Josh Rouse – Best of the Rykodisc Years (Rhino / Rykodisc)
Dicen los puristas que lo de Josh Rouse no es folk, es pop. Y es que las canciones de Rouse son demasiado luminosas, demasiado elegantes y demasiado blandas para un purista del folk. Digo yo, que sus temas son la manera perfecta de contar una historia de tintes folk con un estilo eminentemente pop: una melodía efectiva, una bonita historia, tres minutos y esa voz dulce del de Nebraska, le bastan para componer una perla. Y de eso va este disco, de un buen puñado de perlas.
Si tuviéramos que elegir su mejor disco, a la gran mayoría de fans nos dolería tener que escoger entre 1972 y Nashville. Difícil elección, ya que ambos contienen muchas de sus mejores canciones. Pero no hay problema, no hay que escoger: ambos trabajos fueron publicados por Rykodisc. Y es precisamente de aquella etapa de la que da cuenta este recopilatorio: los primeros años de Rouse, junto a esta discográfica, donde entregó 2 EPs y 5 largos. Entre ellos, sus (de momento) dos obras cumbre.
Así que es fácil imaginar que el disco está plagadito de exquisitas canciones de esas que hacen la boca agua a los que nos gusta el americano y que hará las delicias de aquellos que quieren hacer un primer acercamiento a su música. Desde sus inicios allá por 1998 con ese estupendo debut que es Dressed Up Like Nebraska y canciones como “Late night conversation” o “Invisible”, cada nuevo trabajo ha venido significando un buen número de grandes canciones, recopiladas todas ellas en este disco. Home y su cinematográfica “Directons”; Under Cold Blue Stars y “Nothing gives me pleasure” (cercana al sonido Crowded House); 1972 y “Love Vibrations” y finalmente Nashvillecon su sublime trío “It’s The Nighttime”, “Winter In The Hamptons” y “Streetlights”. Además, también se recogen canciones del EP Bedroom Classics Vol. 1 y de su colaboración con Kurt Wagner en Chester.
Si a esta colección le añadimos un segundo CD de regalo con demos y rarezas (de esas que rezan “previously unreleased”), el pack se convierte en un artefacto de lo más goloso. Y es que Josh Rouse no sólo sabe hacer buenas canciones, sino que sabe mezclar como nadie folk melódico y pop emotivo. ¿O era al revés?