Especial: Reivindicando a Beck
Parece mentira, pero hace ya más de dos décadas años que empezamos a oír hablar de Beck, ese jovencito norteamericano que guitarra en mano les cantaba a los perdedores. El californiano anuncia Hyperspace, un nuevo disco que llegará el próximo mes de noviembre, un motivo perfecto para hacer un repaso exhaustivo de su carrera.
Nos vemos obligados a arrancar hablando de «Loser», todo un himno generacional y además, la primera piedra para muchos artistas folk que a principios de los 90 empezaron a agregar sampleados a sus canciones. Pero Beck no solo es «Loser» y Mellow Gold (1994), tampoco debería ser considerado como su disco más importante y por eso, queremos analizar todo lo que vino después, todas esas facetas que le convirtieron en el referente que es.
Bek David Campbell más conocido como Beck Hansen, regresa con nuevo disco, que llegará en octubre. Él es todo un referente capaz de mezclar como nadie géneros en principio antagónicos y hacerlo solventemente. Sus discografías tiene trazas de folk, funk, soul, hip-hop, country… y aún así, mantiene su inconfundible estilo personal.
Su carrera empezó en el folk, como músico callejero y el bombazo de «Loser» (tema que no terminaba de convencerle) le convirtió de la noche a la mañana en el nuevo niño mimado del rock alternativo norteamericano. Pocos meses después del single llega Stereopathetic Soul Manure (1994) extraño disco de canciones pretéritas de nada menos que 25 pistas. Ahí se incluía «Satan Gave Me A Taco», una pieza alabada incluso por el poeta Allen Ginsberg.
Mellow Gold (1994), para muchos su verdadero debut, le lanzó al estrellato internacional. Pero no contento con publicar dos discos ese año, editó un tercero, One Foot in the Grave, un trabajo producido por Calvin Johnson de Beat Happening, quien se lo publicó en su propio sello. Sus canciones están entre el alt-country y el folk y aunque pasó algo desapercibido en su momento, contiene alguna que otra pieza muy recomendable.
La gente quería un nuevo «Loser», quería al genio del corta/pega de vuelta, al gurú de un nuevo estilo que empezaba a ser imitado en todo el mundo y en 1996 el single que adelantaba su nuevo trabajo volvió a dejar las cosas en su sitio. «Where It´s At» primer aperitivo de lo que estaba por llegar devolvió a Beck a lo más alto, gracias a Odelay (1996), producido por Mario Caldato Jr. (Beastie Boys) y los Dust Brothers.
El éxito del disco tanto en ventas como en premios y críticas fue contundente y otros de sus sencillos («Devils Haircut», «The New Pollution»…) mantuvieron la estela para el músico de Los Angeles e hicieron olvidar por completo el influjo de «Loser».
Aprovechando la inercia, Beck vuelve al estudio con la compañía de Nigel Godrich un año después de producir el OK Computer de Radiohead y comienza la gestación del siguiente disco, Mutations, que se editaría en 1998. Todo el mundo esperaba un nuevo Odelay o quizá otro Mellow Gold, pero había un as en la manga llamado «Tropicalia» que dejó a todos los fans con el paso cambiado.
¿Mutations iba a ser un disco de toques brasileños? No. Solo se trataba de una magnífica canción de adelanto para un disco que dejando a un lado la electrónica de su antecesor y los sampleados, se adentraba en terrenos intimistas y acústicos, para muchos muy en la línea de One foot in the grave.
Sin duda, otro de los momentos más destacados en su discografía que ha envejecido como el buen vino.
A partir de este momento quedó claro que el talento de Beck es absolutamente impredecible y nunca sabremos qué nos deparan sus nuevas canciones. Algo que quedó totalmente demostrado en su nueva entrega, Midnite Vultures (1999) su disco más marciano. El funk de «Sexx Laws» volvió a situarle como paradigma de la modernidad, un nuevo Odelay hecho para bailar y para el disfrute de sus millones de fans en todo el mundo. Su gira internacional fue otro éxito.
