Merche Corisco – Oasis (Locomotive Distribución)
La metáfora del oasis como remanso de paz, como lugar de descanso tras una larga travesía por el desierto, es un recurso muy socorrido en todos los campos del lenguaje, sobre todo en el literario y en el musical. En el caso de Merche Corisco no podemos negar que le viene como anillo al dedo. Tras casi 9 años de silencio discográfico (aunque sin dejar de girar) vuelve con este Oasis (2009, Locomotive Distribución) que ella misma define como “el lugar donde puedo ser yo y ser feliz conmigo misma”, y su distribuidora como “un lugar interior al que solemos acudir cerrando los ojos en busca de inspiración”.
Y parece que así es. Después de su paso por Sony, donde editó sus dos primeros discos – Merche Corisco (1996) y Dulce Kaos (2000) – ahora la madrileña afincada en Cádiz ha encontrado su particular oasis en la autoedición, la colaboración son sus amigos más cercanos, la participación en la producción, y, en suma, en recuperar el control sobre lo que quiere y no quiere hacer. Es por ello, porque no tiene nada que ocultar ni le apetece hacerlo, que en Oasis conviven diversos estilos, emociones y estados de ánimo.
En cuanto a las canciones, destaca el vitalista optimismo del single “Salió el sol”, puro y contagioso pop con aires norteamericanos llamado a triunfar en las radiofórmulas, y sorprende esa extraña mezcla entre Nina Hagen y La Mala que es “Caja de zapatos”, con rapeo de Merche junto a Javier Ruibal. Sin olvidarnos, por supuesto, del tema titular: la bellísima “Oasis” expresa perfectamente ese estado de paz interior que sobrevuela todo el disco, y que aquí se transmite en toda su intensidad, llevada en volandas por una voz contenida, sensual, sugerente. Además, liberada de corsés, Merche exprime sus letras con más fuerza que nunca, dando su visión particular y sincera no sólo de temas tan recurrentes como el amor/desamor o la amistad, sino también de la guerra, el consumismo o la identidad y libertad sexual.
Rockera suave al estilo de Sheryl Crow o Alanis Morissette, pero autóctona y racial como nuestra Aurora Beltrán, y dueña de una de las mejores y más personales voces femeninas de este país, Merche Corisco ha contado para este disco con la colaboración del mencionado Javier Ruibal, pero también de Quique González, al que podemos escuchar en el estribillo de “Dentro de un cuadro”, y de Nacho Campillo, que aplica a “Siempre 4ever” su inconfundible sello Tam Tam Go.
Aunque con (pocos) altibajos, el nivel del disco se mantiene elevado a lo largo de las doce canciones. Tal vez asuste al militante indie que vea el vídeo de “Salió el sol” (por cierto, maravillosa Merche con ese look entre Amelie y Björk) paseándose por Los 40 Principales y similares, pero el buen aficionado al pop nacional haria bien en darle una oportunidad al disco, y echarle un vistazo a lo que tiene para ofrecernos: buenas canciones; voz clara, personal y potente; excelente producción.
Si hay justicia, su single debería ser el equivalente de este 2009 al “Tenía tanto que darte” de Nena Daconte en el 2008, o incluso superarlo. Pero ojo al doble fondo del disco, donde hay mucho y bueno que rascar.