Gang Of Four – What Happens Next (Gill Music/Membran)
Cuando una banda, otrora mítica e influyente, se empeña en actualizar forzosamente su sonido para acercarse sin disimulo a ciertas tendencias vigentes, el riesgo de batacazo es más que probable. Si bien Gang Of Four firmaron hace cinco años un trabajo tan digno como Content (2010), ahora patinan seriamente con un conjunto que desvaría en varias direcciones, empeñados en alcanzar una posición innecesaria y, a la postre, desfavorecedora.
La formación británica de post-punk, que cuenta en su haber con discos tan imprescindibles como Entertainment! (1979) y Solid Gold (1981), se muestra perdida durante la mayor parte de un álbum que presenta una inofensiva caricatura de sí mismos. La obsesión llega desde el mismo título del elepé, y se confirma a través de la contratación de colaboradores de renombre como Allison Mosshart (mitad de The Kills y también en The Dead Wather junto a Jack White y compañía), Robbie Furze (de The Big Pink) o el alemán Herbert Grönemeyer, que lejos de solucionar cualquier papeleta confirman la impotencia del combo a la hora de alcanzar objetivos destacables.
Guitarras adolescentes, una leve capa de electrónica, sintetizadores vulgares y poses de manual adornan (y recargan) canciones tan poco creíbles como «Broken Talk», «Dead Souls», «Isle Of Dogs», una «Graven Image» con ecos a Kasabian (¿!!?) o «Stranded». Sólo «The Dying Rays» y la solemnidad de la definitiva «Staubkorn» -ambas despreocupadas piezas más cercanas al habitual estilo austero y directo del grupo-, escapan del desastre con cierta solvencia.
What Happens Next (2015) es una obra de coordenadas autoimpuestas y ánimo reivindicativo, que en realidad desespera con su falta de acierto y además empaña el legado de los de Leeds. Y es que el guitarrista (y principal compositor) Andy Gill es el único miembro original de la actual alineación, así que es probable que en realidad ya ni siquiera exista el auténtico espíritu de Gang Of Four.