Furious Monkey House – Run (Esmerarte)
Aún no sé si considerar como un hecho deprimente o absolutamente positivo que Run, el disco grabado por Furious Monkey house, sea uno de los que más me ha impactado en los últimos tiempos.
Y el motivo no es otro que el de estar ante una banda compuesta por chavales gallegos entre diez y trece años bajo la batuta de su profesor de música, restándose importancia a sí mismo parapetándose al bajo tras el disfraz de mono furioso; Vamos, que es reconocer que unos críos -con mucho talento y visión, eso está claro-, se han merendado las últimas novedades que han llegado a mis oídos tanto de grupos emergentes como de viejas glorias sin problema alguno.
Mentiría si no afirmara que “With my hands”, “Run” o “Rock Candy” están entre las dosis más potentes, rotundas y efectivas de power pop que he tenido la ocasión de escuchar en los últimos años. Un sonido firme, sencillo y confiado convierte la música de estos mozalbetes en una suerte de homenaje a la electricidad más lumínica de los noventa.
Entre sus influencias hablan de Pixies, Nirvana o Smashing Pumpkins. Evidentemente, aún son demasiado jóvenes para albergar el ingenio de los primeros, la rabia de los segundos y el calado emocional de los terceros, pero esto no quita para que Run sea un disco como la copa de un pino, algo inesperado, inapelable y tremendamente disfrutable a poco que uno se ponga con ello.
Mención aparte al tratamiento sonoro expansivo y rotundo logrado en los estudios Abbey Road de Londres con las mezclas de Adrian Hall, un señor que ha trabajado con artistas como Golfrapp o Anna Calvi. A seguir de muy cerca desde ya: el futuro les pertenece.