Y como no podría ser de otra forma, su siguiente álbum volvió a significar un drástico cambio de aires. Sea Change (2002) es un disco introspectivo, escrito tras una ruptura sentimental y como dijimos por entonces, en la línea del Dylan más folkie, de Nick Drake, Tim Buckely o los momentos intimistas propios de los mejores Lambchop.
Sorprendentemente, a pesar de su propuesta opuesta a sus mayores éxitos, el disco entró en el top 10 norteamericano.
Para su nueva referencia tras una boda y el nacimiento de su hijo, volvía el Beck más festivo, volvía la producción de los Dust Brothers y volvía la estela de sus discos más animados. Guero (2005) cuenta con la participación de Beastie Boys, Jack White o el brasileño Vinícius de Moraes y contiene un torrente de piezas bailables, incluyendo un guiño a la comunidad latina de Los Angeles:
El álbum fue objeto de multitud de remezclas, lo que dio pie a la edición de Guerolito, varios meses después, con la presencia de artistas como Air, Boards of Canada, Ad-Rock o Beastie Boys.
Este mismo año vería la luz otro LP del prolífico artista, The Information (2006), de nuevo con la participación de Nigel Godrich. Una nueva vuelta de tuerca en sus habituales preceptos entre el folk, el hip hop y la psicodelia. Considerado un álbum conceptual de la época y con canciones como esta «Cellphon´s Dead» cuyo vídeo realizó Michel Gondry:
En 2008 tendremos el último disco convencional de Beck por un tiempo, Modern Guilt, producido por Danger Mouse, es su obra más oscura y psicodélica. La psicodelia de los 60, el gusto por la experimentación o hasta el blues se dan la mano en una obra tan inspirada como de costumbre.
En 2009 el inquieto Hansen crea Record Club, con el propósito de de versionar un álbum completo de otro artista en un solo día, recurriendo a amigos músicos y a su espontaneidad. De ahí salieron las recreaciones de The Velvet Underground & Nico, Songs of Leonard Cohen, Yanni Live at the Acropolis o el Kick de INXS, este en manos del propio Beck junto a St. Vincent, Sergio Dias (Os Mutantes) y la banda Liars:
Desde entonces multitud de colaboraciones y proyectos que si bien, le han tenido apartado del lanzamiento de nuevos discos, no le han sacado del estudio de grabación tanto grabando temas esporádicamente para bandas sonoras, recopilatorios, videojuegos,…. como produciendo (Thurston Moore). También nos sorprendió en 2012 con le edición de su disco Song Reader, publicado exclusivamente a modo de partituras. Meses más tarde fue interpretado en directo.
Y así hasta que comenzamos a descubrir nuevos temas como «Defriended», «I Won´t Be Long», «Gimme»… que curiosamente, no estarían en su nuevo disco, Morning Phase (2014), un álbum con el que sorprendentemente ganaría un Grammy, imponiéndose a Beyoncé, Ed Sheeran, Sam Smith y Pharrell Williams.
Tres años después tuvimos a Beck de nuevo entre nosotros volviendo a demostrar su camaleónica faceta, y dejando claro que pocos artistas pueden compararse con su grandísima capacidad de creación ¿quizá Prince y él fueran de los pocos que podrían mirarse de tú a tú? Colors (2017) fue el nombre de su nueva obra en la que se acercaba a la pista de baile de manera desenfrenada, en cimas como «Wow».
Ahora está de vuelta con Hyperspace, a la venta el 22 de noviembre, para el que ha contado con la colaboración de Pharrell Williams, quien habría escrito y producido algunos de los temas junto al también productor David Greenbaum.
Una de sus canciones es esta «Uneventful Days»:
GENIO
Gran repaso a su discografía. No tiene un disco malo. A ver si se anima a girar por salas y viene por nuestro país.
Uno de los grandes talento musical de los últimos 30 años. Discografía muy sólida, siempre marcando un camino muy personal. En directo tengo recuerdos divertidos de las dos veces que he estado en conciertos de Beck; especialmente en uno en Celeste creo recordar que en el 1998.