Placebo – Pabellón de La Casilla (Bilbao)
En la entrada ponía claramente que el concierto comenzaba a las 9:00 de la noche con los teloneros “ Sneaker Pimps” aun así y pensando que íbamos a tener que esperar bastante llegamos a eso de las 9:15. Los teloneros habían comenzado ya…no nos lo esperábamos.
El pabellón de la Casilla es un recinto pequeño con una acústica bastante lamentable, la música rebota en las paredes y se escapa por el techo (bastante alto). Así que siguiendo el consejo de la gente que me acompañaba y que ya había estado antes, nos colocamos en el centro, delante del escenario….8 fila o así (al final del concierto terminamos en la mitad del pabellón).
El sonido de los teloneros nos sorprendió, tal vez porque nunca tiendes a esperar demasiado de ellos, son desconocidos (generalmente) y son esa musiquilla que suena hasta que llegan los “buenos”. Se les veía entregados y el público reaccionó positivamente. A las 9:45 desaparecieron.
Dudábamos entre irnos a tomar algo o quedarnos en el sitio esperando a que saliera Placebo. Tendremos que esperar una eternidad…pero realmente no fue así…a las 10:15 las luces se apagaron y comenzaron a sonar los acordes de “Days before you came”.
El público entró en trance. Comenzó a gritar y saltar con las primeras notas y cuando Brian hizo su aparición en el escenario el pabellón se desplomaba. Y nosotros en 8 fila, de quién sería la brillante idea…
Tocaron una hora ininterrumpidamente. Canción tras canción. Había escuchado a Placebo en grabaciones de estudio pero no me esperaba la fuerza que desplegaron en directo. La voz que Brian despliega es increíble. No le falla en ninguna ocasión e incluso se atreve a subir a notas y mantenerlas que hacen que se te erice el pelo (y eso que se pasa el concierto fumando). Hubo un momento en que la gente simplemente escuchaba la nota alta que sostenía durante largo tiempo y al callar rompieron en un gran aplauso.
El despliegue gestual de Brian fue exquisito (siempre desde mi humilde opinión). Alusiones al público, miradas que se perdían en la oscuridad del pabellón, movimientos de manos, y un dominio de la guitarra increíble.
Stefan apareció en el escenario con un sombrero de vaquero negro e estuvo todo el concierto haciendo lo indecible para quitarle el protagonismo a Brian…y en ocasiones sí que lo consiguió.
Steven, oculto detrás de la batería, tuvo que salir en un momento dado a saludar cuando parte del público le cantaba Happy Birthday!.
A la hora de concierto desaparecieron…fue algo ensordecedor…la gente gritaba y silbaba… no podían terminar todavía…necesitábamos más. Pero aparecieron a los cinco minutos…con más fuerza incluso. Otros quince minutos en los que el público no dejaba ni un momento de saltar y corear las canciones, variadas y pertenecientes a los tres discos. See you later …y volvieron a desaparecer.
Al minuto estaban otra vez en el escenario. El último estertor….las últimas canciones…entregados 100%, disfrutando y con un público devoto y entregadísimo.
11:45 El concierto había terminado y la gente se resistía a moverse de allí. Habían lanzado púas, baquetas…y la gente se había lanzado a cogerlas, reliquias de los nuevos dioses. Nos miramos y no sabíamos ni que decir…teníamos la garganta seca y una especie de “subidón” de adrenalina que nos duró todo el fin de semana. Había sido genial. Uno de los que venía conmigo nos preguntó: “ ¿Primer concierto de Placebo?”, sí, “¿último?”, nunca.