, centran su repertorio en las guitarras. Y así hasta 4:3 Dream (2008), álbum comparable a Wild Mood Swings (96) en indefinición, ya que a pesar de contener algún que otro tema salvable, el conjunto decepciona.

Tras la gira y el preceptivo descanso la banda volvió a la carretera en 2011 con un nuevo guiño a sus fans: los conciertos de Reflections, en los que para interpretar sus tres primeros discos, contaron con la participación de dos antiguos miembros, el teclista Roger O´Donell que a partir de entonces volvería a la banda hasta nuestros días y Lol Tolhurst, invitado para tocar los teclados y percusiones. Y a partir de ahí nuevas gira en festivales y en recintos en 2016, ya con Porl Thompson fuera y fichando a Reeves Gabrels (David Bowie) como nuevo encargado de las guitarras. Y así hasta hoy, cuando viven uno de los momentos más dulces en cuanto a repercusión, con su inclusión en el Rock And Roll Hall Of Fame entre otros reconocimientos.

Más noticias, en pocas semanas.

4 comentarios en «¿Deberíamos creer a Robert Smith cuando habla del último disco de The Cure?»

  • Muy buen especial felicidades, para mí The Cure tienen toda la credibilidad del mundo son los número dos de la historia solo por detrás de Joy Division.
    Será un gran nuevo disco y los futuros conciertos memorables como siempre.

  • No ke hago caso desde hace años. No quiere decir que haya perdido la ilusión o quedarme sin leer alguna noticia, artículo o entrevista que conceda Smith. Me lo creeré cuando cuelguen uma foto grabando tal disco o el mismo disco colocado en la estantería de una tienda. Así de simple. 13 años han pasado.

  • Ningún caso, nos están vendiendo la moto.
    Recuerdo a Bono hablando maravillas de » No line on the Horizon» antes de su publicación: » ….en esta canción se puede rascar el ambiente …blablabla… como detrás de un cristal… ,blablabla…. como si estuvieses en el Líbano mismo!.» Nunca U2 me ha aburrido tanto como en ese lado b de ese disco.

  • Excelente recopilatorio de las últimas entrevistas a RS. Yo creo que esta vez será la última, por varios motivos, más allá de la edad de los integrantes de la banda. Por un lado, los 13 años que nos separan de su anterior álbum, no invitan al optimismo. Por otro lado, creo que tienen material de sobra para publicar 3 nuevos discos. No olvidemos esos tracks que han salido en algunos conciertos. Quizáa es la B side (y la buena) del 4:13.
    Así que les queda poco, pero la traca final puede ser antológica, con sorpresas y alguna que otra nueva gira.
    Por cierto, 4:13 es malísimo, no lo puedo comparar con Wild Mood Swings, que es infinitamente mejor. No es que sea un Top 5 de sus mejores discos, pero sí contiene alguna de mis canciones favoritas, como Want, Jupiter Crash o Bare. Un saludo Manuel!!

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