Pony Bravo (Sala  X) Sevilla 13/04/24

Tras años de ausencia y la presentación de su espectáculo multidisciplinar “Espejo Blanco” en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, con el que ya adelantaron algunos temas dividiendo opiniones entre los que lo consideraron como una nueva experimentación  y los que no terminaron de captar el sonido atmosférico y exótico añorando su sello característico de surrealismo andaluz con toques de krautrock y psicodelia; pudimos atestiguar que la pasada noche en la sevillana Sala X, que Pony Bravo sonaron con la fuerza y pasión de antaño sin renunciar a la búsqueda de nuevas fórmulas y melodías transgresoras, en esta ocasión rescatando sonidos que se mueven entre el ambient, el lo-fi y los sonidos tropicales.

Realizaron un perfecto recorrido por toda su discografía, incluyendo en perfecta sincronía los nuevos temas de su último trabajo, manteniendo una conexión única con un público entregado y embelesado por la atmósfera rítmica y lisérgica que crearon durante toda la noche.

Abrieron con el primer single, “Linda”, un corte que confirma que siguen con la esencia y frescura del sonido original de su primer disco Si bajo de espaldas no me da miedo (y otras historias) (2007), rescatando como comentó Daniel Alonso en la radio una antigua demo de Imperio Argentina, que sonó técnicamente perfecta gracias al bajo de Pablo Peña que marcaba el dub.

Le siguieron la mítica “Ninja de Fuego” para continuar la senda de sus raíces andaluzas, con esa adaptación única y magistral que nos sorprendió en su momento de la zambra “La niña de fuego” de Manolo Caracol, y a la que el público se rindió siguiendo la cantinela a la perfección, continuando con “El Rayo” para lucimiento del bajo único y contundente de Panlo, que marcaba el ritmo a los versos sentidos en la voz de Dani, rememorando de nuevo esa “Rosa Venenosa” de Caracol que “deja señales de penas mortales por donde has pasao”.

Cambiaron de tercio para introducirnos en una rave envolvente de sonido electrónico y rítmico, comenzando con el hit “El político neoliberal” que acompañaron del montaje visual de imágenes irrisorias y humorísticas de la escena política conectando rápidamente con un público en éxtasis que repetía el coro al unísono de “Vótenme”.

Es entonces cuando tiraron de otro de los singles de su nuevo disco, “C´est chic, c´est bon” aportando sus pinceladas de sátira (“Mejor tener wifi que fe” “Costalero dame tu dinero”…) y con el que a ritmo funk demostraron que siguen ofreciendo temas pop perfectos, todo ello acompañado de proyecciones ganándose a sus seguidores con imágenes del propio Lopera (que en paz descanse…) disfrazado como Drácula.

Siendo pre-Feria que precisamente esa noche comenzaba con el Sábado de “Pescaíto”, nos ofrecieron su particular visión dantesca de la fiesta con “Rey Boabdil” sacando la sonrisa al público local con la particular intro de las atracciones de Feria defendida por Darío del Moral acompañando el vídeo y la letra surrealista de Daniel Alonso, y rematando con el acertado rapeo de Pablo Peña. Un momento de surrealismo sevillano único.

A continuación nos sorprendieron rescatando de su repertorio uno de sus antiguos temas y menos relevantes, “Sunset” pero que Daniel Alonso defendió soberbiamente con el poder de su voz a lo Jim Morrison, para ofrecernos entre tanta rave, su sonido más rock primitivo.

Tras la resaca de Feria incluyeron otro de sus nuevos tema, “Reinos interiores”, un viaje psicodélico de ritmos ambient y letra divertida para volver de nuevo a sus antiguas composiciones con “Noche de setas” y “Turista ven a Sevilla”, que sus seguidores corearon en una atmósfera de plena felicidad demostrándonos que Pony Bravo es ya una banda generacional. Continuaron con “Chichén Itzá” de ritmos tribales y tropicales y la rítmica disco-ochentera “Magic Feeling”, que como el mismo Pablo comentó representaba lo que se vivió esa noche en la sala y que lograron conseguir también con la bailable y pegadiza “Jazmín de Megatrón”, un homenaje dedicado a esas fiestas de total hedonismo que compartían con sus colegas de bandas como los catalanes Za!, los valencianos Betunizer o el mismo Fluzo, y que algunos de los presentes la habían vivido en primera persona.

Esta desinhibición se consagró con los bises alcanzando su mayor éxtasis y convirtiendo la Sala X en una gran “Rave de Dios”. Una fiesta que todos estábamos esperando y que nos hizo mimetizar con la atmósfera de disfrute y diversión que Pablo remató como “maestro de ceremonias” con la genial “Mi DNI”, con la que dejaron de nuevo claro que no son un grupo que se vende a la industria y que continuarán con la estela y raíces propias que los ha definido como una de las bandas más personales e interesantes de nuestra escena.

Fotos Pony Bravo: Gloria Jiménez

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